28 abril, 2024

REINÓ EN LA NATACIÓN DURANTE DÉCADAS – Historias de los Juegos

Su último récord del mundo duró catorce años. Cuando se batió, la nadadora italiana Federica Pellegrini felicitó a la que le “usurpó” la última marca que le quedaba. Esa pérdida supuso un poco el fin de una generación de nadadores.

La carrera de Pellegrini fue prolífica ya que empezó asombrando al mundo (y a sí misma) siendo apenas una niña que logró medalla en los Juegos Olímpicos de Atenas. Fue tan inesperada -en los 200 metros estilo libre- que ni siquiera sus padres llegaron a tiempo para verla en directo, pues todos pensaban que, de tener posibilidades de medalla, sería más probable en la prueba de los 100m, que se disputaría más tarde. Federica tenía apenas quince años en 2004 cuando consiguió el mejor tiempo del mundo. Desde entonces su vida y su carrera ha dado muchos vaivenes que intentaremos resumir.

A los 16 años tuvo que abandonar su hogar familiar para seguir a su entrenador a Milán. La medalla -inesperada, repetimos- de Atenas 2004 simplemente la trastocó debido a su aún demasiado joven edad y tuvo un efecto colateral negativo: cayó en la bulimia. Federica quería cambiarlo todo y empezó por el entrenador. Quería estar bajo las alas del prestigioso Alberto Castagnetti, pero le recomendaban que no fuera con él, ya que Castagnetti hasta entonces sólo había entrenado a hombres. Haciendo oídos sordos, Castagnetti acabó convirtiéndose en un segundo padre para ella y gran responsable del “renacimiento” de Federica, de ahí que ella se tatuara un ave fénix, en homenaje a él. Resultó ser una decisión acertada la elección de entrenador, ya que Pellegrini consiguió batir el récord del mundo de 200m estilo libre.

Ya más madura, la gente se esperaba grandes cosas de ella en los Juegos de Pekín 2008. Poco a poco había ido cambiado de distancia, alargándola hasta los 400 metros (siempre estilo libre), sin abandonar la de 200m. A la capital china acudió con el récord mundial de dicha distancia (400m) y como clara favorita. En las baterías ya batió el récord olímpico pero en la final sólo acabó en quinto lugar. Sin embargo, volvió a dar lo mejor de sí misma en la distancia en la que ya era medallista olímpica y esta vez transformó la plata de Atenas en oro en Pekín en los 200m rompiendo además en la final su propio récord del mundo.

Lo que siguió fue una pléyade de medallas, más récords del mundo, victorias sobre las grandes rivales de su época: Sjöström, Titmus, Ledecky, McKeon, nombren cualquiera de las grandes de su generación (Federica llegó a abarcar más de una generación dada su longeva carrera), todas ellas habrá sufrido una derrota frente a la italiana.

Esos resultados hacían de esperar de ella más brillo de metales colgando de su cuello en las siguientes citas olímpicas, sin embargo en los Juegos de Londres 2012 apenas pudo ser quinta tanto en los 400 como en los 200 metros. En Río 2016 fue elegida abanderada y ante ella se presentaba una exigente competición, puesto que participaría en los 200 y en los relevos 4×100 y 4×200. La suerte le fue esquiva alcanzando el amargo cuarto puesto en la final de los 200m y perdiendo el podio por una décima. Esa ausencia en el podio de Río la marcó llegando a plantearse seriamente abandonar la natación. Había llegado a la capital carioca supuestamente preparada física y mentalmente, así que consideró que debería hacer cambios en su vida, dados los resultados. Puede que influyera en todo ello la muerte en 2009 de Alberto Castagnetti, la persona a la que consideraba su referencia.

Pero Federica no abandona, pese a que en 2019 sufrió otra crisis al cansarse de la rutina que exige la natación de élite. Tras tomarse un año sabático en 2018 vuelve a ganar medallas en grandes campeonatos y deja claro que quiere estar en los Juegos de Tokio. Como de todos es sabido llega la pandemia y su consiguiente confinamiento y es entonces cuando Pellegrini realiza un diario visual en su cuenta de Instagram que se convierte en viral para animarse ella y animar al resto.

Foto de Lee Jin-man/AP

El día en que tenía que competir en el campeonato nacional italiano para lograr una marca mínima en los 200m que le supusiera el pasaporte para Tokio se estropea el sistema de cronometraje. No obstante, pese a que tenía imperativamente que hacer una marca no mayor que 1.56.9 y pese a no haber bajado de 1.57 en el último año consigue hacer 1.56.69 lo que la catapulta directa a los Juegos de Tokio 2020. Allí decepciona quedando únicamente quinta en su batería, aunque entra en la semifinal y posteriormente en la final, donde fue quinta. Al entrar en la final se convirtió en la primera mujer en hacerlo en una misma especialidad en cinco ediciones olímpicas.

Federica Pellegrini pasó veinte años de su vida preparándose en el deporte de élite. Sufrió presiones al esperarse tanto de ella tras su triunfal debut olímpico. Se creó una coraza para defenderse del mundo exterior. Según afirma, ha seguido tantos años por ella, no por otros. Sí, “sólo” ha conseguido dos medallas olímpicas cuando sus marcas y otros resultados hacían suponer que su bagaje sería mucho mayor. De lado dejamos su influencia mediática, sus romances con grandes campeones de la natación, su peso en la sociedad italiana, donde es una figura reconocidísima. Cualquiera de sus rivales, de los seguidores de la natación en general reconocerán que las últimas décadas la natación habría perdido mucho sin Federica Pellegrini. Toda una leyenda.

En sus comienzos con la plata en Atenas 2004 y en Tokio 2020 en sus quintos JJOO



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