Los airbags de Takata son tan peligrosos que cientos de talleres están rechazando a los coches que los llevan. ¿El motivo? Temen que sus empleados se hagan daño

Decenas de muertes, millones de coches afectados y casi una década de un problema que sigue latente. Los airbags defectuosos de la japonesa Takata fueron instalados en millones de coches de todas las marcas entre 2000 y 2018, y desde que comenzaron las muertes por la metralla que disparaban los infladores de los airbags, aún hay coches equipados con ellos. Y víctimas, como una mujer de 36 años que murió en junio en Francia.
Es un problema tan monumental que cientos de talleres en Francia están rechazando coches afectados por la llamada a revisión. Temen que sus empleados acaben heridos al manipularlos.
El gran problema: no hay forma de saber qué coches quedan equipados con un inflador defectuoso
Según detallan desde L’Automobile, en Francia hay 2,5 millones de coches bajo llamada a revisión por airbags de Takata defectuosos, de los cuales a 1,7 millones de propietarios se les ha pedido que dejen de conducir hasta que se haya sustituido el airbag. Son estos vehículos los que un buen puñado de talleres han decidido no aceptar, entre ellos Norauto, Speedy o Point S.
A pesar de que las posibilidades de que un airbag equipado con el inflador defectuoso se active en un taller son pocas, hay que recordar que varias muertes relacionadas con estos dispositivos se produjeron mientras se manipulaba el airbag con el coche parado. Por eso estos talleres quieren proteger a sus empleados. Así que los conductores que acudan a los talleres deberán presentar un comprobante de la sustitución del airbag, realizado en el concesionario de la marca o en un taller autorizado.
Para aquellos cuyo vehículo no esté afectado por la campaña ‘stop drive’, Norauto, en particular, ha decidido limitar las intervenciones a las operaciones que no afecten al airbag. El principal problema es la escasísima trazabilidad de estos dispositivos defectuosos; es casi imposible saber el número de vehículos que los incorporan y cuántos de ellos explotan de forma violenta; menos aún los coches restaurados que montan este dispositivo.


Recordemos que el defecto está relacionado con los infladores de nitrato de amonio no desecado y debido a la degradación del propulsor que se produce tras una exposición prolongada a una humedad elevada y altas temperaturas. Las pruebas y los análisis realizados por Takata y por entidades independientes han revelado que hay diferencias en la forma de la degradación del propulsor.
La degradación del propulsor varía por zonas climáticas, diversas marcas y modelos de vehículos, y también por las distintas configuraciones de inflador y propulsor. Si el airbag se despliega por un accidente, una degradación del propulsor puede causar una ruptura en el inflador del airbag, cuyos fragmentos, lanzados como metralla, pueden provocar lesiones graves o la muerte. Y hay decenas de muertos en todo el mundo.
Imágenes | Takata, Pixabay
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