18 septiembre, 2025

Muere Robert Redford, actor y fundador de la estación de esquí de Sundance

Muere Robert Redford, actor y fundador de la estación de

Roger Ebert calificó Downhill Racer (El descenso de la muerte, 1969), la película de Robert Redford sobre el mundo de la competición de esquí alpino, como «la mejor película jamás hecha sobre deportes – sin ser realmente sobre deportes en absoluto».

Se podría aplicar una descripción similar al Sundance Resort que Robert Redford abrió en Utah en 1969. Es una estación de esquí que se centra en el arte, la comunidad y el medio ambiente tanto como en el esquí. Y no es casualidad. Todo formaba parte del plan del actor cuando decidió poner en marcha este complejo invernal hace más de medio siglo.

Hoy en día, la gente está más familiarizada con el otro Sundance de Robert Redford en Utah, el del famoso festival de cine independiente que se celebra en la cercana Park City. Pero por muchas historias que haya dado a conocer ese Sundance cinematográfico, la de la estación de esquí merece la pena ser contada.

Robert Redford como David Chappellet en ‘Downhill Racer’ (1969)

En el mismo sitio donde ahora se levanta Sundance, había una pequeña estación de esquí llamada Timp Haven, cerca del pueblo de Provo, abierta en los años ’50 por una familia de pastores. Robert Redford pasó por allí por casualidad cuando se dirigía en moto desde su casa de Santa Monica (California) a la Universidad de Colorado donde estaba estudiando. Aquellas montañas le evocaban los Alpes suizos, y su vasto paisaje encerraba todo tipo de posibilidades. El Mount Timpanogos, un pico de 3.582 metros, el segundo más alto de Utah le pareció recordar al Zermatt de Suiza.

Menos de una década después, Redford ya era una estrella de cine con varias películas a su espalda, entre ellas dos que marcarían la creación de Sundance Resort : Butch Cassidy and the Sundance Kid (en España: Dos hombres y un destino) y Downhill Racer (El descenso de la muerte).

Como prueba de lo prendado que le dejó aquellas montañas, un buen día en el pequeño pueblo de Provo conoció a su mujer, y allí mismo se casaron pocos años después. En 1961 juntos compraron un par de acres de terreno y levantaron una pequeña cabaña con la esperanza de que aquella iba a ser la primera piedra de su sueño.

Pocos años después compran la estación de esquí de Timp Haven, que por aquel entonces no era más que un pequeño remonte que empujaba a esquiadores locales ladera  arriba para volver a deslizarse sobre la nieve. Un matrimonio de pastores ovejeros mantenían aquello, vendían los tickets y servían sopa caliente a sus clientes.

 Robert Redford fundó Sundance Resort oficialmente en 1969

Y aunque por entonces Colorado y Utah ya estaban desarrollando un desmesurado desarrollo enfocado a la industria del turismo de esquí, había que tener contactos (económicos) para hacer lo que Redford  quería seguir haciendo. En 1968, el actor reunió a inversores y compró otros 3.000 acres, le cambió el nombre del que se convertiría en su personaje más emblemático (Sundance Kid) y se puso en marcha para desarrollar  todo aquello pero conservando el medio ambiente de aquellas montañas y experimentar artísticamente.

La sostenibilidad ambiental y construir respetando el medioambiente es algo que ahora mismo es muy actual, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de finales de los ’60 del siglo pasado. Todo un visionario teniendo en cuenta que por aquella época no existía ni por asomo el movimiento ecologista y conservacionista que se vive actualmente.

Durante las décadas siguientes, Redford creó allí su propio paraíso, un maridaje entre arte y naturaleza protegido de los megadesarrollos que se levantaban en las montañas de las Rocosas. En 1981 invitó a diez cineastas emergentes a ir a su santuario de montaña y desarrollar sus proyectos independientes. Pronto construiría cientos de cabañas privadas y de alquiler para ayudar a financiar ese motor artístico. El resto es historia del cine.

