un superdeportivo brutal con casi 500 CV que quiere convencerte de que también es un coche familiar

Más grande, más rápido, igual de canalla y con mucha más tecnología. Así es la segunda generación del Mercedes-AMG, un coche que se ha revolucionado hasta convertirse en un concepto distinto pero igual de apetecible. En esta ocasión te traigo el Mercedes-AMG GT 55 4MATIC+ de 476 CV, y ojo, porque esta bestia es de las más comedidas de la gama.
Antes de nada debo advertirte que posiblemente no sea muy objetivo en esta prueba. Confieso que para mí el Mercedes-AMG GT ha sido uno de esos coches que si bien no tienen mucha solera en el mercado, sí es cierto que tienen un aura especial.
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Mercedes-AMG GT 55: igual pero diferente


Hace ahora 10 años que apareció el primer GT dentro de la división de vehículos deportivos de Mercedes-Benz. Un coche que se creó como el heredero espiritual del SLS, el que a su vez fue un tributo al ‘alas de gaviota’ original, y que fue el primer coche desarrollado al 100% por AMG.
Con el aprendizaje de aquel primer coche de halo de Affalterbach, AMG tuvo el encargo de hacer el primer (o segundo, según se mire) biplaza deportivo moderno dentro de la casa de la estrella. Un coche que iba a rivalizar contra otros pesos pesados como el Audi R8, Porsche 911 y otros ilustres integrantes de esta categoría como los Aston Martin Vantage, Jaguar F-Type o incluso salvando las distancias BMW M8 o Nissan GT-R.
Para gustos están los colores, pero de todos ellos el AMG GT se convirtió rápidamente en uno de los coches top de esa categoría tan peculiar. Y digo peculiar porque si te fijas tienes coches con tracción trasera o total, unos de dos y otros de cuatro plazas, algunos con motores delanteros y otros con bloques en posición central o trasera.


Esbelto, musculoso, con guiños a modelos de hace décadas y al mismo tiempo tecnológico y con ese punto de brutalidad que siempre ha destacado en los coches de AMG.
Y parece que no, pero en un segmento tan de nicho como el de los supercoches, la competencia es feroz y hay que intentar destacar. Bien por motivos racionales como las prestaciones puras o la polivalencia, o bien por argumentos viscerales como el diseño o incluso el sonido.
Esto es lo que ha llevado a la evolución del AMG GT, un coche que si bien por fuera parece más de lo mismo, resulta que ha cambiado por completo para convertirse en un deportivo con un rango de acción mucho más amplio. Además es curioso, porque cuando probé el anterior GT, era de un color gris muy parecido al este que te traigo hoy. Coches parecidos que no tienen nada que ver.


De entrada, este nuevo GT toma como punto de partida la plataforma del nuevo SL, el buque insignia descapotable de Mercedes que se ha replanteado totalmente. De esta manera tenemos un coche que es considerablemente más grande pasando de 4,5 a 4,7 metros de largo, es 45 mm más ancho (roza los 2 metros de ancho) y también ligeramente más alto.
¿Ha dejado de ser un deportivo? No, para nada, porque se sigue viendo un coche brutal, muy proporcionado que saca un músculo que posiblemente no se aprecie bien a través de una pantalla. Es sutil y contundente a partes iguales.
La parte delantera es todo capó. El larguísimo frontal tiene que hacer sitio con un morro plano que cae hacia una parrilla delantera gigante presidida por la estrella de Mercedes-Benz, y sobre ella la insignia de AMG luciendo orgullosa. Los faros a los lados quedan perfectamente integrados en un leguaje visual que me ha parecido fluidísimo.


Los pasos de rueda son anchos, las tomas de aire marcadas pero sin exceso, los nervios del capó y las extracciones de aire de las aletas delanteras son el equilibrio entre potencia estética y refinamiento aerodinámico. En este aspecto me ha parecido un coche muy británico.
Dejando de lado las enormes llantas de 21 pulgadas terminadas en color negro que le dan un toque muy dinámico (de serie son de 20 pulgadas), llegamos a una parte trasera donde la caída del techo muy suavizada intenta simular que sigue siendo un biplaza (ya no lo es, pero eso te lo cuento luego).
En realidad, dependiendo del ángulo desde el que lo mires, este GT se parece mucho en sus cuartos traseros a un Porsche 911. Lógico, porque ahora es su máximo rival, y tanto la línea del techo como los abultamientos de los pasos de rueda traseros y la forma de rematar las ventanillas nos hacen pensar en su compatriota.


