Efectivamente, todo ha subido de precio, y la situación está a punto de empeorar por un motivo inesperado: faltan aviones de carga

De los más de 600 aviones de carga que operan en todo el mundo, 150 están cerca de su jubilación: ya tienen 25 años o los superan. Se necesitan aviones nuevos de fuselaje ancho, pero los grandes fabricantes como Boeing y Airbus están dando prioridad a los de pasajeros.
La escasez de aviones de carga puede suponer un aumento de precios en los envíos, ya acuciados por la guerra comercial arancelaria y a la inflación de los últimos años. A efectos: el paquete que nos llega desde China, o cualquier otro producto importado, podría salirnos aún más caro.
Viajamos mucho tras la pandemia, y eso es un problema para el paquete que te llega en avión
Los operadores de carga aérea ya advierten de este escenario ante una flota cada vez más envejecida y a los retrasos de nuevas aeronaves: «El desequilibrio entre la oferta y la demanda de grandes aviones de carga de fuselaje ancho se intensificará en los próximos años«, señala Michael Steen, director ejecutivo del operador de carga aérea estadounidense Atlas Air, a Financial Times.
Los aviones mueven cerca de un tercio del comercio mundial: 8,3 billones de dólares en mercancías al año, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo. Los envíos han repuntado por el auge del comercio electrónico, especialmente entre Asia y Occidente. El sector transporta 69 millones de toneladas de carga anualmente.
Uno de cada cuatro aviones de carga, en edad de jubilarse. Pero en este escenario, faltan los aviones de carga. O más concretamente no se están renovando: de los 630 cargueros de fuselaje ancho que transportan carga, uno de cada cuatro tiene o supera los 25 años. Ante la falta de nuevas aeronaves, los operadores han buscado fórmulas para prolongar la vida de aviones de 30 años.
Pero esto dispara los costes operativos: mantener un avión con tres décadas de vida es caro. «Sus costes operativos son una locura, el mantenimiento, el combustible», explica Loay Mashabi, director ejecutivo y director general de Saudia Cargo.


Demasiados pasajeros y aviones cada vez más viejos. Esta situación tiene gran parte de su explicación en la pandemia. Debido a los confinamientos, se desplomaron los viajes de pasajeros. Así, Boeing y Airbus redujeron la producción de aeronaves. Pero lo que nadie esperaba es que tras la pandemia se iban a disparar los viajes en avión, que prácticamente han vuelto a niveles de prepandemia solo tres años después.
Ante esta tesitura, los fabricantes de aviones han dado prioridad a los nuevos aviones de pasajeros. Al principio a un ritmo limitado, a consecuencia de los problemas en las cadenas de suministro, igualmente derivados de la pandemia. Ahora se ha ido estabilizando, pero siguen siendo prioritarios los de fuselaje estrecho. Lo que significa que los nuevos de carga se han retrasado.
Un ejemplo lo encontramos en el 777-8F de Boeing que ha postergado su entrega a 2028, dentro de tres años. También en el A350 de Airbus: estaba planificado para 2026, pero finalmente llegará en 2027. La industria aeronáutica se enfrenta a grandes cuellos de botella.


¿Envíos más caros? Estas demoras en la actualización de flotas supone por tanto más costes operativos para las empresas de transporte, que deben mantener los viejos aviones. Eso los que pueden volar con seguridad: los que no lo hacen, no están siendo sustituidos y tardarán en hacerlo.
Esta carestía en la industria mundial aérea puede traducirse, según los analistas, en precios más caros de los envíos derivados de tarifas de flete aéreo más elevadas. «El comercio electrónico ha impulsado la necesidad de capacidad adicional”, afirma Richard Forson, presidente y director ejecutivo de Cargolux, la aerolínea de carga aérea con sede en Luxemburgo.
Curiosamente, siendo una industria tan volátil, los aranceles podrían equilibrar esta situación, si supone una bajada en la demanda. «Con una disminución significativa en los envíos a EEUU, queda por ver cómo responderán otros países a la afluencia del comercio electrónico en sus economías”, argumenta Forson. Es decir, las tarifas de transporte aéreo podrían caer si lo hace la demanda de consumo.
Imágenes | Cathay, Pexels, FedEx