¿Quién toma la delantera? – Líder en deportes

El título más parece propio del hipismo que del fútbol, pero por extensión, es fácilmente aplicable a los mejores jugadores de las canchas de la era presente. Las transmisiones y sus compañeras, las imágenes, nos hacen ver a los futbolistas como seres imbatibles llegados desde una galaxia lejana, o cuando menos, monstruos que podrían derrotar en un combate feroz y con su inteligencia para el juego a King Kong y Godzilla de un solo tirón.
Claro, esta es una broma (posiblemente de mal gusto), pero viene al caso ante la exageración manifiesta de la televisión por cable. Los jugadores, por formidables que parezcan, son seres humanos, propensos a aciertos y a errores, y la tendencia a endiosarlos no deja de ser un recurso de la narrativa televisiva. Pero, nos estamos saliendo del tema central y es la de los jugadores que por sus virtudes resaltan del común. Y entonces, hablemos de Kylian Mbappé. Hace unos días le vimos marcar al Leganés un gol de tiro libre de puro ingenio. Cuando él arranca, ¡apártense!, porque llega la locomotora con todos sus vagones enganchados y a toda pasta…
No obstante, a Mbappé le asaltan algunas lagunas que le hacen ”perderse” de los partidos hasta que, de súbito, se enciende otra vez. Será por eso que algunos prefieren a Lamine Yamal, un jugador parejo, sin baches, y capaz de sacar de la chistera de los magos aquellos conejos impredecibles. Le vimos marcar dos goles al Girona de pura finura; descolgado por la derecha y siendo zurdo, nos hizo recordar las grandes tarde de Diego Armando Maradona con sus movimientos limpios y precisos, por su astucia e inteligencia. Por ahí se ha “decantado”, como dicen los españoles, la disputa de quien, corriendo por el puesto de adentro, y vaya con el hipismo, es el que toma la delantera…
La llegada de Mbappé al Real Madrid ha aligerado el enorme peso de la responsabilidad a Vinicius. Hasta entonces dueño de la pasión de la hinchada blanca, ahora ve, con alivio y al parecer sin resentimiento, la aparición en el ataque del poderoso francés. Vinicius, favorito del madridismo por su fútbol y por sus desplantes, ha cedido con gusto su lugar de artillero, y por ahora uno y otro navegan tranquilos en el mar quieto de las victorias. ¿Y Rodrygo, adónde ha ido a parar en las consideraciones de los mejores jugadores de la actualidad? No sabemos si él, tan callado, podría colarse y llegar a donde lo han hecho sus compañeros de equipo, es verdad, pero nadie podría quitarle su presencia en los momentos decisivos de los partidos. ¿Está bravo el juego y el Madrid requiere de un gol de postguerra? Bueno, denle la pelota al número once y ya verán.
Nos vemos por ahí.