El motivo por el que Italia siente lo de Sinner como un insulto


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Pasarse por los principales medios de información de Italia en estos últimos días supone leer palos y críticas hacia Jannik Sinner. La decisión del italiano de no disputar este año la Fase Final de la Copa Davis 2025 ha supuesto un boom mediático de considerables dimensiones. No hay medio que no haya recibido esta ausencia con dolor y polémica.
La situación de Sinner en Italia dista mucho de cómo es la que vive Carlos Alcaraz en España, o la que vivía, en su día, Rafa Nadal. Mientras los españoles ven cómo en su país es muy difícil ver una crítica así de despiadada en prensa, el más mínimo desplante por parte de Jannik le vale ser objeto de críticas que incluso llegan a cruzar ciertas líneas rojas.
¿A qué se debe esto? Hay que remontarse a antes de 2023. A Sinner siempre le ha perseguido su “falta de sentimiento italiano”. Nacido en las faldas de los Dolomitas, San Candido se caracteriza por su rica mezcla de cultura italiana y austriaca. Es decir, esta zona posee una fuerte influencia germana y se unió a Italia en 1919, siendo anteriormente parte del Imperio Austrohúngaro. Sus padres, además, son de origen alemán. Su nombre y apellido no evocan a Italia, de primeras, y esto es algo que muchos italianos siempre han tenido muy presente.
Para quien no conozca Italia, sus habitantes poseen un fuerte símbolo nacionalista. Los hay que quieren al país, a su bandera, muy por encima de a ellos mismos. Faltar al nombre de Italia supone una herejía y llevan con orgullo los colores y la bandera de Italia allá por donde van. En un país que no ha tenido una gran figura mundial en el mundo del tenis, ver que el mejor tenista de la historia de Italia no lleve raíces italianas profundas es algo que Sinner siempre ha arrastrado desde sus inicios. Jannik tendría que demostrar el doble que los demás para ganarse el amor de los italianos.
Y precisamente, él no ha tenido un especial interés en querer hacerlo.
En sus primeros años, tras saltarse alguna convocatoria con la Davis, los italianos, prensa y aficionados, usaron eso como arma frente a Sinner. El no disputar los JJOO de París 2024 fue una espina que aún muchos siguen teniendo clavada muy adentro. Siendo el tenis un deporte individual, el no querer (o no poder) querer disputar una competición por equipos y ponerse la Azzurra supone un gesto de desprecio para el italiano que no puede entender como alguien no tenga interés de colocarse la casaca azul y escuchar el Fratelli d’Italia con la mano en el corazón.
De nada o poco vale que Jannik trajese de nuevo la Ensaladera a Italia casi 50 años después, en 2023, o que volviera a ganarla en 2024, por segundo año consecutivo. Después de sentir que su compromiso con Italia y la Davis había quedado resuelto, por ahora, el italiano ha sentido la necesidad de cortar su temporada 2025 antes de lo previsto y saltarse la semana final de la Copa Davis.
Los motivos que ha proferido son los de querer descansar un poco más y tener una semana extra de entrenamiento en pretemporada, para llegar con mayores garantías al Open de Australia, donde aseguraba haber llegado “algo justo” en las dos últimas ediciones. Esto, como pueden imaginar, ha sido recibido “como una bofetada”, tal y como lo describía la leyenda Nicola Pietrangeli, de la vieja escuela y que sintió la Davis como la competición de mayor orgullo, incluso por encima de los Grand Slams.
Pero los tiempos cambian. La Davis ha ido perdiendo presencia e importancia en un circuito actual donde tanto valor se le da al Ranking y a los títulos individuales. Cuando se habla de la gloria, siempre se destacan los Slams, Masters 1000 y semanas en el número 1. Nadie, o casi nadie, habla de las Copas Davis que se haya podido conseguir. Eso no impide que haya personas que sientan una renuncia a esta competición casi como un insulto o no querer contribuir por el tenis en tu país.
Recordando que la Davis es uno de los mayores (o el mayor) eventos por los que una Federación puede ganar dinero y ayudar así al resto de Federaciones nacionales y hacer crecer el tenis en el país, también es cierto que los éxitos y triunfos de los tenistas impactan de lleno en lo que a repercusión se refiere. Que Alcaraz o Sinner ganen en Roland Garros o Wimbledon, también ayuda a que se propague el tenis en sus países, aunque eso no suponga una entrada de dinero directa a las arcas de sus Federaciones.
