27 abril, 2024

UN FILÓSOFO SOBRE LA PISTA DE HIELO – Historias de los Juegos

Un filósofo en la pista de patinaje de velocidad sobre hielo. Así podríamos definir a Davide Ghiotto, un italiano de Vicenza que ya disfrutó de las mieles de colgarse una medalla olímpica -en los Juegos de invierno de Pekín 2022- y que espera superar ese logro en la cita olímpica que tendrá lugar en su país en 2026.

Davide es hijo de un ciclista profesional, Federico Ghiotto, que pedaleó junto al gran campeón que fue Gianni Bugno. De ahí surgió el amor de Davide por las ruedas…aunque las cambió por patinaje sobre ruedas, deporte en el que se inició. Sus hermanos Luca y Manuel también se dieron a esta modalidad, hasta que Davide cambió las ruedas por cuchillas de hielo y para ello hubo de trasladarse de Vicenza a Trento. Ahí se apuntó a la universidad y eligió Filosofía. Su tesis versó sobre Nietzsche y Schopenhauer. Les damos incluso el título de la misma: “Ética y suicidio”. Davide ha llegado a afirmar que siente afinidad con Schopenhauer en el sentido de que, como atleta que es, debe tener algo más dentro de sí para superar sus límites.

Ghiotto ya cumplió su primer sueño cuando se clasificó para su primera aventura olímpica, la de los Juegos de Pyeongchang de 2018. Allí disputó las carreras de 10.000 metros, donde quedó en 12ª posición, y de 5.000 metros, acabando 19º. Aún estaba por explotar este patinador italiano que dio a su país el bronce en la carrera larga (10.000m) en la cita de Pekín 2022 disputando también otras dos carreras en las que finalizó 8º en los 5.000m y 7º en la de persecución por equipos.

Foto del CONI

No sabemos si tiene mucho que ver con sus estudio de filosofía, nos suponemos que no, ya que en realidad se trata de una superstición, pero obligatoriamente antes de correr cada competición Davide ha de susurrar a sus patines. Le sirve para su tranquilidad mental, porque no creemos que al hacerlo los patines creen magia. El componente mágico lo pone él, elevando su velocidad (la de él y la de sus patines) hasta superar récords, de momento solo nacionales. Y es que hasta hace poco Davide Ghiotto tenía en sus pruebas de larga distancia al rival más temible que se podía tener: ni más ni menos que la figura del sueco Nils van der Poel. Desde el momento de la retirada de éste Davide reconoce que todos los demás se han quitado al Rival por excelencia de encima y que todos han subido un puesto. Le viene de perlas a Ghiotto la retirada del campeonísimo nórdico, justo a punto para poder repetir en su propio país, en los Juegos invernales de Milán/Cortina, los triunfos del que fuera su ídolo en sus inicios: Enrico Fabris, héroe local en los Juegos Olímpicos de Turín disputados en 2006. Fue viéndole en esa cita olímpica cuando Ghiotto acabó por aficionarse al patinaje de velocidad sobre hielo. Fabris le inspiró a cambiar las ruedas de los patines que ya dominaba desde que era un niño a los patines de hielo.

Ghiotto ya sabe lo que es subirse al cajón más alto del podio -en varias ocasiones además- en campeonatos mundiales. A su favor está el alto nivel técnico alcanzado, ya que él realiza menos pasos respecto a sus rivales, lo que le ayuda a hacer menos movimientos y a ser más aerodinámico. Es cierto que Davide no llegará a la cita olímpica de su país precisamente jovencito, pues para entonces contará 32 años, pero a su favor estará la experiencia acumulada y, no lo neguemos -no lo hace él mismo-, el haberse “quitado de en medio” a una de las mayores figuras que ha dado el patinaje de velocidad, el ya mencionado Nils van der Poel. ¿Llegará entonces Davide Ghiotto a igualar los hitos de Enrico Fabris (dos oros y un bronce olímpicos) en casa?



Ver fuente