22 octubre, 2025

UN FALLO EN LA MEDICIÓN DEL POTRO DE SALTO FEMENINO EN SÍDNEY 2000 LE CUESTA EL ORO A SVETLANA KHORKINA – Historias de los Juegos

UN FALLO EN LA MEDICIÓN DEL POTRO DE SALTO FEMENINO

Un error de bulto provocó el caos en la competición femenina de gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y, de entrada, le costó un probable oro a la gran favorita, la rusa Svetlana Khorkina. Fue una de las polémicas que empañaron la modalidad femenina de este estético deporte, ya que además de los sucesos que contaremos en este artículo esos Juegos se vieron empañados por la descalificación más que dudosa de la rumana Andreea Răducan y otro escándalo en la competición por equipos que ya trataremos.

Foto de Inpho Photography/Getty Images

Lo que trataremos aquí será lo que sucedió con los fallos en el aparato de salto durante la competición individual all-around. Las caídas en el salto del potro se sucedían de una forma exagerada durante la final. Al principio se achacó a los nervios que una competición de la magnitud de unos Juegos Olímpicos. Pero las caídas eran demasiadas, alguna de ellas, incluso provocando lesiones. Eso le ocurrió a la británica Annika Reeder, que se lesionó en su tobillo al saltar y tuvo que ser sacada en brazos. Una gimnasta de Brasil rebotó y se dio en la cabeza. Por su parte, otra, española, también se golpeó. Estaban pasando demasiadas cosas. La favorita Khorkina saltó y lo hizo con una caída al final que la relegó al undécimo puesto, algo impensable. Y entonces gracias a la percepción de la gimnasta australiana Allana Slater todo cambió. Fue la primera en darse cuenta del error que causaba tantas caídas: la altura del potro estaba demasiado baja.

Slater, al que en un principio no se hizo caso cuando advirtió el error, insistió y, en efecto, la medición dio como resultado que estaba colocado a 1,20 metros, cinco centímetros menos de la altura oficial con la que todas las gimnastas llevaban meses preparándose para la gran cita olímpica. En un deporte donde todo está milimetrado hasta el más mínimo detalle un cambio, por ligero que pueda parecer, puede dar al traste con todo lo entrenado, como así ocurrió.

Manual oficial con las medidas erróneas del potro que se entregó a los técnicos

A partir de ese momento se corrigió la altura, pero ya había pasado otra rotación y muchas gimnastas, afectadas mentalmente por el desastre que habían cometido en su salto, fallaron en el siguiente. Ese fue el caso de Svetlana Khorkina, quien visiblemente afectada por su puesto, falló también en el siguiente aparato, incluso en elementos que llevan su nombre. No obstante, para intentar desenredar el entuerto, se permitió a todas las gimnastas que ya habían saltado con la medición incorrecta volver a saltar, pero Khorkina optó por no hacerlo, porque en su tercera rotación ya había fallado y, aunque lograra en un nuevo salto la perfección ya no alcanzaría ni siquiera el podio. La rusa nunca llegó a ganar un oro en la competición individual al que parecía destinado, sí medallas por aparatos o por equipos, incluso en el all-around, pero nunca el oro (fue plata en Atenas 2004 en esta categoría).

¿A qué se debió un error tan grosero en una competición como los Juegos Olímpicos? A un error humano al editar el manual detallado de las medidas de todos los aparatos. En él venía como altura del potro femenino 1,20 y fue esta medida la que colocaron los técnicos, siguiendo a pies juntillas el manual oficial. Nadie se había percatado de que esa altura, que durante décadas fue la oficial del potro femenino, ya llevaba meses cambiada, más de mil días. A lo largo de los años las medidas han ido cambiando y la del paso de los 1,20 a 1,25 no se tomó precisamente poco antes de los Juegos de Sídney. Un error tipográfico que posiblemente costó un oro a Khorkina, estrella de la gimnasia artística en ese momento.

Por cierto, que aunque a Khorkina ni siquiera le pidieron nunca disculpas sí que hubo sanción por parte de la Federación Internacional a los oficiales que no se habían dado cuenta del error. La FIG lamentó los hechos en un comunicado oficial y castigó a los responsables -aunque no se dieron detalles del castigo- pero, indudablemente, eso no provocó que se produjera una competición justa e igualitaria para todas en el concurso olímpico femenino de Sídney 2000, error ajeno a los deportistas que por desgracia no ha sido el único en unos Juegos Olímpicos.

La caída en el salto de Svetlana Khorkina. Foto de Jamie Squire/Getty Images



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