“Este éxito no aparece de la noche a la mañana”

El globo de Jack Draper no para de hincharse. Después de ganar su primer título individual en Stuttgart y convertirse en el mejor tenista británico del ranking ATP, hoy el tenista de Sutton dio un paso más venciendo a Carlos Alcaraz en octavos de final del ATP 500 de Queen’s. Una victoria que dará la vuelta al mundo y que le coloca un escalón por encima de donde ya estaba. Momentos de mucha alegría y satisfacción dentro del equipo de Jack, que por fin está teniendo la continuidad que se le exigía estas últimas temporadas. Antes de afrontar el próximo reto, estas fueron sus palabras minutos después de cosechar el triunfo más importante de su carrera.

Valoración del encuentro

“Ha sido un partido realmente duro, esa es la verdad. Sabía lo difícil que sería enfrentarme aquí a Carlos, el campeón defensor, alguien que logró ganar Wimbledon hace un año. Es un talento increíble, un atleta impresionante para el mundo del deporte. Tuve que salir ahí fuera con mucha confianza, por suerte pude jugar muy bien y hacer lo que hice, así que doy las gracias por ello”.

Agradecido por lo que está viviendo

“No hay ningún otro lugar del mundo en el que preferiría estar ahora mismo que este, rodeado de todos mis amigos y familiares en este torneo. Tengo a mi abuelo aquí, que acaba de cumplir 80 años. Tengo a mi madre, a mis amigos de la escuela, incluso a todos ustedes. Solo puedo dar las gracias”.

Recoger lo sembrado

“Llevo muchos años trabajando para vivir partidos y experiencias como esta. Después de todas mis lesiones el año pasado, realmente empecé a invertir una buena parte de mi tiempo en mi evolución mental. Por supuesto que seguí trabajando en mi tenis, pero también el factor emocional. Lo llevo tomando desde septiembre, haciendo muchos sacrificios, pero trabajando todo el tiempo. A pesar de que ahora todo las cosas se juntaron estas dos últimas semanas, este éxito no se da de la noche a la mañana. Se tardan muchos años en conseguir cosas como estas”.

Evolución como jugador

“Simplemente, una de mis grandes objetivos era volverme más agresivo, ya que me veía perdiendo partidos por no estar dispuesto a agarrarme al partido y afrontarlo con mis propios términos. La mayor diferencia que me noto dentro de la pista es tener menos miedo a cometer errores, a perseguir la pelota y a tratar de jugar para ganar en lugar de esperar a que sea el oponente quien pierda. A menudo, a estos niveles, reunir todo esto se puede quedar corto, ya que el nivel es muy alto y la gente no te regala demasiado”.