15 octubre, 2025

Un grupo de activistas ha querido trolear a los robotaxis de Waymo y lo han conseguido a lo grande. Solo han tenido que pedir 50 a la vez y sentarse a ver el espectáculo

Un grupo de activistas ha querido trolear a los robotaxis

Los taxis autónomos han dado más de un quebradero de cabeza a los residentes de San Francisco. Los de Waymo llevan operando más de un año a pleno rendimiento. Desde entonces, han sido criticados por no dejar dormir a los vecinos. También los de Cruise han generado problemas en esta ciudad, atascando calles con reuniones improvisadas y quedando varados. 

Este verano decenas de los Jaguar I-Pace autónomos de Waymo protagonizaron un enorme atasco. Aunque en esta ocasión se trató de una «broma»: 50 activistas tecnológicos quisieron llevar el sistema al límite solicitando sus servicios al mismo tiempo en la calle sin salida más larga de San Francisco.

«Fue muy divertido ver tantos coches»

Del experimento hemos tenido ahora noticia por los tuits publicados por Riley Walz. Este ingeniero de software, autoproclamado como ‘tech prankster’, lideró a una legión de medio centenar de disruptores tecnológicos simulando un ataque de denegación de servicio (DDoS) en el mundo real: en lugar de colapsar un servidor con tráfico digital, saturaron una calle de la ciudad con 50 taxis autónomos de Waymo.

Lo que hicieron estos «falsos usuarios» fue solicitar al mismo tiempo un servicio de Waymo en un mismo punto de recogida: la Torre Coit, un famoso monumento de San Francisco. Por las fotos de los post de Walz en X, se lio bastante: vemos decenas de robotaxis de la compañía parados y atascados. Otros tuiteros han sumado las suyas en comentarios, se entiende siendo parte de este ejército de ciberbromistas.

«Ni siquiera subimos a los coches. Se fueron después de unos 10 minutos y no cobraron una tarifa de 5 dólares por no presentarnos. Waymo lo gestionó bien. Supongo que esto no es muy diferente a si acaba de terminar un gran concierto. Finalmente, desactivaron todos los viajes en un radio de dos manzanas hasta la mañana siguiente», añade Walz en el hilo.

Test improvisado de vulnerabilidad. Más allá de la ética del hecho en sí, este experimento ha servido para demostrar cómo responden los taxis autónomos de la compañía ante la saturación de solicitudes. Según ha declarado un portavoz de Waymo a Road & Track, el servicio está preparado para limitar las recogidas en caso de que sean masivas. Algo que puede darse en zonas turísticas o a la salida de eventos deportivos o musicales. 

«Permanentemente estamos perfeccionando nuestro sistema para gestionar la distribución en ubicaciones específicas, garantizando un equilibrio entre la presencia física de nuestro servicio y la necesidad de ofrecer una excelente experiencia al pasajero».

«Admiro totalmente al equipo de Waymo y todo lo que han construido. Fue muy divertido ver tantos coches, y quizás Waymo ahora pueda ajustar sus sistemas para evitar que ocurra algo similar. Aunque malicioso, tuvimos cuidado al hacerlo para no molestar a la gente», explicó el propio Waltz preguntado por dicho medio.

En todo caso, fue una suerte de prueba en entorno real y ante una situación que no es del todo inusual. De hecho, y aunque en parte ha demostrado cierta vulnerabilidad, hasta puede ser positivo para la empresa para que mejore los algoritmos de asignación y control de su flota autónoma. También en que debe diseñar planes para neutralizar ataques de este tipo.

Retiradas masivas y accidentes. Los robotaxis no están libres de incidentes, de hecho Waymo ha efectuado varias retiradas masivas para actualizar su software. La última en mayo de este año: más de 1.200 de estos coches autónomos fueron ajustados porque tenían problemas para detectar barreras en la carretera o elementos situados cerca de ella, chocándose en algunos casos. El retiro fue efectuado tras una orden de la NHTSA, la DGT en EEUU. Cruise, el otro gigante de robotaxis, tuvo que dejar de operar tras un grave atropello a una mujer.

Imágenes | Riley Walz en X

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