Aníbal Sánchez ha resultado el gran negocio de la temporada
JOSÉ LUIS LÓPEZ | CARACAS.- Aníbal Sánchez fue la indiscutible sorpresa del pitcheo abridor de los Bravos de Atlanta en 2018.
En marzo, desechado por Tigres de Detroit, desahuciado por los Mellizos de Minnesota, prácticamente fue un guiñapo beisbolero lo que fue recogido por Atlanta, en lo que parecía más un gesto humanitario que una contratación efectiva.
Pero su regreso a la Liga Nacional tras seis años de ausencia, obró maravillas en el maracayero. Comparado con 2017, su efectividad bajó de 6.41 a 2.83, su WHIP de 1.59 a 1.08, y su puntaje en contra de .313 a .213.
Como justa recompensa, acude a una postemporada. Algo impensable siete meses atrás. De un contrato de ligas menores no garantizado, saltó a ser tercer abridor en una serie divisional. A sus 34 años de edad, ha sido posiblemente el mejor negocio que club alguno hiciese este año.
Cuando piensa en el mañana se ve como coach de pitcheo. Quizás uno de los secretos que comparta con sus futuros alumnos sea el de su resurrección de 2018. Cuando perdió la costumbre de recibir jonrones y puso a los rivales a batear por el piso. El 44.7 de sus oponentes este año, se fue por esa vía. Que hace imposible el deseo de sacarla del parque.
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