18 octubre, 2025

la inspiradora carta abierta de Jenson Brooksby

Jenson Brooksby habla sobre el autismo. Foto: Getty

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Meses después de compartir con el mundo entero que de pequeño fue diagnosticado con autismo, Jenson Brooksby levantó su primer trofeo ATP en Houston. Tras una fase complicada en la que las lesiones fueron protagonistas inesperadas, el jugador americano, actualmente el número 164 del mundo, cuenta en primera persona cómo ha vivido ese gran triunfo y las mayores dificultades de su carrera.

«En enero, volví al circuito después de varias operaciones en la muñeca y de una lesión en el hombro, por lo que ahorrar puntos de partido no era más que otro obstáculo que superar. Lo que la mayoría de la gente no sabe es que he tenido que lidiar con algo más que lesiones y partidos difíciles a lo largo de mi vida. En diciembre, conté por primera vez que de niño me diagnosticaron el espectro grave autista», dijo Jenson tal y como recoge la página oficial de la ATP.

«Alrededor de uno de cada 100 niños es diagnosticado con el trastorno del espectro autista, así que soy como millones de personas en todo el mundo, pero no es algo de lo que se oiga hablar a muchos deportistas profesionales. En solo unos meses, he recibido muchos mensajes positivos de la gente, ya sea en las redes sociales o en persona. Toda la experiencia ha sido muy gratificante».

El diagnóstico y los prejuicios

«Durante toda mi vida, mantuve mi diagnóstico en secreto. No hablé hasta que tenía 4 años y recibí terapia intensiva durante 40 horas a la semana. Mis padres creían que un trabajo más duro a una edad más temprana podría moldear en quién me convertiría en el futuro, porque es más fácil aprender antes. Cuando era más joven, hubo un par de veces en las que la gente no decía necesariamente algo, pero podías hacerte una idea de lo que pensaban de mí por sus acciones. En situaciones sociales en la escuela, siempre fui un poco más introvertido. No era la persona más sociable y tampoco hacía amigos tan fácilmente como otros.

Mis padres nunca me ocultaron mi diagnóstico. La mayor parte de lo que oí sobre el trastorno mientras crecía fueron conversaciones entre mis padres y expertos, lo que me hizo pensar más en ello. Mirando atrás, me alegro de haberlo sabido, porque cuanto antes lo descubres, más preparado estás para el futuro y mejor puedes gestionarlo. Sin embargo, no siempre fue fácil. A veces te ponía nervioso la posibilidad de que te juzgaran, sobre todo negativamente. Pero hay ciertas cosas en la sociedad sobre las que la gente se siente más cómoda hablando hoy en día, lo que hace que contar mi historia sea más fácil».

La parte positiva y la negativa

«Mis padres siempre han dicho que presto mucha atención a los detalles. Mi cerebro está programado para concentrarse en menos cosas que otros, pero para hacerlo realmente bien. Era capaz de pegarle a una pelota contra la puerta del garaje durante una hora sin ningún problema. No sólo era capaz de concentrarme, sino que lo disfrutaba de verdad, y esa es una de las razones por las que me enamoré de este deporte.

En la pista, el mayor efecto del autismo está relacionado con mis sensaciones sensoriales. Mi cerebro es un poco más sensible que el de la mayoría a cosas como los ruidos del público. A lo largo de mi vida, los ruidos me han distraído y se me pueden quedar grabados en la cabeza durante más tiempo. También ha habido cosas que no han sido tan buenas. Reconozco que he tenido arrebatos en la pista. Ocurría cuando me enfadaba por haber perdido o me concentraba en algo que estaba haciendo mal. Trabajé muy duro para solucionarlo mientras estuve lesionado, y me ha ayudado mucho que mi equipo entienda ahora por lo que estoy pasando por dentro».

«La vida es mucho más que tenis«

«Siempre quise ser transparente conmigo mismo. Pensé que si era capaz de dejar atrás lo que llevaba dentro, podría ayudar a otras personas. Después de más de un año, decidimos hablar de ello con un periodista de The Associated Press (Howard Fendrich). Nunca había hablado de mi condición de persona con espectro autista delante de nadie fuera de mi círculo más íntimo, así que, por supuesto, estaba nervioso. Era una situación nueva para mí. 

Puedes visualizar cómo será revelar al mundo una situación tan personal, pero es imposible saber exactamente cómo te sentirás. Fue difícil, pero confiaba lo suficiente en mi decisión como para sentirme bien. Unos meses después, no podría estar más contento de haberlo hecho. Me he dado cuenta de que no voy a jugar al tenis profesional para siempre. Voy a tener que hacer algo el resto de mi vida después de colgar la raqueta. La vida es mucho más que tenis. Creo que ser transparente sobre el autismo me está convirtiendo en una persona más completa, no sólo ahora, sino para el resto de mi vida». Y de lo que más se siente orgulloso es de todas las personas, niños especialmente, que se le han acercado a charlar sobre el tema o a intercambiar algunas palabras acerca de su situación.



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