La tapicería de cuero queda genial en mi coche, pero se ve viejísima. Mi abuela me dijo un truco con el que queda per-fec-ta

Tengo debilidad por las tapicerías de cuero. Y reconozco que, si son de color claro, me gustan todavía más, especialmente cuando el interior cuenta con detalles y molduras de madera para tener la perfecta combinación de “coche de abuelo”.
El problema de esa configuración es que hace falta ser muy constante con la limpieza porque la suciedad resalta mucho en la piel de color claro y enseguida, los tonos beige y blancos, se acaban volviendo oscuros y feos. Para recuperar su estado, hay que limpiar.
Igual que hay que cuidar la piel de nuestro cuerpo, hay que cuidar el cuero del coche
Lo he comprobado en dos coches que he comprado de segunda mano. Los dos se configuraron en su día con una tapicería de cuero de color beige que debía lucir preciosa el primer día, pero los coches llegaron a mí cuando tenían más de 15 años y lo cierto es que quedaba poco del color original.
Por suerte, ambos coches tienen cuero de buena calidad (nada de cuero vegano, ni otros productos del marketing actual) y sabía que debajo de la capa de suciedad se escondería el color original. Lo que no tenía claro es cómo limpiarlo para que volviera a verse como el primer día, pero mi abuela me sacó de dudas.


El antes y el después de limpiar y acondicionar el cuero en mi Jaguar X-Type. A la izquierda, según lo compré. A la derecha, el asiento del conductor sigue sucio, pero el del pasajero ya está limpio.
En su casa siempre ha tenido sofás y sillones de piel y me dijo que los limpia e hidrata una vez al año para que se mantengan en perfecto estado. Lo que ha utilizado desde hace décadas para limpiarlos es jabón Lagarto. Es el jabón doméstico de toda la vida y es natural, por lo que no es agresivo con el cuero. Evidentemente, no sirve exclusivamente el de esa marca, pero es el más conocido.
Mi abuela me trajo una pastilla (más tarde he descubierto que también lo venden en formato líquido) y la cortó en escamas para diluir el jabón en un barreño lleno de agua caliente (no hirviendo). Me dijo que solo tenía que mojar un trapo (una microfibra) en ese barreño, escurrirlo bien y frotar la piel, sin demasiada fuerza, pero de forma enérgica. Si la tapicería está muy sucia, como era el caso de mis coches, enseguida verás que la suciedad va desapareciendo.
El trapo simplemente tiene que quedar húmedo, es importante escurrirlo para no empapar el cuero y cada poco tiempo hay que enjuagarlo en otro barreño con agua limpia, sin jabón. Si en ese proceso mojas la tapicería más de la cuenta, quita el sobrante con otro trapo limpio.


La parte trasera de Jaguar quedó impecable a base de limpiar con jabón Lagarto.
Cuando acabes de frotar, deja secar la tapicería al aire, a ser posible, con las puertas abiertas, pero sirve con bajar las ventanas. Como este punto es importante para que no se quede humedad dentro del coche y el clima no acompaña en invierno, lo ideal es limpiar la tapicería en primavera o verano.
Llegados a este punto, la tapicería debería estar limpia, pero queda por hacer una cosa imprescindible: hidratar el cuero. Si la piel no se nutre, se reseca y le pueden salir grietas, sobre todo, después de haberla humedecido para limpiarla. Mi abuela me avisó de que no se me ocurriese hacerlo con crema corporal hidratante, concretamente con el típico bote de Nivea azul porque “es pan para hoy y hambre para mañana”.
Esa crema es específica para el cuerpo humano y sus ingredientes no están hechos para el cuero de un sofá o de la tapicería del coche porque no deja respirar a la piel, la deja grasienta y demasiado blanda, puede manchar la ropa de los ocupantes que se sientan encima y atrae el polvo y la suciedad a largo plazo.


Así quedaron los asientos traseros de mi Volkswagen Touareg después de limpiarlos e hidratarlos. Al cabo de unas 24 horas, la piel absorbe el producto hidratante y deja de estar brillante.
El consejo que me dio mi abuela es que utilizase un producto específico, como el que le vendieron en la tienda de muebles cuando ella compró su sofá y sus sillones. Busqué en Amazon y encontré un producto que ha funcionado muy bien, de hecho, he comprado en más ocasiones según se me ha ido acabando.
Se trata de un protector intensivo de cuero que hidrata y protege; está hecho con cera de abeja, se aplica de forma sencilla y deja un agradable olor dentro del coche. Para aplicarlo, utilicé otro trapo de microfibra y dejé que la tapicería lo absorbiera durante 24 horas. Algunas zonas no absorbieron todo el producto en ese tiempo, así que lo quité pasando nuevamente un trapo.
Entre la limpieza y el acondicionador de cuero, la tapicería de mis dos coches se quitó unos cuantos años de encima. Confieso que parecían otros asientos. Para que no se vuelva a acumular demasiada suciedad, lo suyo es limpiar e hidratar la tapicería una o dos veces al año; lo bueno es que si lo haces con frecuencia no te costará mucho limpiar porque no habrá dado tiempo a que se ensucie.


En mi BMW E46 con tapicería mixta de tela y cuero sigo el mismo proceso en la parte de cuero de los asientos.
Ojo, este es el método que me ha funcionado a mí. Como suele decirse, “cada maestrillo tiene su librillo”. También reconozco que en los dos coches que tengo con tapicería de cuero ha sido más fácil que en el coche que tengo (sí, padezco Diógenes cocheril) con tapicería mixta de tela y cuero.
En este último, el proceso de hidratación es más tedioso porque tengo que proteger la parte de tela para no ensuciarla con el acondicionador de cuero. Además, es coupé y tengo que hacer contorsionismo para limpiar e hidratar los asientos traseros. En cualquier caso, he seguido el mismo método que con los otros dos y el resultado es bueno, pero siempre me lleva más tiempo, a pesar de ser menos superficie.
Imágenes | Rolls-Royce, Motorpasión