Sundance ski resort

A finales de enero y coincidiendo con la primera temporada baja de la temporada de esquí, se organiza el Sundance Film Festival

En 2020, tras varios años buscando a quién vender la estación de esquí con la esperanza de encontrar a alguien dispuesto a continuar su obra y, lo que es más importante, mejorar su largo legado, Robert Redford vende Sundance Resort cambió de manos, pero aquel complejo invernal (y de arte) conserva inconfundiblemente el espíritu del actor. Su lema siempre fue «desarrollar poco y preservar mucho». Por ello, los edificios siguen integrándose en el paisaje y ninguno se elevará por encima de la línea de árboles. 500 acres permanecen en una servidumbre de tierras preservadas, que nunca verán el desarrollo.

Y es que para Redford, la experiencia en Sundance Resort pretendía hacer referencia a las estaciones de esquí de la Costa Este a mediados de los años sesenta (zona preferida para la jet-set de Nueva York). Hoy en día, pequeño y con estilo son dos palabras que no suelen ir juntas cuando se describen montañas como Park City o Vail. Allí, las grandes multitudes se reúnen en las enormes colas de los remontes y en las cafeterías de montaña. Pero en Sundance Resort, a pesar de algunas renovaciones que hicieron los nuevos propietarios como la sustitución de algunos remontes y mejoras en edificios, aseguran que allí siguen teniendo «un gran terreno y cortas colas de remonte».

De todas maneras estamos en los Estados Unidos, donde el esquí en general está  dirigido mayoritariamente a un esquiador de alto poder adquisitivo. Por eso en Sundance el lujo sigue presente. Según se puede ver en su página web, tienen ocho restaurantes de alta gastronomía donde se puede degustar desde una curiosa ‘fusión franco-americana moderna’, en la Sala del Árbol, decorada con arte nativo americano de la colección personal de Redford, con mesas rodeadas de muñecas kachina y piezas de cerámica indígena, y un árbol real que atraviesa el interior.

restauracion en Sundance

Arte, naturaleza, lujo y delicatessen se fusionan en Sundance Resort

Buceando por las habitaciones del hotel podemos ver que tienen un diseño interior similar al de las cabañas independientes, con senderos y caminos que las conectan. Parece más un pueblecito que un complejo turístico típico, pero los servicios (jacuzzis, chimeneas, ropa de cama de lujo, barbacoas…) compiten con los de cualquier complejo de montaña.

Las habitaciones se distribuyen en cinco niveles, desde las Standard (cama, baño, sala de estar) hasta las más grandes Mountain Lofts, con cocina completa, dormitorio principal, altillo y sala de estar. Las Mountain Homes, por su parte, tienen sus propios nombres, como Hawk’s Nest, Dream Catcher y Owl Spirit, que podrían ser también pistas de esquí.

Tienen capacidad para un máximo de quince huéspedes y todos los alojamientos conservan un aire de albergue de esquí, con paneles de madera y cráneos de animales colgados de las paredes. Para un ambiente aún más auténticamente del Oeste está el Owl Bar, restaurado de 1890 y según la web de la  estación de esquí… trasladado desde Wyoming.

Y aunque el Festival de Cine de Sundance siempre estuvo destinado a Park City, la estación de esquí sigue acogiendo proyecciones y hasta hace dos años, seguía dando el pistoletazo de salida al evento internacional con un Brunch del Director Robert Redford en sus instalaciones.

El espíritu artístico del complejo que diseñó Robert Redford forma parte de su ADN tanto como los telesillas. La Galería de Arte Sundance, que acoge a artistas y sus obras, ofrece exposiciones y talleres. En el Estudio de Arte se imparten clases de pintura y grabado, joyería, cerámica e incluso fabricación de jabón, mientras que el Estudio de Soplado de Vidrio invita a los visitantes a ver cómo los artistas transforman vidrio desechado en piezas de arte.

El complejo organiza una serie de conferencias de autores (por ejemplo, una charla de Rick McIntyre, gran experto en lobos salvajes, sobre la historia de su reintroducción en Yellowstone) y actos comunitarios, como el Mercado de la Cosecha en colaboración con una universidad local.

arte en Sundance

Todas estas siguen siendo imágenes tomadas en la estación de esquí de Sundance Resort (Utah, Estados Unidos)

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