Así es Budkov Kjaer, la nueva perla noruega de la ATP


🎾 Arthur Rinderknech vs Casper Ruud
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Noruega no es un país con una extensa tradición tenística. Las frías temperaturas del país escandinavo, que imposibilitan jugar al aire libre durante ciertas porciones del año, y la afición a otros deportes disputados en pabellones (como el hockey sobre hielo) han alejado a esta nación de tener grandes referentes en el deporte de la raqueta. Christian Ruud dejó las primeras pisadas, preparando el camino a su hijo y mayor estrella en el firmamento tenístico noruego, Casper Ruud… y éste, claro, inspira ahora a nuevos nombres que empiezan a dejar su huella entre los mejores. Hay uno, eso sí, que brilla por encima del resto: Nikolai Budkov Kjaer.
El tenista de Oslo, de apenas 18 años, se proclamó en el día de ayer campeón del ATP Challenger de Glasgow. Es su primera corona en el segundo escalafón del tenis profesional, y la logró en un día simbólico para su país, puesto que se midió a su compatriota Viktor Durasovic, en la que apenas fue la segunda final entre dos noruegos en la historia de este deporte. Un día de tremendo simbolismo que se saldó con el triunfo de un Nikolai dispuesto a tirar la puerta abajo, desmarcándose como una de las mayores joyas del circuito ATP en la actualidad.
La próxima estrella del circuito ATP ya sabe lo que es triunfar a nivel junior. Lo logró en Wimbledon, donde se proclamó campeón en individuales, y en Roland Garros, donde lo hizo en dobles. En el US Open se quedó a un paso del triplete, con una derrota en la final a manos de nuestro Rafa Jódar, uno de los pocos en explotar las pocas lagunas de un tipo con planta de campeón: alto, buena envergadura, potencia desde ambos lados de la cancha, un revés sólido y con todas las variantes y una derecha que, con tiempo para prepararla, también puede ser un cañón. A sus 18 años, Budkov Kjaer ya se ha medido en la élite y los resultados no pueden ser mejores: derrotó a Pablo Carreño a finales de 2024 en un Challenger en Alicante, y llevó al límite a Etcheverry y Navone hace poco menos de un mes, en una titánica eliminatoria de Copa Davis cuyo descorazonador final no ha hecho más que alimentar su llama competitiva.
DESDE EL HOCKEY A RUUD, ASÍ ES BUDKOV KJAER
Estuvimos muy cerca de perdernos a esta joya con denominación de origen: sus años formativos combinaron el tenis y el hockey sobre hielo, hasta que Nikolai, por la influencia de su padre, se decantó por el deporte de la raqueta. «Mi padre trabajó durante cinco años en la Federación de Tenis, así que elegir el tenis fue algo más natural para mí. Estaba en la Federación cuando Casper (Ruud) empezó a crecer como junior y se estableció en el circuito ATP, así que era plenamente consciente de cómo trabajar en la transición del junior al profesionalismo».
Aquí aparece el segundo elemento de una ecuación que, quizás, estaría incompleta sin él. Los éxitos y la ética de trabajo de Casper Ruud alumbraron el camino de Kjaer, que ya ha compartido entrenamientos con el finalista de Roland Garros y el US Open y se fija en él para continuar su progresión. «Casper es un factor motivacional enorme, tanto para mí como para muchos chicos de mi país. Es un modelo a seguir, alguien a quien admiro y en quien me fijo, ojalá pueda convertirme algún día en alguien como él».
También pudo compartir entrenamientos con Jannik Sinner, ejerciendo como sparring en las últimas ATP Finals, pero Budkov Kjaer tiene una misión: poner a Noruega en el mapa, algo para lo que necesita la ineludible ayuda de Casper. «Siempre disfruto al entrenar con Casper, al estar cerca de él. Es todo lo bromista que puede conmigo, lo que hace más fáciles las cosas. Nos lo pasamos genial en pista. Sería fantástico tener dos nombres de un país pequeño como Noruega en la élite del circuito ATP. Sueñas con jugar en los grandes escenarios, rodeado de gradas llenas. Es un sueño para mí, es por lo que entreno». De momento, el título en tierras escosesas impulsará a Nikolai al top-300 del ranking, destrozando una barrera más y refrendando una evolución a todas luces prometedora. Se acerca a las previas de Grand Slam… y al asalto de un vagón de cabeza que, quizás, algún día hable más noruego que nunca.