Ramón Hernández, el careta del Moneyball

En esa camada de 1999 en la que solo tres peloteros venezolanos lograron superar los 10 años de servicio está Ramón Hernández, que jugó 15 contiendas en el llamado mejor béisbol del mundo, la séptima marca más alta para un criollo. Llegó a las granjas de Oakland en 1995 y tres años después apareció en la lista de los 100 mejores prospectos de MLB, según Baseball América. Para la campaña siguiente haría su estreno, exactamente el 29 de junio ante los Marineros de Seattle, tenía entonces 23 años.
Apenas en su segundo juego, el 30 de junio, tuvo un compromiso de 4-3, con doble, jonrón y con cuatro carreras impulsadas. Al final del año había sumado 40 juegos, en los que conectó 38 hits, incluidos 10 extrabases, y empujó 21 carreras facturando un promedio de .279. Para la temporada siguiente era el receptor titular y, claro, fue parte de ese equipo cuya filosofía de juego motivo la película Moneyball, que en 2011 protagonizó Brad Pitt y narraba la historia del gerente Billy Beane, que empleo estadísticas avanzadas para fichar jugadores y construir un nómina, que -sin necesidad de costar millones- podía ganar más de 100 juegos.
Ramón fue el receptor titular de ese equipo de Oakland que llegó a postemporada en la temporada 2000, 2001, 2002 y 2003, pero siempre se quedó corto. En 2003 puntualmente dio un salto de calidad como bateador, registrando un promedio de .273 tras 140 juegos, despachó entonces 21 estacazos, siendo ésta la primera vez que alcanzaba y superaba la barrera de los 20, y además empujó 78 carreras. Esa actuación lo llevó a su primer y único Juego de Estrellas.
En 2004 Ramón pasó a los Padres de San Diego y pudo continuar con su buen momento ofensivo, ligó para .276, con 18 bambinazos y 63 remolques. Pero eso sería solo el comienzo. Al año siguiente bateó .290 en 99 juegos y en la postemporada facturó un promedio de .455, el mejor que consiguió en esas instancias. En 2006, 2007 y 2008 jugó con los Orioles de Baltimore. En su primera incursión logró tener una campaña de 23 bambinazos, la cifra más alta de su carrera, además bateó para .275 con un OPS de .822. En las campañas siguientes tuvo una actuación mucho más discreta.
En 2009, ya con 33 años, Ramón se unió a las filas de los Rojos de Cincinnati, equipo con el que también jugaría tres campañas y con el cual viviría su mejor temporada ofensiva, ligando para .297 en 97 compromisos. Ya no daba tantos jonrones, de hecho dio solo siete ese año, pero encontró la forma de ser productivo. En 2012 jugó con los Rockies de Colorado y en 2013 se retiró luego de 17 compromisos con los Dodgers de Los Ángeles.
Ramón se retiró luego de 1526 juegos, en los que conectó 1345 hits, incluidos 169 jonrones, empujó 757 carreras y anotó 580.