5 mayo, 2024


CARACAS.- No hay nada en el deporte mundial que se compare con el verano del fútbol. Todos lo esperan, ansiosos, esperanzados, temerosos, con rezos y plegarias para sí o para no, porque en esa estación estallan las minas antipersonales más inesperadas.

Jugadores que van y vienen, que se ilusionan o se vienen abajo, porque no depende de ellos sino de las leyes del mercado señaladas en las transacciones, algunas un poco demenciales. Así se vive en el fútbol,  pensando a cada instante “para dónde me irán a mandar”. Y pasan sucesos inesperados, aunque ninguno como el que ha mandado a Cristiano Ronaldo a la Juventus. En esta negociación enceguecedora, sonora, estridente, lo importante no ha sido el dinero envuelto sino el personaje, uno de los más controvertidos del tiempo actual que ha dejado sembrados en el camino nueve años luminosos en el Real Madrid. Fue una danza de verdades, medias verdades y mentiras insolentes, mucha de ellas creadas y alimentadas en el entorno de Cristiano con el fin de conseguir el mejor negocio posible.

Mas, no todo puede girar alrededor del astro portugués. El bamboleo del dinero y de los intereses toca a jugadores de trascendencia, especialmente luego de haberlos visto en el Mundial Rusia 2018: Kylian Mbappé, Neymar, Eden Hazard, Kevin de Bruyne, Harry Kane son vistos en el imaginario popular vistiendo camisetas de todos los colores posibles, pero que al final de la jornada comenzarán sus temporadas en agosto casi seguramente jugando con sus equipos de siempre.

Claro que hay mucho rumor, chismes impertinentes de pasillos de ocasión; todo esto es parte del show, una pasarela de habladurías que le ponen sal y pimienta al fútbol nuestro de cada día. No obstante tanta plática, algunas veces irresponsable, hay jugadores a los que la voz de la calle no  menciona, sea por hábito o sea por respeto: Lionel Messi es el más importante de todos. Se sabe que es del Barcelona y no hay quien se atreva a moverlo de Cataluña. Y como el argentino, el croata Luka Modric y el alemán Toni Kroos (Real Madrid), el uruguayo Luis Suárez (Barcelona), el brasileño Gabriel Jesús (Manchester City), por ahora insignias de sus clubes.

Pero aún  queda verano por pasar, queda verano por vivir. Quizá cuando este texto sea publicado ya habrán cambiado las cosas en el fútbol de todas partes, y no todo lo escrito será, como en un acto de alquimia de Jean-Baptiste Grenouille, el asesino de ”El Perfume”, lo que parece.

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Fuente: Líder en Deportes