EEUU va a colar en Europa coches menos seguros que hasta ahora eran ilegales

El presidente estadounidense está empeñado en qué si en Europa no se venden más coches estadounidenses es porque somos malos y se lo impedimos. La culpa, según él, es de las normas europeas, demasiado restrictivas, que habrían sido diseñadas para excluir los productos estadounidenses.
Ahora, sin embargo, el acuerdo comercial entre la Unión Europea y los Estados Unidos parece darle la razón. A cambio de reducir los aranceles desde un 27,5% al 15% en los coches europeos que entren en EEUU, la Unión Europea considerará como legal los coches homologados en Estados Unidos, a pesar de unos límites de emisiones de CO2 muy superiores a lo permitido en Europa y con menos sistemas de seguridad activa y pasiva que los europeos.
EEUU impone a Europa un retroceso de veinte años
Tras el anuncio del acuerdo de principios, la Casa Blanca ha publicado un comunicado oficial en el que anuncia que Europa y Estados Unidos han acordado desarrollar un marco legal en el que las normas de homologación de vehículos de cada parte se reconocerán oficialmente como tales.
“En lo que respecta a los automóviles, Estados Unidos y la Unión Europea tienen la intención de aceptar y reconocer mutuamente sus respectivas normas”, precisa el octavo punto de la declaración conjunta. Por el momento, se trata más de una declaración de intenciones que de otra cosa.


Un acuerdo de reconocimiento de las normativas estadounidenses y europeas supondría una gran ventaja para los automóviles estadounidenses que no cumplen con las normas europeas. Por el contrario, los vehículos europeos no ganarán mucho en sentido contrario, ya que la mayoría de ellos ya superan con creces lo que exige la legislación estadounidense.
Dicho de otro modo, un coche homologado en Estados Unidos, sin las ayudas de seguridad obligatorias en Europa, como la frenada automática de emergencia, y sin la necesidad de respetar los límites de emisiones de CO2 y NOx para flotas (abolidos por la administración Trump), más restrictivos en Europa, sería legal en nuestro continente.
Así, el acuerdo comercial entre la Unión Europea y los Estados Unidos no sólo tiene repercusiones económicas y financieras. También podría tener consecuencias para la seguridad vial en Europa. Al menos, esta es la advertencia lanzada por varias ONG tras la declaración conjunta publicada la semana pasada por la Comisión Europea y Washington.


La asociación European Transport Safety Council (ETSC) recuerda que las normas de seguridad son muy diferentes entre los coches europeos y los vehículos estadounidenses. “Ahora [en la UE] disponemos de tecnologías como el frenado automático de emergencia, las pruebas de protección de peatones y los sistemas de asistencia para mantenerse en el carril”, explica Dudley Curtis, director de comunicación del ETSC. ”Estos son solo tres ejemplos de tecnologías obligatorias en Europa, pero no obligatorias en Estados Unidos”.
Desde 2013, la mortalidad en las carreteras europeas ha disminuido un 16 %, mientras que en Estados Unidos ha aumentado un 25 %. Estas cifras alarmantes ponen de manifiesto una diferencia flagrante en el nivel de seguridad activa y pasiva de los vehículos.
Y es que la homologación estadounidense no exige mucho a las pickup y otros SUV enormes en las pruebas de seguridad, mientras que en Europa, desde principios de la década de 2000, los vehículos deben cumplir unas normas de seguridad para proteger a los peatones en caso de colisión.


De todos modos, no es que nuestras calles se vayan a llenar de un día para otro de enormes pickups Chevy Silverado, RAM 1500 o Ford F-150 y SUV GMC Yukon o Cadillac Escalade. El consumo y las dimensiones de la mayoría de los coches estadounidenses no los hace atractivos para el público europeo.
De hecho, según datos publicados por la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2023 se importaron a Europa cerca de 5.000 Dodge RAM, recuerdan desde el ESTC. Es una gota de agua en el océano en un mercado anual de más de 10 millones de coches al año.
El verdadero riesgo está en el agravio comparativo en Europa de las marcas que sí cumplen las normas europeas frente a las estadounidenses. Los diferentes fabricantes podrían verse tentados a denunciar una situación de competencia desleal y criticar la normativa europea.
“Todos los demás fabricantes, japoneses, chinos, coreanos y europeos que producen en Europa, dirán: si ellos [los Estados Unidos] solo tienen que cumplir la norma estadounidense y nosotros tenemos que cumplir la norma europea, no es justo, eso creará una competencia desleal”, advierte Dudley Curtis. El riesgo, continúa, es que se produzca “una enorme presión para rebajar las normas europeas”.
Además, si un coche con homologación estadounidense es legal en Europa, ¿por qué las marcas se iban a molestar en homologar el coche en la UE pudiendo pasar por alto todas las restricciones al homologarlo en Estados Unidos? Así, estaríamos frente a un retroceso tecnológico y a una disminución de nuestra seguridad vial, volviendo en ambos casos a niveles de principios de siglo.
Recordemos que Mercedes, BMW, el Grupo Volkswagen y Stellantis fabrican modelos en Norteamérica y muchos de ellos son exportados a Europa. Podrían ser los primeros en poder aprovechar ese desequilibrio entre las normativas, si es que son finalmente aprobadas por la UE y sus países miembros.
Imágenes | Chevrolet, IIHS, BMW, GMC
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