nacieron de una fusión, sobrevivieron a una guerra y explican la historia de la marca

El logotipo más minimalista de la automoción es, a la vez, uno de los más cargados de historia. Los cuatro aros de Audi no tienen nada que ver con el sistema de tracción quattro de los 80, como muchos podrían pensar. Estos nacieron casi medio siglo antes para simbolizar la unión estratégica de cuatro fabricantes sajones en plena crisis.
La historia arranca con August Horch, uno de los pioneros de la automoción alemana y antiguo colaborador de Karl Benz. En 1899 fundó su propia marca, Horch, con la que cosechó mucho prestigio gracias a innovaciones técnicas adelantadas a su tiempo. Pero en 1909, tras una disputa con sus socios, tuvo que abandonar la compañía.
Sin poder utilizar legalmente la marca Horch, recurrió a una solución creativa: tradujo su apellido al latín. “Horch” (que en alemán significa “escucha”) se convirtió en “Audi”. Así nacía una nueva marca que, pocos años más tarde, sería parte fundamental en la fusión que daría vida al emblema de los cuatro aros.
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Cuatro aros, cuatro marcas: el nacimiento de Auto Union
En 1932, el Banco Estatal de Sajonia decidió agrupar sus intereses para salvar músculo industrial en plena crisis. Esto forzó que Audi, Horch, DKW y Wanderer se fusionaran en Auto Union AG, que pronto se convirtió en el segundo fabricante de automóviles de Alemania. El nuevo emblema de los cuatro aros entrelazados reflejaba tanto la unión como la especialización: DKW en motos y pequeños, Wanderer en el segmento medio, Audi en berlinas de corte dinámico y Horch en lujo.
Auto Union se hizo famoso en el mundo gracias a la competición. Con Ferdinand Porsche detrás del proyecto, nacieron los Grand Prix V16 con motor central, coches revolucionarios para su época. Pilotos como Bernd Rosemeyer batieron récords legendarios (en 1937 superó los 400 km/h en autopista) y la marca firmó duelos memorables contra Mercedes-Benz, en gran parte bajo el paraguas de subvenciones estatales.


La Segunda Guerra Mundial truncó esa época dorada. Auto Union fabricó vehículos militares y, en los últimos años, recurrió al trabajo forzoso, un capítulo que Audi documenta hoy en su propia historia corporativa. Tras 1945, las plantas de Sajonia quedaron al este del Telón de Acero: el Ejército Rojo desmontó fábricas enteras y hasta se llevó coches de carreras a Moscú para copiarlos.
Ingolstadt: el renacimiento de los cuatro aros
Con Zwickau perdida, antiguos directivos rehicieron la empresa en 1949 como Auto Union GmbH en Ingolstadt. Empezaron con motos y pequeñas y robustas furgonetas DKW, y pronto recuperaron la producción de turismos. Los cuatro aros se mantuvieron como emblema, convertidos en un hilo conductor entre pasado y futuro.
En 1958 Daimler-Benz compró Auto Union, pero en 1964 cedió el testigo a Volkswagen, que apostó por relanzar la marca Audi con motores de cuatro tiempos. En 1969 llegó la fusión con NSU, la casa del motor Wankel y del innovador Ro 80, Coche del Año en 1968. La diversidad técnica de aquel catálogo llevó en 1971 al famoso lema Vorsprung durch Technik. Desde 1985, la empresa se llama simplemente Audi AG, pero los cuatro aros siguen contando la misma historia.
Por asociación con el nombre, muchos podrían pensar que el logotipo de Audi hace referencia a su famosa tracción quattro, pero lo cierto es que ésta llegó en 1980. El logotipo ya estaba allí, como símbolo de unión y de continuidad. Y es que no sólo es un diseño: es parte de la historia de una industria que eligió unirse para sobrevivir y acabó dando nombre a una de las marcas más influyentes del mundo.
Imágenes | Audi
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