Por qué es importante que las puertas de los coches no tengan holguras

Parece una pregunta sencilla y sin más transcendencia. ¿Por qué es importante que las puertas de los coches no tengan holguras? Y quien dice las puertas, dice el capó, las aletas o el portón de maletero. ¿De dónde viene esa obsesión por que los paneles de la carrocería tengan que estar perfectamente alineados?
La respuesta sencilla sería por una simple cuestión de precisión a la hora de abrir y cerrar las puertas sin rozar y evitar que el agua entre en la cabina, especialmente cuando las juntas de goma no encajan correctamente. Pero no, la principal razón no es tanto técnica como emocional.
Algo no cuadra en este coche. Son las holguras
De entrada cabe aclarar que haya holguras o no, no influye en las zonas de deformación programada en caso de accidente. Lo importante son las formas en general y no sí el capó si está 2 mm a la derecha o a la izquierda de la aleta delantera. Es importante que los paneles de carrocería no tengan holguras por una cuestión de percepción nuestra, una razón que es aún más importante para el fabricante que para nosotros.
A menudo, aunque no sepamos decir por qué, vemos si algo es de calidad o no. A pesar de que la naturaleza aborrece la uniformidad y la simetría (ni siquiera nuestros rasgos son simétricos), apreciamos mucho la simetría de las cosas. La simetría, en el inconsciente, representa organización, orden y buena salud. Y es algo que también buscamos en los coches, porque un coche con paneles con holguras nos parecerá mal hecho, sin que en ese momento sepamos decir por qué.


Si algo está bien hecho, o es de calidad, se debería ver no sólo en el fondo, sino también en las formas. Y en el automóvil, las formas pasan, entre otros aspectos, por unos paneles de carrocería sin holguras. Establecer esa alta calidad vía los espacios uniformes entre paneles de carrocería es una de las numerosas razones por las que los modelos japoneses y coreanos se impusieron en EEUU y Europa.
Es también una de las maneras con las que Volkswagen consiguió su fama de calidad en los años 90 y en las primeras décadas de los 2000. El entonces todopoderoso al frente de Volkswagen, Ferdinand Piëch, se obsesionó con los espacios entre paneles. Amenazando con despedir a todos los directores de producción, hizo que todos los coches tuvieran un espacio uniforme entre paneles de carrocería de 4 mm. Se considera que un espacio de entre 3,5 mm y 4,5 mm es lo mejor de la industria.
La percepción es tan importante que incluso hizo que las puertas de los coches de su grupo, al cerrarse, emitiesen un sonido grave y apagado, casi como si fuese una pesada puerta de cámara acorazada. Algo que, en el fondo, no es más que un truco que se obtiene con juntas de goma dispuestas de una determinada forma y no significa realmente nada.
Esa misma sensación de calidad la vemos, o no, en un coche de segunda mano. Cuando los paneles no están bien alineados, cuando hay holguras, pueden ser una indicación que el coche ha sufrido un accidente y no ha sido bien arreglado. Y saber ver esas diferencias, se pueden apreciar simplemente deslizando el dedo por el espacio entre los paneles, nos puede evitar comprar un coche con daños ocultos o incluso un chasis doblado.
Imágenes | Motorpasión
En Motorpasión | Un hombre inventó un coche de madera para que todos los africanos pudieran tener un coche barato. La idea era buena, pero terminó en la cárcel