Eso sí, la retaguardia es muy AMG, de eso no hay duda. Si el anterior culo del GT ya me parecía sugerente, en esta nueva generación lo han bordado un poco más. Los grupos ópticos son de tipo tridimensional y están unidos por una pequeña franja negra. En la parte superior se esconde un alerón retráctil que queda totalmente integrado cuando el coche está en reposo y que desplegado puede generar 30 kg de carga aerodinámica sobre el eje posterior.
Por debajo el gran difusor queda bastante disimulado al ir pintado en color negro y no ser exageradamente marcado, y los cuatro terminales del escape (dos a cada lado y de formas poligonales), son el anuncio de lo que está por venir.
Más grande por fuera, más espacio por dentro


Para entrar en este nuevo Mercedes-AMG GT 55 lo primero en lo que notamos cambios es en que las manillas son retráctiles y retroiluminadas que le dan un aura aún más premium a un coche de esta talla.
Una vez por dentro tenemos un espacio muy Mercedes-Benz. Con materiales muy cuidados en general y disposiciones y mandos que nos resultan muy familiares. Quizá el diseño interior sea el punto menos destacable de este supercoche. No porque sea malo, que no lo es, sino porque es muy similar a cualquier otro coche de la casa y eso hace que se diluya una pizca su distinción. De hecho es casi idéntico al interior del SL, algo que no es malo precisamente.
El puesto de conducción por supuestísimo que cuenta con un volante AMG de tres radios, con los horizontales dobles y cargados de mandos digitales para controlar las dos pantallas del interior. El aro es grueso y agradable con cuero microperforado, y en su parte inferior encierra dos mandos multifunción con pequeñas pantallas para controlar algunas funciones del vehículo.


Estos mandos son muy vistosos y pueden resultar útiles como accesos directos a los modos de conducción u otras funciones como la elevación del tren delantero (si lo equipa como en este caso, que es opcional) o el sonido del escape, pero es cierto que su tacto es un tanto plasticoso y podría mejorarse, igual que en las versiones anteriores de este mismo volante. Las levas tras el volante también son de plástico.
La pantalla del cuadro de mandos es un panel de 12,3 pulgadas con una configuración muy Mercedes, varios modos de visualización y mucha información disponible pero sin llegar a atiborrar.
Lo más destacado de este cuadro es la posibilidad de configurarlo en modo Track Pace, totalmente orientado a circuito con la marcha engranada en el centro bien grande rodeada por las revoluciones y en los laterales nos puede mostrar algunos datos de motor, las fuerzas G o incluso una representación del circuito en el que estemos rodando.


La pantalla central aún es más grande con una diagonal de 12,8 pulgadas. Está situada en una posición bastante baja y con inclinación, pero queda bastante a mano. Es fácil de usar y los menús son muy entendibles, no te tienes que volver loco para encontrar nada.
Debajo hay un hueco portaobjetos con tapa retráctil, doble cargador USB-C, plataforma de carga inalámbrica, dos portabebidas y su buena dosis de negro piano que… pues eso. Pasa lo de siempre.
Y por supuesto es un coche que se beneficia de una plataforma mucho más lujosa y capaz. No solo porque los asientos tengas más opciones de regulación y sean más cómodos y tengan calefacción y ventilación, sino porque también incluso pueden tener función de masaje para relajarte después de un día de tandas. Son asientos deportivos con buena sujección y al mismo tiempo muy señoriales.


Pero espérate que la gran novedad está por detrás, porque el AMG GT ya no es un biplaza, ahora es un coupé de cuatro plazas. Mercedes ha habilitado una segunda fila con dos plazas extra y que vienen con anclajes ISOFIX para que tenga incluso el argumento de venta como coche familiar (sí, ya, claro…).
En verdad vienen a ser dos plazas de emergencia para adultos porque el acceso es bastante tortuoso aunque los asientos delanteros se desplacen solos hacia delante. El espacio que queda para las piernas es reducidísimo y la altura me impedía incluso a mí que solo mido 170 el poder tener el cuello estirado.


