El aeropuerto más grande de EEUU es tan gigantesco que quieren poner un reactor nuclear bajo sus pistas para alimentarlo
En pleno corazón de Colorado, el aeropuerto más grande de EEUU podría sumar un nuevo ingrediente a la lista de leyendas que lo rodean sobre masones, Illuminati, túneles secreto o búnkeres: un reactor nuclear bajo sus pistas.
Y es que el Ayuntamiento de Denver y la dirección del Aeropuerto Internacional de Denver (DIA) han puesto en marcha un estudio de viabilidad de 1,25 millones de dólares para evaluar si un pequeño reactor modular (SMR, por sus siglas en inglés) podría cubrir la creciente demanda energética de sus instalaciones.
Esta investigación, que se llevará a cabo a lo largo de 6 a 12 meses (con selección de proveedor prevista antes de finales de 2025 y resultados estimados para mediados de 2027) no implica un compromiso aún, pero sí marca el principio de un proyecto inédito.
Entre teorías sobre Illuminati, ahora llega la idea de un reactor nuclear
El aeropuerto de Denver, en plena expansión, mueve hoy 82 millones de pasajeros al año, pero sus proyecciones apuntan a alcanzar 120 millones en 2045. En los últimos años ha invertido 3.800 millones de dólares en 39 nuevas puertas de embarque y en la remodelación de la Gran Sala. Ahora estudia una expansión mucho mayor: 100 nuevas puertas y cuatro terminales adicionales.
En cuanto a energía, ya consume 45 megavatios y, cuando finalice la ampliación en curso (estimada para 2050), necesitará otros 40 MW adicionales. Aunque ya cuenta con parques solares que generan 30 MW, la necesidad de una fuente de energía constante y potente, incluso sin sol, lleva a considerar opciones como los SMR.


La idea es que el reactor se ubique bajo tierra, en terrenos del propio aeropuerto, que cuenta con 137 km² de superficie (aproximadamente lo mismo que ocuparían municipios como San Sebastián de los Reyes). De forma muy oportuna, Colorado ha incluido este año la energía nuclear en la categoría de “limpia”, lo que activa beneficios fiscales y subvenciones tanto estatales como federales.
No obstante, la propuesta ya ha suscitado críticas: legisladores locales citan preocupaciones sobre el consumo de agua, los riesgos del residuo nuclear, el elevado coste y la falta de precedentes. También recuerdan que DIA cuenta con extensos terrenos donde podría instalar fuentes renovables fiables y consolidadas, como solar o eólica, con respaldo de baterías.
La Casa Blanca, bajo la administración Trump, no oculta su entusiasmo por esta tecnología. El presidente ha anunciado la construcción de nuevos reactores de pequeño tamaño para 2026, con motivo del 250º aniversario del país, e incluso ha ordenado al Pentágono instalar uno en una base militar antes de 2028. El secretario de Transporte y administrador interino de la NASA, Sean Duffy, también ha exigido que la agencia espacial coloque un reactor nuclear en la Luna antes de 2030 para alimentar la futura base lunar del programa Artemis.
Si este proyecto sale adelante, Denver no solo tendrá el aeropuerto más grande y excéntrico de Estados Unidos. También será el primero con un reactor nuclear, algo que probablemente hará que las teorías conspirativas sobre logias secretas y pasadizos subterráneos pasen a una nueva dimensión.
Imágenes | DIA, Unsplash

