LA GOLFISTA QUE SE CONVIRTIÓ EN VIRAL POR FUMAR MIENTRAS COMPETÍA – Historias de los Juegos

La golfista británica Charley Hull participó en los Juegos Olímpicos de París 2024 y no obtuvo un buen resultado pero, sin embargo, estuvo en boca de todos, expectantes, por saber qué haría: si acatar las leyes francesas durante sus recorridos por Le Golf National o hacer lo que suele hacer cuando compite en torneos de golf: fumar.
Pocas semanas antes fotografías suyas fumando durante el US Open habían dado la vuelta al mundo, pero Hull fue advertida: en los recintos deportivos franceses -además de en otros muchos sitios- no está permitido fumar, ni siquiera aunque sean al aire libre. Hull decidió dejar su (mal) hábito por unas semanas para poder ser olímpica en París, tras haber debutado ya en unos Juegos en Río, donde acabó en séptimo lugar. El hecho de que en París su prestación no fuera la esperada, puesto que por entonces se encontraba entre las mejores del mundo, no lo achacó la propia deportista a que dejara de fumar y eso le creara ansiedad, sino a restos de una lesión previa.
Charley Hull comenzó a jugar al golf apenas con nueve años, yendo con su padre a jugar al Kettering Golf Club. A los trece años abandonó la escuela para dedicar más horas al golf, entrenando de 9 de la mañana a 3 de la tarde. Despuntó pronto, consiguiendo a lo largo de su carrera numerosos títulos y premios, incluyendo la victoria en el Open Británico en 2018. Sobre su afición al tabaco la propia jugadora admite que es su único hábito y que todos los miembros de su familia fuman, así que lo ve como algo natural (su padre fuma desde la adolescencia 40 cigarrillos al día).
El hecho de que fumara curiosamente la convirtió en una jugadora popular. En más de una ocasión sus fans le han pedido fotos al lado de ella con la condición de que fumara, que ellos pudieran encenderla un cigarrillo o actos que nadie pensaría que tienen que ver con un/a deportista de élite. Ella ha afirmado que fuma mientras juega al golf porque las pausas son largas en este deporte y se aburre. Puede que también influya que padece Trastorno por Déficit de Atención con Hipertactividad, lo que le dificulta concentrarse y le obliga a mantener su mente ocupada. Quizás piense -érroneamente-que su trastorno mejora si fuma. Pero Charley, sabedora de que si quería ser olímpica no podría fumar durante toda la competición -recordemos, horas- diaria del torneo de golf en París, hizo una apuesta con un amigo para dejar de fumar un par de meses antes de los Juegos. Si caía en la tentación tendría que pagarle 10.000 libras. Que se sepa, Charley Hull ganó su apuesta; al menos mientras jugó no se la vio fumar en ningún momento. Lo más seguro es que, de haberlo hecho, no solo tendría que haber pagado esas 10.000 libras a su amigo, sino una fortísima multa a las autoridades francesas por saltarse las leyes del país, cada vez más claras y estrictas.
Es triste que una deportista de élite se haya convertido en popular, por no decir que incluso viral (el número de sus seguidores en sus redes sociales aumentó considerablemente a raíz de imágenes de ella fumando mientras competía en torneos de golf) por el hecho de fumar mientras compite. Esperemos que la pausa que se tomó en ese hábito para poder ser olímpica se haya convertido en permanente, con lo cual los Juegos Olímpicos, si no medallas, le habrán proporcionado una mejora en su calidad de vida.
