27 abril, 2024

“GANAR LA MEDALLA OLÍMPICA EN SALTO SINCRONIZADO JUNTO A UNA LEYENDA COMO PATRICK HAUSDING FUE UN PLACER ENORME” – Historias de los Juegos

No es aventurado afirmar que conseguir una medalla olímpica en saltos de trampolín es uno de los logros más difíciles de alcanzar…si no se defienden los colores de China. Hacerlo sin ser de ese país es algo de lo que pocos pueden presumir, pues el grado de dominio de esa gran potencia es abrumador. Historias de los Juegos tuvo la oportunidad de charlar con uno de esos pocos afortunados: el alemán Lars Rüdiger, que se colgó la medalla de bronce en los Juegos de Tokio 2020 en la prueba de los saltos sincronizados desde el trampolín de 3 metros, algo que él mismo no se esperaba: “Con toda seguridad puedo afirmar que no me esperaba la medalla olímpica que gané. Durante la competición ocurrió que los rusos obtuvieron un cero en su último salto, pero nosotros seguíamos teniendo que realizar un gran salto y así lo hicimos. Fue algo que no me esperaba en absoluto y fue abrumador, una sensación maravillosa como nunca había tenido”. Con su último salto también desplazaron a la pareja mejicana compuesta por Juan Manuel Celaya y Yahel Castillo a la cuarta plaza, que se quedó a escasos cuatro puntos,  gracias a un espectacular salto que dio a los germanos 85.5 puntos siendo sólo superados por -naturalmente- el dúo chino y por los estadounidenses, que se hicieron con la plata.

Ganar esa medalla olímpica junto al campeonísimo que ha sido Patrick Hausding durante años no es algo de lo que debamos pasar por encima y así nos lo recalca Lars Rüdiger: “Ganar la medalla junto a una leyenda como Patrick Hausding fue un placer enorme. Él tenía mucha más presión que yo; tengamos en cuenta que él es un deportista tan grande que incluso fue elegido como abanderado de Alemania en la ceremonia de inauguración de los Juegos, por ello tenía muchos focos encima y la Prensa esperaba mucho de él. Yo siempre me he sentido muy a gusto compitiendo a su lado. Estuvimos entrenando juntos durante cuatro años y siempre tuvimos una buena conexión y somos buenos amigos”. Es más, Lars nos confiesa un dato curioso: “Es curioso que mi primer recuerdo olímpico sea justamente ver al que fuera mi compañero Patrick, cuando ganó la plata en los Juegos de Pekín 2008 junto a Sascha Klein en la plataforma de 10 metros”. Relacionado asimismo con Hausding es un hecho que nos hace notar Lars: “He de reconocer que el nivel de mi deporte en Alemania ha bajado tras la retirada de Patrick, lo que nos ha causado un gran vacío, pero intentamos seguir y mejorar, cosa que creo que estamos haciendo y consiguiendo mejorar nuestro nivel”.

Rüdiger empezó este espectacular a la par que exigente deporte cuando contaba apenas cinco o seis años de edad y al cabo de una decena de años se pasó al profesionalismo. “Soy un saltador tanto individual como de sincro. Diría que prefiero esta última modalidad, aunque se siente más presión porque tu compañero también depende de lo que tú hagas, pero en definitiva para mí es una modalidad más divertida”, nos confesó. En el momento de escribir estas líneas no tiene aún la plaza olímpica para los Juegos de París pero “estoy luchando por conseguirla en los próximos Mundiales. Espero poder competir allí en los saltos sincronizados e incluso llegar a las medallas”. De hacerlo, de seguro que vivirá una experiencia bien distinta respecto a la vivida en su primera experiencia olímpica, dadas las especiales circunstancias habidas en los Juegos de Tokio 2020. Pese a la multitud de aspectos negativos que provocó que se vivieran en medio de la pandemia del Covid, Rüdiger rescata uno positivo: “El ambiente durante los Juegos de Tokio he de reconocer que fue algo extraño debido a la falta de público. Yo lo viví como si fuera una prueba de la Copa del Mundo o unos campeonatos continentales. Creo que el hecho de que no hubiera público nos quitó presión. En cualquiera de los casos la sensación de vivir unos Juegos Olímpicos fue estupenda”.



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