18 octubre, 2025

Pablo Cuevas explica cómo está siendo su trabajo con Fran Cerúndolo

Pablo Cuevas en su entrevista con Fernando Murciego. Fuente: Punto de Break

Streaming WTA Saint-Malo en directo

🎾 Viktorija Golubic vs Kaja Juvan

* Ver y apostar en este partido en directo aquí.

Aunque esta temporada venga cumpliendo otra función, es imposible que Pablo Cuevas (Concordia, 1986) no sonría al pisar el Mutua Madrid Open. De todos los torneos de Grand Slam y Masters 1000 que tiene el calendario, este fue el único donde el uruguayo llegó a semifinales, las que firmó en 2017 tras vencer a jugadores como Bellucci, Paire o Zverev. Una etapa del pasado, la que cerró este último verano en Nueva York, anunciando su retirada definitiva de las pistas.

Cerquita ya de soplar las 40 velas, el carisma de Cuevas sigue estando muy presente cuando Punto de Break se cita con él en los recovecos de la Caja Mágica. Una persona que trasmite serenidad y buena vibra. Cualquiera diría que está para competir, pero hoy su labor se desarrolla desde el otro lado de la barrera, asumiendo el rol de entrenador de Fran Cerúndolo. Algo tiene la capital de España que siempre le sienta bien a Fran, igual que le pasó a su nuevo técnico, un combo que viene siendo protagonista en esta gira de tierra batida.

Jugaste muchos años este torneo, pero esta vez es diferente.

Hay un cambio grande, desde luego, de jugador a entrenador. Son diferentes tiempos, es un rol que demanda de bastante atención y encontrar el timing justo para llegarle al jugador, sea desde lo táctico o desde lo mental. Todavía estoy en ese período de adaptación, aprendiendo del día a día y disfrutando de las horas libres que antes no tenía. Ahora se hace más fácil conectar y desconectar.

No hace tanto que te retiraste…

El año pasado me retiré oficialmente, pero ya en 2023 jugué muy poquito, hasta que en 2024 prácticamente no jugué nada. Ese último tiempo lo pasé muy relajado, mi cabeza lo tenía ya asimilado.

¿Qué pensabas al inicio de 2024?

Cuando fui al Open de Australia no lo tenía tan claro, intenté hacer una buena pretemporada para estirarlo lo máximo posible, pero en las primeras semanas me desgarré, por lo que no pude llegar muy preparado a Melbourne. Ahí empecé a sentir que esta prueba era cada vez más complicada, eran señales de que no tenía que jugar más, el cuerpo me pedía parar.

Pablo Cuevas celebrando un punto en su carrera.

 

Y paraste en el US Open.

Ahí ya no logré encontrar la motivación de entrenar y prepararme. Fui de todas formas, fue mi último torneo, pero lo afronté muy relajado. Viajé con mi mujer para disfrutar de Nueva York, quería ponerle el cierre a lo que ocupó tantos años de mi vida.

¿Qué se siente al disputar el último torneo de tu carrera?

Fue extraño, pensé mucho que era el último, en la cancha tuve una ensalada de sensaciones: ¿Por qué no me preparé mejor? Por favor, que termine rápido. Una vez acabó lo vi claro: acá dejo la raqueta. Ahora estoy en el equipo de Fran, también en Uruguay con unos chicos sub16, me sigue divirtiendo el ambiente del tenis, pero no me importa si no vuelvo a agarrar una raqueta. No tengo mucho que reprocharme; como todos, pienso que podría haber conseguido más cosas. ¿Cuánto más le podría haber puesto? En ese sentido estoy tranquilo, siempre intenté dar el máximo, rodearme de buenos equipos, pasarme todas las semanas posibles en Europa, incluso tuve que instalarme en Argentina y dejar mi país para que todo fuera mejor.

Una vez retirado, ¿qué panorama te encontraste?

Todo empezó a cambiar poco a poco, en mi caso se acumuló demasiado tiempo libre. Luego me involucré con algunas inversiones económicas, después estuve más inquieto con un tema de desarrollo inmobiliario y algún otro negocio, hasta que terminó girando tanto la situación que me vi con demasiadas reuniones en un mismo día. Ya no sabía con quién me tenía que comparar, si con la gente de mi edad o los que tenían 50. Fui aprendiendo a usar mejor esos tiempos: ni llenarme de reuniones, ni quitarme la parte del deporte. Me encanta también el contacto con la naturaleza o jugar al pádel, busco encontrar ese equilibrio, el gusto en cada cosa, sin olvidar que soy padre de familia y también quiero pasar tiempo con ellos.

¿Echas de menos el tenis?

