24 octubre, 2025

Se quedó tirado en mitad del desierto de Marruecos por un accidente. Su salvación fue convertir el viejo Citroën 2CV en una moto

Se quedó tirado en mitad del desierto de Marruecos por

A veces, no queda otra que salir adelante, extrayendo fuerzas e ingenio de donde creíamos que no había nada. Probablemente eso es lo que le pasó a Emile Leray cuando se quedó tirado en medio del desierto marroquí mientras conducía un viejo Citroën 2CV. Su terrible experiencia habría dejado a la mayoría de las personas indefensas y desesperadas. Pero él no, se lo tomó como un reto.

Atrapado en un lugar bastante hostil que consideró estar demasiado lejos de la civilización para intentar la aventura a pie, tuvo que recurrir a todo su ingenio para salir de ese apuro…a los mandos de una moto.

Con un 2 CV te hace una tiny house y una moto

En 1993, el hombre emprende un viaje por el desierto. Los ecos del rally París-Dakar están todavía muy presentes en Europa y no son pocos los que se adentran en el desierto al volante de toda clase de coches en busca de aventuras. Emile Leray es uno de ellos.

Viajando por el desierto de Marruecos, después  de pasar el pueblo de Tan-Tan y sus dos camellos de acero que dominan la pista, llega al pueblo de Tilemson. Ahí, los militares le ordenan dar media vuelta. Más allá de Tilemson es el Sahara Occidental, en conflicto. Da media vuelta y decide volver hacia el norte, en dirección a Erfoud, pero esas ganas de aventura le hacen conducir demasiado deprisa, recuerda en su blog, y comete un error. Choca contra una roca.

Emile Leray Naufrago
Emile Leray Naufrago

En el accidente ha doblado un larguero del chasis del Citroën y arrancado un brazo de suspensión delantera. Esto frenó en seco el 2 CV y su aventura. Para cualquiera, aquello se habría convertido en algo insuperable sin ayuda exterior y el coche, de no ser remolcado, acabaría terminado como un montón de chatarra inútil e inservible. Pero no para Emile Leray.

Leray ve que está a varias horas de marcha del primer pueblo para poder pedir ayuda. Este ingeniero electricista se lo toma entonces como un reto y decide crear un nuevo vehículo para acercarse a ese pueblo. No le apetece mucho andar unas horas bajo el sol del Sahara.

Así, empieza por desmontar el viejo 2 CV para utilizarlo como refugio. Pero si quiere salir de allí, tendrá que encontrar una solución. Primero intenta fabricar una suerte de trike, de moto de tres ruedas. Y se da cuenta que fabricar una moto en el desierto le va a llevar tiempo.

Moto De Emile Leray
Moto De Emile Leray

Del rudimentario chasis de largueros y travesaños del 2 CV, conserva una parte de los largueros centrales del habitáculo y abandona el resto de los travesaños y largueros. Instala el motor en posición central trasera junto con la caja de cambios y confecciona una transmisión por rodillos sin cadena.

En salida del motor instala dos tambores de frenos, uno de ellos bloqueado y fijo para que el par motor vaya únicamente al tambor que debe accionar la rueda. El motor hace así girar uno de los tambores de freno que a su vez hace girar la rueda trasera.

Para que la moto pueda ir hacia adelante, el tambor de freno debe girar en sentido contrario a la rueda. De ahí que su moto de fortuna sólo disponga de una marcha atrás, que en la práctica es marcha adelante, y no supere los 20 km/h.

El gato del coche sirve de manillar, en el que se instalan, entre otros, el sistema de embrague y de encendido. Con un trozo de parachoques, algo de tapicería y mucha cinta adhesiva confecciona el sillín. El tubo que va de la boca de llenado al depósito de gasolina se convierte en la pata para poder aguantar la moto cuando se detiene. Y en medio de todo eso, se permite el lujo de equipar la rueda delantera con un brazo de suspensión.

Tras 11 noches y 12 días de trabajo incansable, se prepara para emprender camino hacia el pueblo de Tan-Tan. La última noche, oyó un coche acercarse. Son los militares que le controlaron hace unos días en Tilemson. Viendo la moto, le dicen que no puede circular por el país con ese engendro mecánico, el cual que tiene más pinta de motocultor que de Citroën.

De hecho, se lo llevan a él comisaría para tomarle declaración por “importación ilegal de vehículo no conforme” y a la moto al depósito municipal. Tuvo que volver unos meses después volvió a por su peculiar moto con otro 2 CV, uno entero está vez.

A día de hoy, el ingenioso inventor con aires de Doc Brown a lo Mad Max sigue vivo y conserva su moto en casa junto con sus otros inventos, casi todos con algo de Citroën en ellos.

Imágenes | Emile Leray

En Motorpasión | “Cruzar el desierto en un sillón”. Este autobús que parece salido de Mad Max fue el más grande y lujoso del mundo, surcaba el desierto sirio, y tenía hasta cocina

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