Un matrimonio francés con dos hijos se intentó burlar del capitalismo camperizando un autobús para dejar su casa. Ahora buscan casa

Echarse a la vida nómada: cada vez más gente opta por vivir en una furgoneta camper o autocaravana. Hoy en día, con trabajos en remoto, es posible tomar esta drástica decisión vital. Pero no siempre sale bien: esta familia francesa lo ha perdido todo.

Su principal error fue comprarse un vetusto autobús camper que no fue capaz de recorrer ni 80 km en el primer día que comenzaron su vida en la carretera. Y no podían volver a su casa porque la habían vendido. Tras meses atrapados en un camping, al final han tenido que renunciar a ser «exploradores de la vida». Ahora están buscando de nuevo vivienda tradicional.

«Viajar primero por Francia y luego por todo el mundo» 

La familia Perrichon-Pacaud decidió hace dos años cambiar radicalmente de vida: comprarse una camper y vivir sobre ruedas recorriendo mundo. Ella, Cécile Perrichon, es coach online para mujeres desempleadas. Él, Mathieu Pacaud era empleado de un supermercado. Tienen dos hijos, de ocho y 11 años. 

La idea, aunque consensuada con su marido y los niños, fue de Cécile: por su trabajo solía viajar bastante para visitar a sus clientes. El plan era que ella continuase su trabajo y que él dejara su empleo, encargándose de la educación de los niños. «Nos permitirá viajar primero por Francia para encontrarnos con mis clientes, luego por Europa y, por qué no, por el mundo», explicó Cécile entrevistada por Ouest France. 

Adiós casa normal, hola hogar con ruedas. Siendo una familia de cuatro miembros y seis mascotas (dos perros, tres gatos y un hámster) necesitaban un vehículo camper grande. El problema es que una autocaravana de generosas dimensiones puede superar holgadamente los 100.000 euros, incluso usada. Así que optaron por un enorme, pero viejo, autobús camperizado de segunda mano al estilo The Kelly Family. Por esta nueva casa sobre ruedas pagaron 56.000 euros. 

Para costearla vendieron su casa, aunque también abrieron una campaña de mecenazgo por Internet y así recaudar fondos en su nuevo proyecto de vida. Sus vivencias las contarían en la cuenta de Instagram latribuse_balade («La familia está caminando», en francés). «Exploradores de la vida», se autodenominan en la descripción. 

Cinco meses en un camping. Tras largos meses de preparación, incluyendo conseguir que Educación permitiera que sus hijos estudiaran a distancia, en agosto de 2024 emprendieron su viaje sin retorno. Terminó rápido: el autobús les dejó tirados a poco menos de 80 km tras su salida. Al menos pudieron llegar a un camping de caravanas: Guichen Pont-Réan, situado a las afueras un pequeño pueblo de la bretaña francesa. 

Entonces empezó su viacrucis. El mecánico que revisó su enorme camper les aconsejó que, dado su estado, lo mejor era devolverlo. Pero el antiguo propietario no estaba por la labor: le denunciaron, acusándole de mala fe por venderles un vehículo en mal estado. 

Mientras, tenían que pagar el camping: «Nuestra vida en un autobús camper nos cuesta entre 500 y 700 euros al mes». Allí estuvieron al menos hasta enero, más de cinco meses. También lanzaron una nueva campaña para recaudar fondos: su nuevo plan era el de comprar otra autocaravana y continuar su vida nómada. «¡Esta vez nada podrá detenernos». Pero los problemas continuaron: el camping se inundó tras las fuertes lluvias de principios de año. Lo cerraron y el autobús seguía varado: al final, lo sacaron de allí en grúa.

«Nos despedimos de nuestro deseo de explorar el mundo»

Por un post publicado en abril, sabemos que han decidido poner punto y final a su aventura. «Hoy, estamos pasando una página importante. Nos despedimos de nuestro deseo de explorar el mundo, de nuestro sueño de viaje. En Francia, una injusticia es suficiente para arruinar a una familia y destruir un proyecto de vida«. No consiguieron devolverlo ni tampoco recuperar el dinero.

Días después, Cécile comentó que se había comprado un coche: «Celebrar las pequeñas cosas de la vida es a menudo el comienzo del cambio. Después de una estafa, una inundación y un año de luchas, estoy tan orgullosa por haberme comprado un coche. Este es el comienzo de la renovación«. También la hemos visto invitada en algunos medios, contando los pormenores de su truncado proyecto.

Hogar fijo, de nuevo. Por lo publicado en varias storys recientes en Instagram, están en busca de vivienda desde entonces, mientras residen cerca de la casa de los padres de Cécile, en un pueblo en las inmediaciones de Nantes. También comenta que estuvo trabajando durante un mes, pero no le renovaron el contrato. Tampoco le gustaba, acostumbrada a hacerlo por cuenta propia. 

En su última story de Instagram explica que van a tener que buscar nuevo emplazamiento porque en la zona solo encuentran apartamentos y «son pequeños» para una familia de cuatro miembros y tantos animales. En todo caso, su nuevo proyecto de vida es volver al mismo del que escaparon hace poco más de un año. 

Imágenes | La_tribu_se_balade en Instagram  

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