No, sinceramente no. El año pasado, antes de ir al US Open miré muy pocos partidos. Recuerdo ver un partido de Roland Garros y decirme mi mujer: ‘Qué lindo estar ahí’. Y yo le respondí: ‘Desde casa estoy bárbaro’ (risas). Tengo un grupo de amigos que viaja bastante, no te diré que se desespera por viajar, pero planifican mucho esos viajes. Quitado alguno por Punta del Este o por Brasil, si los viajes son por Europa prefiero esperarlos acá, no me llamen ya ese tipo de aventuras. Me divierto mucho con el día a día en mi casa, estoy ocupado con el pádel, con el surf y con mis hijas.

Pablo Cuevas en su etapa de jugador retirado.

 

Y ahora también entrenando. ¿Por qué aceptaste la oferta de Fran?

No estaba en mis planes volver a viajar, pero conocía al equipo anterior que tenía Fran. Ahora está Nico Pastor, al que menos conocía, pero sí tenía relación con su preparador físico y sus kinesiólogos. Cuando empezamos pensé que esto no era lo que realmente estaba buscando, pero después de un par de charlas empezó a gustarme trabajar con un jugador tan bueno, empecé a ver un montón de similitudes. En principio haré unas 12-15 semanas, después del trajín que llevaba me pareció una cantidad fácil de manejar. Poco a poco fui enganchándome con el desafío, hoy estoy muy contento, ¡estoy prendido!

¿Alguna conexión entre su historia y la tuya?

Veo varias similitudes en el juego y la parte mental. Como te dije, después de la primera charla no me vi tanto ocupando este rol, pero a medida que fui compartiendo tiempo con Fran fui descubriendo su potencial, su capacidad de estar más arriba y las cosas que hemos de solucionar. Sabemos que estar en pista no solo es pegarle a la pelotita, sino también dar el bocado en el momento indicado. Como entrenador, uno está dando vueltas todo el día para encontrar el momento de decirle eso que quieres decirle, pero depende de muchos factores. Como pasa en la vida, a veces ese momento nunca llega, es difícil alcanzar la perfección, así que toca congeniar bien eso. Lo importante es que lo que uno diga le sirva al jugador, si luego hay que ponerse más duro o flexible es ya cosa mía, este es el desafío que tengo entre manos.

Como el jugador que busca cuál es su estilo, imagino que también el coach se va definiendo poco a poco. ¿Qué tipo de entrenador eres?

Hoy no estoy tan desesperado por encontrar esto, no creo que la gran virtud de un entrenador sea traspasar todos sus conocimientos, sino leer la persona que tienes enfrente. El gran entrenador no tiene éxito con un solo jugador, lo bonito es que no haya un solo método, sino saber qué necesita cada persona. Luego ya se trabajará lo técnico, ya se buscarán los cambios, pero en un jugador como Francisco el gran desafío pasa más por la parte mental que por la parte técnica. Siempre habrá margen para mejorar lo técnico-táctico, esto ayuda a tener más claridad mental, más tranquilad a la hora de ejecutar, pero el gran desafío es juntar todo este combo. Tengo que resolver ese puzzle.

Hablemos de objetivos, que los habrá.

Por supuesto, todos perseguimos objetivos, pero todavía no nos marcamos nada numérico. Quiero que mi jugador mejore, eso es obvio, pero el objetivo ahora es resolver primero ciertas cosas, para que luego el objetivo numérico sea mejor. Así lo hacía yo cuando jugaba.

Fran Cerúndolo celebra un punto en Madrid.

 

De Madrid os vais de nuevo dentro del top20, buen trabajo.

Es inevitable mirar el ranking, la Race o los puntos que defiendes, pero esas cosas son tan obvias que muchas veces depende de la personalidad de cada uno. Habrá jugadores que pensar en estos números les pueda paralizar. Hay que salir ahí fuera a ganar cada partido, mi trabajo es ayudarle y decirle cómo conseguirlo. Saber qué cosas le presionan al jugador e intentar alejarle de eso también es una tarea. Está bien pensar dónde acabaremos el año, pero prefiero centrarme en cuál es su plan de juego cada vez que pise la cancha.

¿Cómo ves el tenis sudamericano actual?

Hoy en día hay muchas más posibilidades para todos aquellos jugadores que lo quieran intentar. En mi época había una quinta parte de los torneos que hay ahora, eso sirve muchísimo para competir sin salir de Sudamérica, ya no hace falta salir para meterte en el top100, eso en mi época era inviable. Esto hace que el círculo del tenis sea mucho mayor, que se trabaje de mejor manera en las Academias, provocando que ahora haya muchísimos jugadores entre los 400 mejores del mundo.

¿Falta un referente?

No tenemos un Del Potro, o aquella camada que se reunió entre argentinos y los chilenos hace veinte años, con varios en el top10 y algún uruguayo perdido en el top30. Me acuerdo de ver a 7-8 sudamericanos dentro del top30, hoy no es así, pero hay varios jóvenes que tiene potencial para dar el paso.