El maletero por supuesto que también ha crecido y ahora se convierte en un coche mucho más polivalente. Además de poder hacer la compra semanal sin apreturas puedes meter incluso un par de maletas de viaje y más porque pasamos de 175 a 321 litros de capacidad con apertura eléctrica y unas formas muy aprovechables.
Además los respaldos de los asientos traseros pueden abatirse para dejar un espacio de carga de más del doble de capacidad.
La gloria de los V8 sigue presente


Por supuesto que el Mercedes-AMG GT 55 viene cargadísimo de tecnología. Incluye seis modos de conducción: Nieve, Individual (personalizable), Confort, Sport, Sport+ y Race. Cada uno tiene una modulación diferente de distintos apartados, variando principalmente la entrega de potencia, la dureza de la suspensión, las ayudas a la conducción, sonido de escape… aparte de poder cambiar la transmisión de modo automático a manual y desconectar ayudas.
Y sí, estos modos de conducción en este caso sí dejan ver distintas personalidades dentro de un mismo coche. Puede comportarse como un coche de diario refinado o como un deportivo bestia con un tacto mucho más radical.
El motor es una maravilla, sobre todo porque resulta familiar al tacto y al oído. Es el mismo bloque 4.0 V8 biturbo que ya conocíamos del modelo anterior al que se le ha hecho una actualización profunda. Los turbos tienen una potencia de soplado superior, el intercooler ha cambiado de posición para optimizar el flujo de aire, el cárter de aceite es nuevo y los colectores de admisión y escape están totalmente replanteados.


Este GT 55 que hemos probado es el V8 de acceso a la gama. Desarrolla unos magníficos 476 CV a 6.500 vueltas y 700 Nm entre 2.250 y 4.500 rpm. El AMG GT 43 que se encuentra por debajo es poco menos potente (421 CV y tracción trasera) pero cuenta con cuatro cilindros en vez de ocho y ya sabes lo que pasa…
No es que sean unas cifras descomunales. Es más, no pretenden serlo, porque por encima hay otras tres versiones de ocho cilindros aún más potentes con 585, 612 y 816 CV por si todas las opciones anteriores te han sabido a poco. Lo que me ha parecido realmente bueno de este coche son las emociones que transmite.
Con su fuerza bruta y su sonido aún más bruto con las válvulas de escape abiertas, es una maravilla disfrutar de la motricidad de este motor. Especialmente porque ahora deja de ser tracción trasera para ser un 4MATIC+ de tracción total que deja las ruedas mucho más atornilladas al asfalto.


Hay que tener cuidado porque es mucho más efectivo, y eso significa que las cosas se pueden complicar más rápido. Alcanza los 295 km/h de velocidad punta y los 100 km/h desde parado en 3,9 segundos con un empuje descomunal. Arranca el asfalto. Y eso que como te decía no es ni de lejos el más potente de la gama.
La caja de cambios es una similar a las que ya venían utilizando otros modelos por convertidor de par con nueve velocidades. Tiene un funcionamiento exageradamente fluido para tratarse del tipo de coche que es y en el día a día le da un toque de refinamiento ultrapremium, aunque es cierto que jugando a ir rápido echamos en falta un poco más de reactividad y velocidad entre las costuras de las marchas.


Hay que tener en cuenta que este modelo en concreto pesa 1.970 kg en orden de marcha, bastante más que los 1.700 kg del anterior modelo. Y no solo eso, la batalla crece de 2.630 a 2.700 mm para dejar más espacio en el interior.
En definitiva es un coche más grande, más pesado y, claro, con más inercias que el anterior, y eso exigen que por un lado tengas buenas manos para saber lo que haces con un aparato de más de 400 CV, y por otro que el chasis sea mejor. Tampoco es un coche que se sienta ágil. Vas sentado muy abajo con un capó muy largo, la visibilidad no es especialmente buena. Hay que tener cabeza y manos.
Ahí Mercedes-AMG se nota que ha hecho un buen trabajo incorporando una suspensión neumática independiente en las cuatro ruedas para compensar los cabeceos de la carrocería. Las suspensiones son lo justo de permisivas en modo Confort y rígidas en los modos más deportivos, con una sujección buenísima y un buen feeling con el asfalto.


