El partido de Novak Djokovic, marcado por la celebración futbolera en París
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Noche de final de Champions para los parisinos y de primer máximo título europeo para su equipo local, pero también una oportunidad de oro para ver a Novak Djokovic lucirse una vez más en la pista Philippe Chatrier. Con 38 años y parece que todo siga igual para él cuando aparece en un Grand Slam. El serbio ya está en los octavos de Roland Garros tras superar facilmente a Mackenzie McDonald en el primer encuentro, a Corentin Moutet en el segundo, y a Filip Misolic en el tercero en 2 horas y 8 minutos (6-3 6-4 6-2). El austriaco, a pesar de cuajar una gran fase previa y de doblegar a Denis Shapovalov en el encuentro anterior, no fue capaz de hacerle cosquillas a un serbio inspirado.
No obstante, la temporada de Novak Djokovic hasta ahora no es positiva. Ganó su título número 100 en Ginebra y alcanzó la semifinal en el Open de Australia, pero ha sufrido derrotas inesperadas ante rivales de mucho menos calibre que él. Esta dinámica le ha servido para que no termine de entrar en la ecuación de máximo favorito al título, aunque nunca se puede descartar al jugador más laureado de la historia. Eso sí, Roland Garros es otra historia y aquí se vuelve a ver su mejor versión en pista.
– De menos a más
Djokovic comenzó el encuentro con el fantasma del dolor en su hombro bastante presente, parecía que aún estaba frío y no tenía ganas de correr muchos riesgos físicos. Intentó ser superior a Misolic desde un punto inferior al nivel que nos tiene acostumbrados, abusó de algunos recursos como las dejadas y de un estilo justo en el aspecto físico. En el momento que vio que el austriaco reaccionaba bien, fue cuando puso una marcha más y le sirvió para irse con comodidad al segundo asalto con un 6-3.
Desde el inicio del segundo parcial se vio a un Djokovic distinto, con un nivel superior y con un Misolic que, aunque perdió el miedo y pudo dar un espectáculo digno, denotaba una diferencia de nivel grande con los golpes definitivos del serbio. Se veía con confianza a ‘Nole’, pero tuvo que hacer frente a una bola de rotura en el cuarto juego del set, y no solo la salvó, sino que ya puso la velocidad de crucero para romper en el ‘game’ siguiente y agenciarse el segundo set tras superar un 30-30 que podía acarrear peligro.
– Para el disfrute de la grada
La afición estaba volcada con el serbio en el encuentro y el inicio del tercer set tuvo algunos puntos muy emocionantes y divertidos, hecho que encendió aún más a la grada y quisieron mostrar su alegría a través de olas largas. Mientras corría la manga con normalidad, fue cuando el Paris Saint-Germain marcó el tercer gol en la final de Champions (3-0). El complejo de Roland Garros, cercano al estadio del PSG, fue testigo de los fuegos artificiales que se lanzaban en la ciudad, y fue algo que llegó a desconcentrar a Djokovic. Misolic supo que ese era su momento e intentó hacer daño para alcanzar la rotura, pero el marco de la raqueta le jugó una mala pasada y sus ganas empezaron a decaer junto a la desgana de ‘Nole’ por seguir en pista, ya que la grada le empezó a ser molesta y subió aún más el nivel para finalizar con un 6-2.
