16 octubre, 2025

Barranquismo en el Barranco del Dundún

barranquismo en Aracena
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La aventura del 13 de septiembre 2025 que no olvidarás

Cierra los ojos y escucha. Agua cayendo sobre roca, un eco profundo que se mete en la piel.
Huele a tierra húmeda, a bosque vivo, a secreto guardado durante siglos.
Ese es el barranquismo en el Dundún, y el 13 de septiembre puedes ser parte de él.

La rutina te tiene atrapado entre teclados, pantallas y cafés que no saben a nada.
Aquí el café es otro: un salto al agua fría que despierta cada célula de tu cuerpo.
Te lo voy a contar todo. Pero aviso: cuando acabes de leer, no vas a querer quedarte en casa.

El primer salto: donde todo arranca

Llegamos a Cortelazor, mochilas al hombro, caras expectantes. Nos enfundamos el neopreno, nos ajustamos el casco.
No hay glamour, ni falta que hace. Solo ganas de tirarnos al agua.

El primer salto es pequeño. Un metro. Una broma, un aperitivo.
Pero ese metro marca la diferencia: del suelo seco al agua salvaje.
La primera risa nerviosa, el primer chapuzón que rompe la barrera entre tú y el barranco.

El segundo salto: empiezas a confiar

Dos metros. Parece poco, pero ya no es la piscina del pueblo.
Es agua oscura, profunda, rodeada de roca.
Miras abajo y te preguntas si está frío. Te lanzas.

El cuerpo golpea el agua y sales con una carcajada.
Ya no dudas: esto engancha.
El grupo empieza a animarse, cada salto suma confianza y borra miedos.

El tercer salto: la prueba de fuego

Aquí llega el momento gordo. El salto puede ser de cuatro… o de seis metros. Tú eliges.
Miras abajo. La poza espera, tranquila, inmensa.
El corazón golpea como un tambor de guerra.

Cierras los ojos un segundo, respiras hondo y saltas.
El aire corta la cara, el estómago se encoge, y luego… silencio bajo el agua.
Sales gritando, con esa sonrisa que no se borra en días.
Este salto es el que separa a los que vinieron a probar de los que vinieron a vivir.

El último salto: cierre con eco

Dos metros de altura, el broche final.
Es como la guinda del pastel, la despedida que sabe a quiero más.
Un salto sencillo, pero cargado de algo que no se compra: la sensación de haber cruzado un territorio salvaje, virgen, que no se deja conquistar fácilmente.

El Dundún no son solo saltos: es vida

Este barranco guarda algo que no esperas.
Entre las rocas húmedas y las charcas cristalinas se esconden ranas diminutas, sapos enanos, salamandras de piel brillante y tritones que parecen sacados de un cuento.
No siempre se dejan ver, pero alguno aparece, mirándote como recordándote que este lugar no es tuyo.

Eso es lo que hace especial al Dundún: no es un parque temático.
Es un barranco virgen.
Un sitio donde la naturaleza manda, y nosotros solo somos visitantes con respeto.
Aquí no venimos a arrasar, venimos a convivir. Para nosotros, este lugar es vida.

Imagina estar ahí, en mitad de la Sierra de Aracena.
El agua fría en la piel, la risa todavía en la boca, y de pronto ver un tritón moviéndose bajo tus pies.
No es un zoológico, no es un documental de Netflix.
Es real, está pasando delante de ti.

Ese es el momento que no se olvida.
No es solo saltar, es sentirte dentro de un ecosistema que late.
Un lugar que casi nadie conoce, pero que marca a quien lo vive.

¿Por qué tienes que vivir esto?

  • Porque un salto de seis metros vale más que cien horas de sofá.
  • Porque volverás con barro en las botas y fuego en la memoria.
  • Porque no es un barranco domesticado: es virgen, salvaje y auténtico.
  • Porque las historias que cuentas después son mejores que cualquier foto de postureo.
  • Porque ver una salamandra o un tritón en su casa no tiene precio.
  • Porque el 13 de septiembre no se repite. Y este barranco tampoco.

Todo lo que necesitas saber (y nada de paja)

Fecha y hora: sábado 13 de septiembre, a las 9:30 h en la parada de bus de Cortelazor.
Lugar: Barranco del Dundún, en la Sierra de Aracena. Un rincón virgen, lejos del ruido.
Duración: unas 4 horas de aventura auténtica.
Incluye: neopreno, casco, monitores expertos y la seguridad de que alguien te anima antes de saltar.
Qué traer: bañador, calzado deportivo que se pueda mojar, toalla y ropa seca para después.
Nivel de dificultad: bajo. No hace falta ser atleta, solo tener ganas de saltar y mojarte.
Precio: 35 €. Lo que te gastas en dos cenas cualquiera. Aquí compras recuerdos que duran años.
Cómo reservar: entra en sierraextreme.net/agenda y asegura tu plaza.

Preguntas frecuentes

¿Y si no tengo experiencia?
Mejor. Aquí no hay técnica, solo ganas. Saltar sabe cualquiera.

¿Me voy a mojar, ensuciar, cansar?
Claro. Y te va a encantar.

¿Edad mínima?
La suficiente para que le entre un neopreno de la talla S.

¿Y si me da miedo saltar?
Genial. El miedo es gasolina. Y aquí lo quemas todo en un segundo.

¿Te vienes o te lo pierdes?

El Dundún es un barranco virgen, un secreto que no aparece en folletos.
El 13 de septiembre tienes la oportunidad de saltar, reír y sentirlo.
Si no vienes, seguirá ahí, esperando. Pero no para ti.

Reserva ya tu plaza en Sierra eXtreme.
Porque estas cosas no se cuentan. Se viven.



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