un telecabina al contrario del modelo de turismo

Los viajes en remonte en las estaciones de esquí se van diversificando cada vez más hacia conceptos donde los turistas que solo vienen a disfrutar de la nieve y el paisaje, puedan vivir también una experiencia. Esto es algo que hace años comenzamos a ver con el famoso Titilis Rotair, el telecabina que va girando sobre si mismo para que ningún pasajero se pierda ningún detalle de las montañas que le rodean.

En Zermatt acaban de inaugurar el Alpine Crossing, un sistema de telecabinas interconectadas unas a las otras que permite pasar de Italia a Suiza o viceversa, incluso con las maletas a cuestas. Las cabinas están llenas de detalles, son ultracómodas y buscan un cliente premium que quiera pagar los más de 200 euros que vale subirse.

En la Plagne (Francia) se han subido al carro de este tipo de experiencias para turistas, pero con un concepto totalmente distinto al de Zermatt. Y es que, tal como han presentado en la Mountain Planet 2024 que se celebra estos días en Grenoble, su cabina no tiene nada.

El Aerolive, como se ha bautizado esta cabina, ha prescindido de todo. ¡Incluso de las ventanas!. La idea es que el turista pueda sentir las montañas directamente en la cara. ¿Qué diferencia esto de un telesilla? Pues que en este caso vas de pie y puedes moverte para poder ver lo que pasa detrás también. Eso si, por lo que se puede ver en las imágenes, el pasajero va asegurado con unas cintas.

El viaje dura media hora, y subirse a a una de las dos cabinas Aerolive (La acrobate y la Funambule) del telecabina Glaciers cuesta 49 euros. Los tickets ya están a la venta para su estreno el próximo 8 de julio, ya en plena temporada de verano.

La empresa no ha especificado si estas dos cabinas estarán también disponibles en temporada de esquí, pero nada indica que no puedan estarlo. Quedará por ver si esos 49 euros darán acceso a algunos remontes, o si lanzarán algún pack de esquí que incluya la experiencia Aerolive.