Nadal define sus dos partidos más especiales y el tenis del futuro


🎾 Alex Michelsen vs Adrian Mannarino
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¿Cómo será el tenis del futuro? Una pregunta que ha rondado la cabeza de jugadores, entrenadores y aficionados cada cierto tiempo. Una pregunta cuya respuesta se va renovando y regenerando de manera cíclica. Las respuestas, a día de hoy, son múltiples y variadas… aunque quizás convenga escuchar las opiniones de gente como Rafael Nadal, que ha convivido con varias generaciones de jugadores en el circuito ATP y que tiene muy claro hacia qué dirección está virando el tenis.
La gran preocupación de Nadal es, sin duda, la inmovilidad de normas… y el hecho de que los jugadores, según él, son cada vez más «altos» y se mueven «mejor». Lo pronunció en un discurso en la Escuela Universitaria UAX Rafa Nadal, recogida por Eurosport, en la cual mostró su preocupación con el estilo de juego que podríamos ver en años venideros. «El tenis no ha cambiado nada en lo que a reglas respecta», señalaba el balear, incidiendo en el «impacto decisivo» que a día de hoy tiene un golpe como el servicio.
«Si la potencia no se limita, llegará el momento en el que un tipo de buenos desplazamientos y más de dos metros mande: será imposible hacerle un break y competir frente a él», aseveraba un Nadal que, eso sí, aprovechaba para matizar que este perfil de jugador «aún no ha llegado». Puso como ejemplo de esta afirmación, además, a nombres como Djokovic (de quien dijo que llegó hace poco a una final) y él mismo, que «hace año y medio era capaz de competir».
LOS PARTIDOS MÁS ESPECIALES DE SU CARRERA
Dentro de las preguntas que respondió y de los temas que trató, Rafa no quiso dejar sin mencionar algunos de los momentos más especiales de su carrera. Dos encuentros guardan un lugar único en su corazón: la final de Wimbledon 2008 ante Federer y la del Open de Australia 2022 ante Medvedev. Sobre la primera, Nadal recalcó que era uno de los partidos «más difíciles de gestionar» en aquel momento de su trayectoria, puesto que venía de caer en dos finales seguidas ante el suizo, además de que le dio un «plus» para saber que podía «ganar grandes títulos fuera de la arcilla»; sobre el segundo, fue rotundo al afirmar que pensó que «iba a perder», pero del que destaca su capacidad de autocontrol y su manera de no irse nunca, a nivel mental, de aquel partido. «Valía la pena pelear por ese 4%, esa siempre ha sido mi forma de encarar este deporte». Qué duda cabe, esa mentalidad acompañará a Rafa hasta el final de sus días.