La eterna búsqueda del talento.

Ahí están las federaciones de Francia o Estados Unidos con mucha más capacidad económica y tampoco lo consiguen, no es fácil encontrar ese tipo de talento especial.

¿Puede ser Joao Fonseca el elegido?

Brasil fue una potencia enorme gracias a Gustavo Kuerten, de hecho, él fue uno de mis ídolos. Creo que Fonseca es un jugador distinto, de esos que lo ves dentro y fuera de la cancha y… no sé, le ves algo diferente. Es un tipo a seguir de cerca, pude estar ahí arriba, pero es muy joven todavía, pueden pasar muchísimas cosas.

Pablo Cuevas, leyenda del tenis uruguayo.

 

Todavía tiene que concretar cuál será ‘su manera’, como ya hizo Alcaraz. ¿Qué opinas del tema?

Lo escuché decir que quería centrarse más en disfrutar y no tanto en si gana los torneos o si es Nº1 por adelantado […] No sé, Fonseca pertenece a un país que no tenía una figura así desde Guga, es muy lindo ser brasileño porque tienes siempre la cancha llena, pero conlleva también una presión que hay que saber manejar, te puede favorecer o perjudicar. Creo que tiene la personalidad para conseguirlo, así que vamos a disfrutar de su presencia en los mejores estadios del circuito.

¿Qué pasa con el tenis uruguayo? ¿Te preocupa que no haya ningún top300?

No sé si me preocupa la situación, es algo lógico si tenemos en cuenta lo que se ha hecho hasta ahora…

… o lo que no se ha hecho.

Según como quieras verlo. Está claro que tenemos un montón de contras, somos un país con poca gente en general y poca gente que haga deporte en concreto. La gente que hace deporte lo normal es que apueste por el fútbol, necesitamos construir un circuito nacional más atractivo, algo parecido a lo que han hecho en Argentina, pero probablemente no lo tengamos nunca. Lo que hace falta es una mayor apertura mental de clubes, de entrenadores, de entender que necesitamos todos de todos para crecer juntos. Lo digo porque algunos están pensando en no perder a sus chicos, tienen miedo de que se vayan al club de al lado, por eso no hay academias de tenis en Uruguay, son todo clubes.

¿No hay ninguna academia?

Solo los clubes funcionan, pero ninguno funciona como Academia. Con Facu, mi ex entrenador, intentamos arrancar con una hace dos años, un proyecto muy chico, pero no puedes esperar que aparezca alguien de 16 años que juegue bien, tienes que ir tú a las raíces para sacar uno con 8 años, para que luego pueda tener todas las bases una vez cumpla 14. Para que luego pueda ser competitivo es increíble el trabajo que hay que hacer, un trabajo que en Sudamérica siempre es un poco más complejo. Debemos apostar por esa apertura que te decía, abrir un centro de entrenamiento donde los mejores puedan potenciarse entre ellos, acercarnos mucho al método argentino.

No será fácil, ni rápido.

Quizá en unos años tengamos un volumen de gente que empiece a estar en el top300 del ranking, ahí ya decidirá el talento de cada uno para ver si pueden o no pueden llegar a disputar este tipo de torneos.

Pablo Cuevas golpeando el revés a una mano.

 

¿Qué hacemos con el revés a una mano? Se nos muere este golpe.

No sé si esto será como las modas de la ropa, que van y vienen. A día de hoy, creo que el revés a una mano sí es una desventaja para el juego tan veloz y potente que vemos ahora, pero también hay poca variante. Es difícil utilizar esas variantes a tan alta velocidad, lo cual no me sorprende. De repente veo un Musetti que sí sabe usar bien esos cambios de ritmo, el slice o las pelotas altas. Dimitrov, a su manera, también sabe imprimirle velocidad y quitársela con el slice. Wawrinka está ya grande, pero siempre supo hacerlo. Sinceramente, no creo que haya un boom de jugadores con reveses a una mano, quizá no haya ninguno dentro del top50 junior.

La clave está en la base.

Sí, creo que en las academias están teniendo esa tendencia de quitarles ese golpe. Si alguien viene con revés a una mano le quitan esa ilusión, le insisten en lo difícil que será más adelante si no cambian el revés a dos manos. Esto es lo que impedirá que tengamos a otro Roger ahí arriba, una persona que pueda mostrarnos todas las variantes del revés a una mano.

¿Y con el bigote? Ya nadie se atreve a llevarlo.

(Risas)

Creo que tú fuiste el último, al menos en llevarlo con estilo.

Recuerdo que en Sudamérica volvió de repente esa moda, de hecho, en aquella época hubo otros jugadores australianos que me siguieron con esto del bigote…

Me suena Thompson y De Minaur.

Eso sí que fue pura moda, también hace 15 años no había nadie con tatuajes y hoy casi todos tienen alguno.



Ver fuente