Niveles

Somos muchos los que llevamos años criticando la falta de rigor a la hora de establecer un ranking justo por parte de los diferentes organismos de boxeo, que deberían ser los encargados de liderar la gestión deportiva del deporte que les ocupa.
En el día de ayer vimos un ejemplo más que nos da la razón.
Relacionado: ¿Cómo un boxeador con un 16% de nocauts pudo noquear a Munguía?
La derrota de Munguía demuestra que jamás debió estar donde estuvo. Demuestra que gran parte de su carrera fue precocinada para engordar un producto que jamás terminó de convencer.
Demuestra que los organismos y las promotoras se saltaron todos los escalones que hicieran falta para que ese chico generase el dinero que todos ellos anhelaban.


Y hay que reconocer que los organismos lo consiguieron. Lo llevaron del peso súper welter hasta el súper mediano sin enfrentarlo con nadie, esquivando rivales sin ton ni son hasta ponerlo frente al mismo Canelo Álvarez para hacer creer al mundo que Jaime Munguía era un gran boxeador. Un aspirante legítimo, el sucesor, el heredero.
Lo triste es que mientras que estas promotoras y organismos obsequiaban a Munguía y a otros asalariados como Berlanga, veíamos que otros boxeadores mejores se veían obligados a cambiar de peso para buscar una posibilidad real en un combate justo.
Con el ko de ayer se ha demostrado que hay carreras pugilísticas que son de ciencia ficción, falsas y perniciosas para este deporte.


Se demuestra que a pesar de lo falso o fraudulentos que son los rankings, a veces el boxeo pone a cada uno en su sitio mostrando cuál es su verdadero nivel.
Yo me pregunto, si esto le ha ocurrido con un semi desconocido boxeador francés, ¿qué le habría pasado frente a Morrell o David Benavidez?
Jamás lo sabremos porque alguien se ocupó de esquivar a estos rivales para llevar a Munguía directamente hasta la cima de este deporte, pero por desgracia para él, al final se despeñó.
Cuestión de niveles.
Marcos Nogueroles Hernández