10 mayo, 2024

Alterra compra la estación de Arapahoe Basin

Hace unos día Alterra anunciaba que había recaudado 3.000 millones de dólares de diferentes empresas para nuevas inversiones. La primera de ellas ha llegado pronto. Se acaban de quedar nada menos que Arapahoe Basin, quizás la última de las grandes estaciones independientes de los Estados Unidos, y además una de las más apreciadas por la comunidad de esquiadores y snowboarders.

Arapahoe Basin es pasión. Tiene la temporada más larga de los Estados Unidos. A principios de temporada fuerzan la maquinaria para abrir aunque sea una pista cuanto antes. La gente hace cola y se queda a dormir para ser los primeros en subirse al telesilla. Su aparcamiento, llamado The Beach, es todo un punto de encuentro donde la gente pone las sillas, mesas y hace barbacoas, especialmente a final de temporada. Y es que A-Basin no suele cerrar hasta ya verano, apurando cada centímetro de nieve que se pueda esquiar.

The Beach Arapahoe Basin

The Beach es uno de los aparcamientos más concurridos en los Estados Unidos, especialmente cuando llega la primavera

La configuración de la propia estación de esquí ya hace que atraiga principalmente a esquiadores de buen nivel y mucha pasión. El 75% de sus pistas son negras o diamante. Por allí no hay apenas alojamiento, aunque está muy bien conectada a través de la autopista a Denver.

Pertenece al fondo de inversiones canadiense Toronto developer Dundee Realty, valorado en unos 20.000 millones de dólares, que tiene a Arapahoe Basin como su único activo en el sector del esquí. Se la compraron a Vail Resorts en 1997 después de que un Juez obligara a venderla para evitar un monopolio del sector en Colorado, ya que la empresa ya era propiedad de Vail Mountain, Beaver Creek, Keystone y Breckenridge.

Antes de eso, Arapahoe Basin perteneció a Ralston-Purina, el fabricante de comida para perros, que también era dueña de Keystone y Breckenridge. Vendió las tres estaciones a Vail Resorts en 1997.

Desde que está en manos de Toronto developer Dundee Realty, lo primero que se hizo fue una potente inversión en equipos para fabricar nieve artificial con el objetivo de poder abrir antes que su vecina Loveland con quién durante muchos años libró una pacífica batalla por ser la primera en inaugurar temporada. Una lucha ya casi inexistente porque A-Basin suele adelantarse cada año.

La empresa canadiense no solo amplió su área esquiable, sino que ha ido renovando los remontes a lo largo de estos años. Actualmente A-Basin tiene el parque de telesillas más moderno de Colorado, y eso pese a que los ingresos llegan prácticamente de vender forfaits y la restauración.

Hace unos años se incorporaron al programa Epic Pass, de manera que los poseedores de este forfait de temporada tenían acceso ilimitado a Arapahoe Basin. El resultado fueron muchas colas y la impaciencia de la comunidad de esquiadores, poco acostumbrados a la llegada de tantos ‘turistas’.

Finalmente A-Basin anunció que se salía de Epic Pass para posteriormente incorporarse al Ikon Pass de Alterra, aunque con una limitación de cinco días como mucho. No solo eso: también limitó el número de sus propios forfaits de temporada. El objetivo era reducir colas en los remontes y que la gente esquiara más cómoda.

Sorprendentemente acabaron la temporada con menos esquiadores pero record de facturación. Generaron un volumen de negocio de 43.4 millones de dólares, de los cuales 12,6 millones fueron de beneficio. Este invierno, en que las nevadas por allí no están siendo muy generosas, los ingresos han bajado, pero cerrarán igualmente con fuertes ganancias.

Por eso quizás ha sorprendido esta venta. Alterra es una empresa privada que no cotiza en bolsa, así que no tiene obligación de hacer públicos sus números económicos. Pero tiene que haber pagado mucho para haberse llevado uno de los iconos del esquí en Norteamérica, que no tenía problemas de liquidez, y que pertenecía a una empresa con mucho dinero.

La comunidad local no se lo tomó muy bien, pero el anuncio de que el también icónico y muy estimado Alan Lanceroth, Director de Arapahoe Basin, también se va a quedar, ha tranquilizado un poco a los habituales, que esperan que mantenga ese espíritu que tato caracteriza a la estación del Loveland Pass.

¿Qué busca Alterra con A-Basin?

Pues poder hacer más largo todavía su Ikon Pass. Con Mammoth Mountain ya se garantizaba el esquí hasta verano en la costa oeste. Ahora con A-Basin lo hace también en las Rocosas, y además poder comenzar antes la temporada, pudiendo ofrece un abono anual de octubre a junio.

Aunque comenzó más tarde que Vail Resorts, exactamente 10 años después de que se crease el Epic Pas, los de Alterra están creando una fuerte competencia. Su estrategia es distinta. Mientras unos han tratado de acaparar el mayor número de estaciones de esquí en los Estados Unidos y Canadá, extendiéndose fuera de Norteamérica por Australia y Suiza hasta controlar casi medio centenar de complejos invernales, Alterra busca ir seleccionando más.

Con la compra de Arapahoe Basin ya tienen 19 estaciones de esquí en propiedad. Muchas menos que Vail Resorts, pero tienen el forfait más largo de Norteamérica. Y no solo eso. En Utah están creando uno de los mayores complejos invernales del continente. Hace unas semanas anunciaron la compra de una empresa de Nueva York que estaba construyendo una nueva área esquiable adyacente a Deer Valley Resort. Ahora ya controla toda esa zona que la convertirá en la cuarta estación de esquí de Norteamérica por tamaño.

Habrá que estar atentos a nuevas adquisiciones de Alterra en estos próximos meses ya que ha de empezar a colocar los 3.000 millones recaudados.

Arapahoe Basin está orientada a esquiadores de buen nivel

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