20 septiembre, 2025

El ruido de los coches enferma a los niños más que la contaminación. Científicos españoles confirman que «está relacionado con ansiedad, depresión e incluso suicidios»

El ruido de los coches enferma a los niños más

Cada mes de septiembre, con la vuelta al cole, vuelve también el debate sobre la contaminación en los entornos escolares. Pero un nuevo aviso de los expertos cambia el foco: lo que más enferma a los niños no son sólo los gases que emiten los coches, sino el ruido que generan.

Así lo advierten investigadores españoles del Instituto de Salud Carlos III, que sitúan al ruido del tráfico como el factor ambiental más dañino para los menores, incluso por encima del dióxido de nitrógeno (NO₂) o las partículas en suspensión.

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El ruido, un contaminante invisible que afecta más de lo que creemos

“El ruido produce mortalidad, por enfermedades cardiovasculares y respiratorias, diabetes… Se relaciona con partos prematuros, bajo peso al nacer, influye en el desarrollo cognitivo y está relacionado con la ansiedad, la depresión e incluso con el suicidio”, explicó Julio Díaz, profesor de investigación del Instituto de Salud Carlos III, en una sesión informativa organizada por el Science Media Centre España.

Un dato ilustra su impacto: en Madrid, donde se mide el ruido del tráfico desde hace años, el análisis de ingresos hospitalarios revela que en los menores de 14 años el ruido pesa más que la polución atmosférica. Además, el estudio confirma que a sólo 50 metros de distancia de una carretera, la exposición al ruido se reduce a la mitad, lo que apunta a una solución sencilla: alejar a los niños del tráfico.

Los expertos recuerdan que los menores son especialmente sensibles a la contaminación. Al ser más bajitos, respiran justo a la altura en la que se concentran los contaminantes más pesados del aire. Además, sus pulmones y sistemas de defensa aún no están completamente desarrollados, inhalan más cantidad por kilo de peso y pasan más tiempo al aire libre. 

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Fuente: ISCIII

Todo esto convierte patios escolares y zonas de entrada y salida de colegios en puntos críticos para su salud. “Hay auténticos picos de contaminación alrededor de los colegios a las horas de entrada y salida, provocados por los conductores que van a buscar a los niños y no apagan el coche”, denunció Díaz.

El impacto del ruido no se limita a la molestia: deriva en estrés físico. “Ante esa agresión, el cuerpo reacciona aumentando la tensión arterial, la glucosa, el cortisol y la adrenalina. Ese exceso de cortisol se acumula”, detalla Díaz. Para ilustrarlo, cita un experimento con gemelos: uno dormía en una habitación silenciosa y otro en una ruidosa. A la mañana siguiente, el nivel de cortisol en saliva era mucho más alto en el segundo.

Qué se puede hacer: menos coches junto a los colegios

Anil Baki Durmus O8pylupauum Unsplash
Anil Baki Durmus O8pylupauum Unsplash

Cristina Linares, investigadora científica del Instituto de Salud Carlos III, defiende que “igual que se ha legislado contra el tabaco, debería haber una normativa específica sobre la contaminación en los entornos escolares”. Entre las medidas más eficaces, propone implantar zonas de bajas emisiones alrededor de colegios y guarderías, algo que ya reivindican movimientos ciudadanos como la Revuelta Escolar.

La nueva directiva europea de calidad del aire abre la puerta a que las familias puedan reclamar por ley espacios más seguros para sus hijos. Y la recomendación de los expertos es clara: organizarse, denunciar y exigir a la administración la reducción del tráfico en los alrededores de los centros educativos.

Imágenes | Unsplash, ISCIII

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