“Fonzie”, de Soapire para el mundo (II)

Luego de la temporada 2002, en la que “Fonzi bateó para .308 y fue el líder ofensivo de los metropolitanos, su destino cambió. De acuerdo a una nota de ESPN, el venezolano rechazó la extensión de contrato que le ofrecieron los Mets por dos años y 11 millones de dólares. Finalmente se mudó a la bahía de San Francisco, donde los Gigantes le otorgaron un contrato de cuatro años y 26 millones.
Gigantes, liderado por el inolvidable Barry Bonds, venía de ser campeón en la Liga Nacional y caer en una peleada Serie Mundial a siete juegos frente a los Dodgers. Fueron agresivos en la agencia libre, intentando construir una hegemonía. Pero los resultados no fueron los esperados, ni para el equipo, ni para “Fonzie”. De hecho, el primer año en la bahía fue realmente difícil. Su promedio fue de .259, el segundo más discreto de su carrera. Aunque consiguió empujar 81 carreras, una marca solo superada por Bonds.
En algunas entrevistas admitió que se le hizo muy difícil jugar en ese lado del país, donde la brisa era un factor determinante. Pero lo cierto es que para cuando llegó la postemporada ya había conseguido adaptarse. Tan es así que, aunque Gigantes cayó en la Serie Divisional ante los Marlins de Florida, “Fonzie” fue líder bate la postemporada al ligar para .529 con cuatro dobles y cinco remolques. Su OPS fue de 1321.
Ya en 2004 pudo volver a mostrar las habilidades con las que conquistó New York. En esa campaña ligó para .289 con 150 inatrapables, 11 de ellos cuadrangulares, y 77 remolques. Al año siguiente quemó los últimos cartuchos, jugó 109 compromisos, hasta entonces la segunda marca más baja de su carrera, y bateó para .277. Intentó volver en 2006, pero no pudo, comenzó con los Angelinos y terminó con los Azulejos, sumando apenas 30 apariciones. Supo entonces que el final había llegado y decidió dar un paso al costado.
De él se pueden decir muchas cosas, siempre valdrá la pena destacar su respeto por el juego, su compromiso con la afición y su amor por New York. Fue incansable, tan es así que solo disputó menos de 100 juegos en su última campaña y consiguió 100 o más inatrapables en nueve oportunidades. Pudo además conseguir una estrategia para dar jonrones ocasionalmente y se apuntó cinco campañas con 15 o más bambinazos.
Se le cuentan 1506 juegos, 1532 hits, incluidos 146 jonrones, 744 carreras impulsadas y 777 carreras anotadas. Su promedio es de .284 y su OPS de .789. Disputó 889 juegos en la antesala, 549 en segunda base e incluso unos 34 en el campocorto. El 28 de enero de 2020 fue anunciada su exaltación al Salón de la Fama de los Mets. Es también inmortal en Venezuela y en Magallanes, equipo con el que se robó el corazón de una generación entera.