solo un faro cuesta lo mismo que un Porsche 911 nuevo

El Bugatti Chiron Pur Sport es uno de los hiperdeportivos modernos más exclusivos. Solo se fabricaron 60 unidades de esta versión del Chiron enfocada al uso en circuito que se presentó en 2020, cada una de ellas con un precio de 3 millones de euros antes de impuestos, por lo que en España costaba alrededor de 3,6 millones de euros.
Ahora, las pocas unidades que se venden de segunda mano, cuestan entre 5 y 7 millones de euros. Desde hace unos meses son todavía más caras porque una de las 60 unidades que vieron la luz fue declarada siniestro total en un accidente.
Su dueño se chocó contra un viejo camión Suzuki de tipo kei car
Se trata, concretamente, del Bugatti Chiron Pur Sport del influencer Alex González (fxalexg); antes de verano, fxalexg publicó una foto de su Pur Sang de color morado (en realidad es azul, pero está vinilado de morado) con el frontal completamente destrozado. Chocó contra un camión Suzuki de tipo kei car (en EE.UU están de moda).
En un vídeo que el propio Alex subió a YouTube unas semanas después del accidente, el influencer aseguró que todavía está pagando a plazos el Chiron Pur Sport, a razón de 70.000 dólares al mes, a pesar de que el coche está destrozado. En ese momento, dijo que, para compensarlo, se compró un Lamborghini Aventador SVJ roadster y lo cierto es que no hemos vuelto a saber nada del Bugatti. Hasta ahora.
El youtuber Mat Armstrong acaba de publicar un vídeo con el Chiron Pur Sport de Alex González como protagonista. Armstrong es famoso por comprar coches destrozados a precio de ganga y revivirlos él mismo. Los arregla por su cuenta de forma barata, o al menos más económica que si se arreglasen en un taller, y documenta todo el proceso en sus vídeos con pelos y señales. Gracias a ello, tiene 5,36 millones de suscriptores y cada vez compra coches de mayor nivel.
El Bugatti Chiron Pur Sport de Alex González se convirtió en su próximo objetivo tras enterarse del accidente. Mat habló con Alex y viajó a Miami, que es donde vive el influencer y donde está el Bugatti siniestrado, para ver el coche y estudiar por cuánto podría salir el arreglo. Viajó hasta allí enseguida para adelantarse a la valoración del seguro, que en ese momento todavía no había declarado el coche como siniestro, por lo que podría comprárselo a su dueño antes de que el seguro se pronunciase.
Cuando Mat llega a Miami y ve el coche por primera vez, explica que Alex todavía no sabe lo que pasará con su Bugatti: el seguro podría decidir repararlo, pero también podría declararlo siniestro total, indemnizar a dueño y quedárselo para subastarlo, aunque en este último caso, el coche quedaría registrado como siniestro total y nunca se podría borrar de su historial.


Antes de que el seguro tomase una decisión, Mat quiso estudiar bien el siniestro, es decir, quiso echar cuentas, para ver si era viable quedarse él mismo con el coche. Si veía que podía conseguir las piezas a precio de ganga y que podía reparar el coche él mismo, se lo quedaría, como hace con el resto de coches.
Lo que suele hacer en estos casos es buscar referencias cruzadas; el Lamborghini Urus, por ejemplo, comparte piezas con el Audi Q8, pero la pieza original de Lamborghini es bastante más cara que la misma pieza original de Audi, a pesar de ser idénticas.
Teniendo en cuenta que Bugatti es del Grupo Volkswagen, podría funcionar, de hecho, Mat repara en que la llave es idéntica a la de un viejo Volkswagen Passat, pero con el logotipo de Bugatti, en lugar de tener el de Volkswagen. Otras veces, contacta directamente con el proveedor original de la pieza, por ejemplo, Bosch o Mahle, para comprarla sin pasar antes por la marca.
La cuestión es que se trata de un Bugatti, una marca que juega en otra liga. Y eso se aplica a todo, incluidas las reparaciones de sus coches. “Peritando” el siniestro, Mat descubre que hay daños en el chasis monocasco de fibra de carbono del Chiron, algo que debe arreglar la propia Bugatti por cuestiones de seguridad. Sin embargo, a Mat le parece que los daños parecen estéticos y no estructurales, por lo que cree que lo puede reparar sin recurrir a la marca.
A modo de referencia, el peritaje oficial que hizo el seguro determinó que el arreglo del coche costaría 1,7 millones de dólares, solo en piezas, a lo que habría que sumar la mano de obra de Bugatti, que es el único lugar donde se podría reparar. Obviamente, Mat cree que puede hacerlo más barato.
También cree que, a pesar del golpe, este Chiron mantendrá su valor cuando sea reparado, como sucedió antes con otros coches exclusivos siniestrados, como el McLaren F1 de Rowan Atkinson o el Pagani Zonda de Lewis Hamilton.


Pues bien, cuando Mat llama a uno de sus contactos para conocer los precios de las piezas que necesita comprar directamente a Bugatti, se da de bruces contra la realidad. Su proveedor le deja claro que son precios basados en ventas de piezas anteriores: si Bugatti supiera que son para este Chiron en concreto, probablemente no se las venderían porque no permitiría que el coche se arreglase fuera de Bugatti.
Su contacto empieza por los faros: 150.000 euros cada uno. Es prácticamente lo mismo que cuesta un Porsche 911 nuevo porque la variante básica de este deportivo parte desde los 157.835 euros en España. Cada aleta delantera también cuesta 150.000 euros, el capó alrededor de 50.000 euros y el paragolpes unos 80.000 euros.
Mientras tanto, el seguro continuó con sus trámites e hizo una valoración definitiva: el Chiron Pur Sport de Alex González era siniestro total. La aseguradora decidió indemnizar al dueño y quedarse con el coche para subastarlo, por lo que Mat dejó de tener la opción de comprar el coche directamente a Alex, aunque todavía podía hacerse con él en subasta.


Alex González subido en el alerón de su Bugatti Chiron: asegura que es muy resistente. Mat se lleva las manos a la cabeza.
El problema en este último caso es que Mat tendría que ser el máximo pujador para quedarse con el coche y, aun así, la cantidad que debería invertir para arreglar el coche sería astronómica, por lo que sería complicado venderlo ganando dinero.
Incluso teniendo esto en cuenta, Mat todavía dudaba, hasta que su contacto con Bugatti le llamó: la marca francesa revisó el coche y decidió que ese chasis debe repararse en Bugatti, por lo que no venderá piezas a nadie para que lo arregle por su cuenta. Como no hay forma de conseguir las piezas de otra manera, esa decisión hace imposible repararlo de otra forma. Quien lo compre en subasta, tendrá que llevarlo a Bugatti y no será nada barato.
Al final del vídeo, Mat deja en manos de sus espectadores la decisión. La verdad es que no tendría ningún sentido que lo compre, además, tiene que vender otros coches para sacar el dinero necesario para comprar este Bugatti y asegura que no está dispuesto a deshacerse de ninguno, por lo que parece que el sueño de comprar un Bugatti a precio de ganga para arreglarlo nunca se hará realidad.
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