Según los datos oficiales del FITP, Italia ha pasado de tener 404.000 tenistas federados en 2019 a 1.150.000 a finales de 2024, en lo que supone un incremento del 136% con el ‘boom Sinner’. Esto es lo que provoca una figura como la suya. En solo cinco años, Jannik ha impactado de lleno en la sociedad de Italia. Sin necesidad de ir a más o menos convocatorias de Davis, cuando Sinner gana, todo el tenis italiano gana con él.
Él, pensando en sí mismo, prefiere tomarse sus vacaciones una semana antes. Está en su decisión. El tenista, en pleno 2025, debe ser egoísta, porque él y solo él es el que sale a jugar cuando disputa un Grand Slam, la mayor prioridad existente en este deporte, ahora mismo. Y si prefiere ir con algo más de descanso, está en él decidirlo. Sinner, probablemente, sienta que, después de dos años ganando la Ensaladera, ahora le toca a otros liderar la escuadra.
Sinner no quiere hacer este año el esfuerzo de jugar la Copa Davis
Habrá quien le reproche que no quiera dar ese pequeño esfuerzo después de Turín, porque es lo que supondría para Sinner, un esfuerzo extra al término de una temporada que ha sido exigente para él en lo tenístico y lo mental. También están en su derecho de sentirse así, pero siempre hay que ponerse en la piel de cada uno antes de emitir un juicio de tal calibre, como se puede leer en estos últimos dos días en la prensa italiana.
Y es que esto es lo que nos encontraremos en los próximos 15 años, críticas hacia Alcaraz y Sinner cuando estos decidan no disputar una Davis. Ya le cayeron palos a Carlos cuando en septiembre decidió no ir a Marbella, para descansar después de un intenso US Open. Se le criticó que sí quiso ir a la Laver, una semana después, evento en el que se llevaba un gran plus económico. Lo mismo que le ha pasado a Sinner, cuya decisión sobre la Davis llega un par de días después de embolsarse seis millones de dólares en una exhibición en Arabia.
“Para las exhibiciones no están cansados”, es algo que se puede leer o escuchar de manera frecuente cuando se produce algo así, sin ponernos en la piel del que renunciaría a más de un millón en caso de decir que no a una de estas exhibiciones, que en muchos casos sirven como preparación para otros eventos o para “despejar la mente”. Sí, también posee ese componente físico, pero nada similar al que puede darse en una competición oficial.
Imaginen lo que pasaría si Jannik decidiese jugar la Davis este año y que le ocurriese algo similar a lo que le ha pasado a Rune, que por forzar se terminó rompiendo el tendón de Aquiles, encarando lo que puede ser un año de baja. Quizá entonces se hablaría de tener “poca cabeza” por su mal calendario o por no descansar cuando podía, en lugar de ensalzar su sentimiento italiano.
Sea como sea, el tenista siempre se encontrará en una posición de tremenda presión, puesto que, con sus decisiones, siempre terminará por enfurecer a alguien. Puede que se gane la antipatía de muchos italianos con decisiones así, pero Sinner sabe que si el día de mañana le tomarán más en cuenta en el debate de los mejores de la historia, será por los títulos de Grand Slam que tenga, no por las veces que defendió los colores de su país en una Copa Davis.
Todo lo que pueda ayudar, cuando él lo quiera, mejor que mejor, pero todos deben ser conscientes que Alcaraz y Sinner habrá años que no puedan o no quieran ayudar a su selección, pero que seguirá ayudando al tenis de su país de un modo u otro con sus triunfos.
Quizá, a Sinner, le habría valido tener menos críticas en Italia si hubiera querido tirar abajo la Torre de Pisa a raquetazos, y puede que con esta decisión todavía le cueste aún más ganarse el corazón de los italianos el día de mañana, pero así es el amor a nivel deportivo, capaz de pasar del te quiero a te odio en apenas un abrir y cerrar de ojos. Lo que hoy es un te odio, es probable que mañana, sea todo lo contrario.
Sinner rezará para que, en Bolonia, el título no caiga en manos de los españoles. Lo último que querrá Jannik, para terminar de encender a toda Italia, es que su máximo rival gane en el primer año que las Finales se celebran en su propio país sin él en la pista para poder evitarlo.