16 octubre, 2025

Ética en las actividades de montaña

ética en las actividades de montaña

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Una lección que nunca olvidé

Corría 2005. En un curso de técnico deportivo, un profesor nos soltó una frase que se me clavó:
“Un guía debe llegar al menos 15 minutos antes que los participantes”.

Parece una tontería, pero ahí estaba el mensaje: la responsabilidad empieza antes de que arranque la actividad. Desde entonces lo intento cumplir a rajatabla. Y esas esperas previas me han servido para observar algo que, sinceramente, me preocupa: la falta de ética en las actividades de montaña.

Porque mientras espero, veo desfilar senderistas, barranquistas y escaladores improvisados que se lanzan al monte como si fueran Indiana Jones con GPS… pero con más fe que preparación.

El desfile del “equipamiento creativo”

Te cuento lo típico que veo:

  • Verano: pantalón corto, chanclas o deportivas lisas, mochila del Decathlon comprada ayer y ni una gorra.
  • Invierno: abrigados hasta parecer muñecos Michelin, con tres plumas puestos, sudando a los diez minutos.
  • Bastones abiertos mal, golpeando más piedras que suelo.
  • Mochilas sin cinta ventral, que les destrozan hombros y espalda en media hora.
  • Y lo que llevan dentro de la mochila… mejor ni mirarlo. Alguno parece que va a pasar aduana, no al monte.

No se trata de moda ni postureo: se trata de seguridad y respeto al entorno. Y aquí es donde aparece el concepto que quiero grabarte a fuego: ética en las actividades.

¿Por qué hablamos de ética en la montaña?

Porque la democratización del material de montaña ha sido un arma de doble filo. Hoy cualquiera puede comprarse un arnés, unas cuerdas y un casco por internet y lanzarse a un barranco. El problema no es el material, sino la falsa seguridad que genera.

Creen que con cuatro chismes ya son exploradores. Y no, colega. La montaña no funciona con tutoriales de YouTube. Hace falta formación, respeto y conciencia.

La ética en las actividades de aventura significa entender que:

  1. El monte no es tuyo: muchas veces atraviesas terrenos privados sin darte cuenta. Y ojo, que entrar en una propiedad privada sin permiso es un delito. Sí, delito, con todas sus letras.
  2. Los espacios protegidos lo son por algo: si entras en una zona restringida puedes alterar ecosistemas frágiles y cargarte especies que llevan siglos sobreviviendo. Y no hablamos de bichitos invisibles: hablamos de rapaces, murciélagos, flora endémica… seres vivos que no pueden irse a otra parte porque a ti te dio por la “exploración libre”.
  3. Tus actos tienen consecuencias: desde ensuciar con basura hasta provocar accidentes. Y cuando eso pasa, no solo te la juegas tú: también pones en riesgo a los que tienen que rescatarte. Bomberos, GREIM, Protección Civil o empresas como la nuestra.

Los “exploradores de Instagram”

Las redes sociales han amplificado la película. De repente ves grupos de “aventureros” vendiendo épica de andar por casa:

  • Cruzan ríos sin permiso.
  • Entran en cuevas prohibidas.
  • Se hacen fotos colgando de un puente sin arnés.
  • Publican rutas que atraviesan propiedades privadas como si fueran nuevas.

Y claro, eso genera un efecto llamada brutal: otros quieren imitarlos, y el círculo se repite. Aquí la ética en las actividades vuelve a ser clave. No es heroico entrar en un sitio prohibido. No eres un pionero. Eres un irresponsable que, en el peor de los casos, puede acabar en un juzgado o en una ambulancia.

¿Cómo aplicar la ética en tus salidas?

Vale, no te voy a dar la típica lista de consejos de manual de scout. Aquí va un checklist realista, para que no te conviertas en un problema más en la sierra:

1. Infórmate antes de salir

Mira mapas topográficos, consulta el catastro si dudas si un terreno es privado y, sobre todo, revisa la normativa de los espacios naturales. Cada parque tiene sus reglas.

2. Respeta los tiempos y las condiciones

¿Va a llover? ¿Hay riesgo de crecida en un barranco? ¿Está anunciado cierre de senderos por incendios? Si la respuesta es sí, aplaza tu aventura. La montaña estará allí mañana.

3. Usa material adecuado (y aprende a usarlo)

No vale con comprar lo más barato en internet. Aprende a colocar un arnés, a montar un descensor o a leer un mapa. La técnica salva vidas.

4. Sal con empresas o guías

Puede sonar a autopromo, pero es sentido común: las empresas de turismo activo ya hemos hecho el trabajo previo. Conocemos permisos, zonas permitidas, riesgos y alternativas. ¿Quieres adrenalina? Perfecto. Hazlo legal y seguro.

5. Sé consciente de que no eres un superhéroe

Si te caes, no viene Iron Man a sacarte. Vienen bomberos, guardias civiles o guías que dejan a su familia para ir a buscarte. Y ellos también tienen vida y riesgo.

Ética en las actividades: un compromiso con todos

Cuando hablamos de ética no hablamos de normas aburridas, hablamos de cuidar la montaña, respetar a quienes viven de ella y proteger tu propia vida.

La montaña no necesita héroes. Necesita personas responsables. Y ojo: responsabilidad no significa perder la emoción. Al contrario. Cuando haces las cosas bien, disfrutas más porque estás en paz con el entorno y contigo mismo.

Piénsalo así:

  • Ética es no dejar basura.
  • Ética es no hacer un mortal en un salto que no tiene la altura suficiente.
  • Ética es pedir permiso si pasas por una finca privada.
  • Ética es no inventarte un camino nuevo destrozando vegetación.

Y la recompensa es brutal: disfrutas del paisaje, conectas con el lugar y no dejas huella negativa.

Lo que pasa cuando no hay ética

Te pongo ejemplos que he visto con mis propios ojos:

  • Un grupo metiéndose en un barranco seco en pleno agosto. Resultado: accidente por golpe de calor.
  • Senderistas cruzando por un cortafuegos cerrado por riesgo de incendio. Resultado: denuncia y multa.
  • Escaladores entrando en una vía prohibida por nidificación. Resultado: multa y la colonia de aves espantada.

¿De verdad compensa jugar a ser Indiana Jones 2.0 para acabar así?

Ética en las actividades o nada

Mira, te lo digo claro: si quieres aventura, adrenalina y diversión, hazlo con cabeza. La ética en las actividades no es un concepto teórico, es la base de que este mundo siga siendo practicable.

En Sierra eXtreme llevamos años predicando esto: no solo porque sea legal, sino porque es lo correcto. Salir al monte no es un derecho absoluto, es un privilegio. Y como todo privilegio, requiere compromiso.

Así que la próxima vez que te equipes para salir al campo, recuerda: no basta con llevar botas, cuerda y casco. Hace falta ética.

Y si no sabes por dónde empezar, ya lo sabes: te esperamos en la Sierra con rutas de senderismo, barranquismo y espeleología diseñadas para que disfrutes al máximo sin saltarte ninguna norma.

Porque la montaña es nuestra oficina, pero también nuestro templo. Y allí, la ética no es opcional.



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