LA MEDALLISTA OLÍMPICA ATACADA BRUTALMENTE EN LA CALLE POR UN LOCO – Historias de los Juegos

Tendríamos que hablar aquí de Kimberly (Kim) Glass por su buen hacer en el voleibol; por haber ganado la medalla de plata en ese deporte para su país, Estados Unidos, en los Juegos Olímpicos de Pekín celebrados en 2008, medalla en la que contribuyó especialmente; por compatibilizar su carrera como deportista, donde ha jugado -además de en Estados Unidos- en las ligas de Italia, Rusia, Turquía y Puerto Rico, con una carrera como modelo; por dedicarse, especialmente, a ayudar y dedicar su tiempo a población sintecho de Los Ángeles, particularmente a niños no deseados. Pero es obligado que hablemos de Kim Glass por un hecho que duró apenas unos segundos y ocurrió en 2022 para marcarle de por vida, nunca mejor dicho.
Esta medallista olímpica fue víctima fortuitamente y de la forma más casual posible de un loco peligroso, un sintecho que bien podría ser uno de los muchos a los que atiende Glass. Un día Kim Glass caminaba por una calle del centro de Los Ángeles cuando fue brutalmente atacada por un hombre. La propia Kim describe que los hechos empezaron cuando un desconocido la miró con cara de odio para, inmediatamente y antes de que la propia víctima se percatara, golpearla con un tubo de metal en la cara. Las múltiples heridas sufridas en su cara requirieron 40 puntos, incluyendo en uno de sus ojos, además de numerosas fracturas. Más tarde se supo que el asaltante era un hombre de 52 años que ni mucho menos era la primera vez que cometía un acto así. Su atroz récord personal empezó en 2018 cuando golpeó a dos mujeres con un palo de golf. Dos años más tarde hizo lo propio con una joven de 19 años con un palo metálico. Por ese acto le dieron libertad condicional durante la cual asaltó a un fiscal dentro incluso de la Oficina del Fiscal. Fue a prisión por ese delito pero, al salir de nuevo en libertad provisional, fue cuando atacó a la exjugadora de voleibol.
Por el ataque a Kim Glass fue sentenciado a ocho años de cárcel, pero Glass criticó que saldría a los tres años si se le aplicaban reducciones por buena conducta. Glass alzó la voz sobre el peligro que esto acarrearía, pues estaba segura de que, al salir de la cárcel, seguiría cometiendo más ataques, afirmando que por las calles “hay muchos enfermos mentales sueltos”.
Como se pueden imaginar el aspecto de Kim tras el ataque era casi espeluznante. Por entonces tenía un contrato con una firma cosmética y, naturalmente, le surgieron las dudas sobre si ya tendría que abandonar su carrera como modelo. Tras curar sus heridas a Kim le quedaron cicatrices en la cara y, por tanto, pensó que la firma con la que tenía un contrato querría dejar de contar con ella. Lejos de ello, realizaron una campaña en la que quisieron resaltar su belleza pese a las cicatrices, ver más allá. Kim pensó que utilizarían photoshop para taparlas, pero no fue así, queriendo mantener las “imperfecciones” en su cara que el incidente le había producido.