El secreto de este modelo en concreto para compensar su crecimiento y mantener una sensación de dirección viva es la incorporación de un eje trasero direccional capaz de girar hasta 4,5º en las ruedas del eje trasero. De esta manera simula una distancia entre ejes más corta y hace que se sienta mucho más ágil, aunque con un tacto un pelín artificial.
En cuanto a los frenos me parece que AMG ha vuelto a dar en el clavo con un conjunto de discos convencionales (los carbocerámicos son opcionales) de 390 y 360 mm con unas pinzas que ofrecen un tacto realmente dosificable. Hay mucho más mordiente del que parece aunque para un uso deportivo sí creo que un recorrido más corto habría sido ideal.
Mercedes-AMG GT 55: no es barato, pero si pudiera…


El consumo de este coche no es algo que haya que mirar demasiado si eres uno de sus potenciales clientes. Homologa una media de 14,1 litros cada 100 km, que se puede igualar con relativa facilidad, pero con mucha mayor facilidad aún puede disparar su sed. Al final a nosotros nos ha dejado una media de 15,6 litros, que no está mal, pero deja la autonomía para su depósito de 70 litros en alrededor de 300-400 km.
Pero dejando a un lado los puntos más objetivos, hay que reconocer que Mercedes-AMG ha hecho un gran trabajo creando un coche completamente nuevo, mucho más ambicioso y rápido, manteniendo una estética muy similar al de la generación anterior.
Teniendo en cuenta lo distinto del concepto en sí mismo pese a mantener el mismo nombre habla muy bien de los ingenieros de AMG.


El Mercedes-AMG GT 55 4MATIC+ tiene un precio de partida de 197.177,86 euros, a los que en esta unidad habría que sumar el Paquete AMG Night II (2.239,88 euros), paquete interior AMG Manufaktur (14.559,19 euros), paquete Premium Plus (6.095,18 euros), techo de microfibra (1.791,90 euros), pintura plata magno (8.810,18 euros), llantas de 21″ (4.330,43 euros), equipo de audio Burmester 1.170 vatios (5.036,33)… Seguro que se me olvida algo pero la factura ya ha pasado los 240.000 euros.
No es barato, pero si vas un poco justo siempre puedes coger el GT 43 de cuatro cilindros que arranca en 144.176 euros. Yo ahorraría un poco más y me quedaría con el V8.


Mercedes-AMG GT 55 2025 – Valoración
7,2
Diseño exterior
8
Diseño interior
6
Calidad
7
Habitabilidad
6
Maletero
6
Motor
9
Seguridad
7
Comportamiento
9
Comodidad
8
Precio
6
A favor
- Motor con mucha pegada
- Chasis agradable
- Precisión de la dirección
En contra
- Precio elevado
- Algunas calidades interiores no están a la altura
- Plazas traseras testimoniales
Mercedes-Benz decidió meterse en la guerra de los superdeportivos con una propuesta única. Un coche que ahora en su segunda iteración ha evolucionado hacia un concepto más amplio, no tan de nicho y más apto para un público que busca algo más que un coche rápido.
De esta manera el Mercedes-AMG GT es más grande, más pesado, más rápido y también más ambicioso, queriendo convencernos de que es un cordero mientras sigue siendo en realidad un lobo.
El refinamiento de este deportivo de Mercedes se mezcla con la brutalidad de los AMG para crear un conjunto que a mí personalmente me ha encantado.
Mercedes-AMG GT 55 2025 – Ficha técnica
Mercedes-AMG GT 55 |
||
---|---|---|
Motor |
||
TIPO |
Ocho cilindros en uve, turbo |
|
CILINDRADA |
3.982 cc |
|
POTENCIA MÁXIMA |
476 CV a 6.500 rpm |
|
PAR MÁXIMO |
700 Nm a 2.250-4.500 rpm |
|
TRANSMISIÓN |
Automática de nueverelaciones |
|
TRACCIÓN |
Total |
|
dimensiones |
||
LARGO |
4.728 mm |
|
ANCHO |
1.984 mm |
|
ALTO |
1.354 mm |
|
BATALLA |
2.700 mm |
|
PESO |
1.970 kg |
|
CAPACIDAD MALETERO |
321 litros |
|
Prestaciones y consumos |
||
0-100 KM/H |
3,9 segundos |
|
VELOCIDAD MÁXIMA |
295 km/h |
|
CONSUMO HOMOLOGADO |
14,1 l/100 km |
|
CONSUMO MEDIO PRUEBA |
15,6 l/100 km |
|
precio |
197.178 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Mercedes-Benz. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.