Hace 18 años un piloto semi amateur se presentó a una carrera de F1. Todos se rieron de él, pero después de dos vueltas ya iba líder

La historia de la Fórmula 1 está llena de historias rocambolescas, pero muy pocas a la altura de ésta. El protagonista se llama Markus Winkelhock, y habiendo corrido solo una carrera es un nombre inolvidable para los fans de la Fórmula 1 de principios de siglo. ¿Su gran logro? Ponerse líder en su primer y único Gran Premio.
Winkelhock era un piloto semi amateur sin apenas palmarés, pero tuvo que subirse al peor coche de la Fórmula 1 de la noche a la mañana porque Spyker se quedó sin piloto. Sus tiempos en los entrenamientos libres fueron tan malos que muchos pidieron que no se le dejase correr, pero una carambola del destino le llevó a batir un récord insuperable en carrera.
Markus Winkelhock, el piloto que lideró casi la mitad de las vueltas que dio en Fórmula 1
Como muchas de las grandes historias, la de Winkelhock empieza con un calentón. El que se llevó el jefe del equipo Spyker, Colin Kolles, cuando su piloto, Christijan Albers, salió antes de tiempo de una parada en boxes durante el Gran Premio de Francia y arrancó de cuajo la manguera de combustible. Era el enésimo error del holandés, y Kolles despidió a Albers de forma fulminante.
El problema era que a la vuelta de la esquina asomaba el Gran Premio de Europa en el mítico Nürburgring, y ahora Spyker no tenía piloto. Kolles buscó debajo de las piedras para encontrar un reemplazo a la altura, pero no encontró nada mejor que Markus Winkelhock. ¿Y quién era Markus Winkelhock? Pues nadie lo tenía muy claro.
Era hijo de Manfred Winkelhock, un ex piloto de Fórmula 1 de los ’80 con discreto palmarés, y lo más que había hecho era correr en el DTM, donde ni siquiera llegó a sumar un mísero punto. Pero como llevaba unos meses ejerciendo de probador de Spyker, decidieron tirar de él mientras encontraban algo mejor. Así que estaba decidido, Winkelhock correría en Nürburgring.


Los entrenamientos libres del viernes fueron demoledores. Winkelhock rodaba último a un segundo por vuelta del penúltimo, que era su compañero Adrian Sutil. Muchos ya andaban con la mosca detrás de la oreja, pero lo que hizo saltar todas las alarmas fue lo del sábado: en la clasificación Winkelhock se quedó a casi tres segundos del antepenúltimo, y a 1,5 de su compañero.
Fue ahí cuando muchos pilotos expresaron sus dudas. Algunos como Felipe Massa o Mark Webber directamente pidieron que no se dejase correr a Winkelhock por ser demasiado lento, y otros insinuaron que la presencia del alemán en la pista podría ser peligrosa. Pero la FIA fue inflexible: Winkelhock estaba dentro del 107%, y por lo tanto podría correr.
Lo que ocurrió el domingo nadie lo vio venir. Mientras todos daban la vuelta de formación, a Winkelhock se le ocurrió una idea rodando en última posición: si esas nubes negras acababan dando lo que prometían, poner neumáticos de lluvia antes de que se diese la salida podría reportarle grandes beneficios. Y como no tenía mucho que perder, pues lo hizo.
Y sí, ocurrió. Prácticamente a la vez que se apagó el semáforo comenzó a diluviar en Nürburgring. Mientras todos los pilotos que habían pedido su descalificación sufrían para mantener en la pista húmeda sus coches con ruedas de seco, Winkelhock los adelantaba a placer después de haber salido desde boxes con los neumáticos de lluvia.
Así, en la tercera vuelta Winkelhock no solo iba líder, sino que tenía más de 30 segundos de ventaja. Pero entonces la FIA tomó una decisión por entonces inédita, y desde entonces desgraciadamente recurrente: estaba lloviendo tanto que había que sacar el Safety Car. Una grúa salió a pista para sacar a Lewis Hamilton de la puzolana y la ventaja de Winkelhock se esfumó.


En la relanzada rápidamente todos pasaron a Winkelhock, que pronto volvió a las últimas posiciones. Fernando Alonso acabó ganando esa carrera. Pero faltaba un último giro de tuerca: el Spyker se rompió en la vuelta 13, por lo que tuvo que abandonar. Como Winkelhock había liderado seis vueltas al inicio de la carrera, dejó un récord imbatible: Winkelhock es el piloto con más vueltas porcentuales lideradas de la historia, más de un 46%.
Después de aquella carrera Spyker encontró a un piloto algo mejor, el japonés Sakon Yamamoto, que fue quien completó la temporada. Winkelhock regresó al DTM, donde logró puntuar, después corrió en turismos y hasta le puso el broche a su carrera ganando las 24 Horas de Nürburgring. Pero siempre será recordado por aquella primera y última carrera en la Fórmula 1.
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