Alcaraz y Sinner no deben pedir perdón por no jugar contra el Big 3


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Dice la canción que cualquier tiempo pasado siempre nos parece mejor. En el caso del tenis, parece que esa es una máxima que tiende siempre a repetirse. En la época actual, no son pocos los que demeritan el buen hacer de los dos grandes líderes de esta generación, Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, defendiendo lo mala que es esta época y lo buena que era la anterior, pero ¿realmente es así?
Le memoria es corta y dicen que la historia es cíclica y que siempre tiende a repetirse. Viajemos quince años atrás.
Durante años, en la cúspide de la ola del Big 3, tuvimos que aguantar la manida etiqueta de la ‘Weak era’ para referirse a lo acontecido entre 2004 y 2010, cuando Roger Federer levantó la impresionante cifra de 15 Grand Slams, y un Rafa Nadal que, por su parte, se hizo con nueve. En total, suizo y español se repartieron 24 de los 28 grandes disputados a lo largo de siete temporadas consecutivas.
Para justificar ese dominio, había detractores que aseguraban que existía una ‘Weak era’, una época de falta de competitividad en el Top que provocaba que Roger y Rafa dominasen a todos con puño de hierro. Es cierto que se centraba más en la figura del de Basilea, que de 2004 a 2007 se paseaba prácticamente solo, pero ese debate también se arrastró a esa parte de la historia, cuando Rafa empezó a labrarse un nombre.
Es curioso que, en pleno 2025, hay gente que recuerda esa época con un cariño especial. Hasta tal punto llega la cosa que, incluso, hablan de ella como una época de un nivel absolutamente abismal. Si alguien hubiese venido del futuro en pleno 2008 a decir que esa época era la más brutal de la historia, es bastante probable que le hubieran tachado de loco.
Si echamos una mirada al Top 10 de final de temporada en esos años, es cierto que vemos nombres como Hewitt, Safin, Agassi, Henman, Coria, Nalbandian o Davydenko, entre otros, pero hay que poner siempre el contexto de todo en ese momento concreto, y el nombre de Agassi obvio que infunde respeto, pero en ese 2004 el estadounidense estaba lejos de su peak, así como Safin, que tiene dos derrotas en primera ronda de un Slam esa temporada.
Así era el Top 10 de 2004, 2005, 2006 y 2007, de cuando Federer y Nadal se repartían los Grand Slams como hacen hoy Alcaraz y Sinner.
También en esa época había alguno que hablaba de weak era y demás lindezas.
Más duro, igual o menos que ahora, da igual, la cosa es que no hay… pic.twitter.com/syX4u0WmSq
— José Morón (@jmgmoron) October 20, 2025
Si nos vamos a la actual, o a la de la temporada pasada, alguno echará en falta nombres que metan miedo, porque los niveles actuales de Medvedev, Ruud, Zverev, Draper, Shelton, De Miñaur o Fritz no le dicen demasiado a algunos, pero quién sabe si dentro de 15 años, cuando estos se retiren, alguno cuenta con varias finales o títulos de Grand Slam, semanas de número 1 y otros logros.
Por ello, no sería descabellado pensar que, en 2050, cuando se hable del tenis de 2025, se recuerde esta época como una cosa anormal, con dos bestias como Alcaraz y Sinner ganando todo entre una segunda línea increíble con nombres muy potentes. De hecho, es bastante probable que esto ocurra, porque la memoria del ser humano siempre tiende a ser muy corta y lo pasado siempre nos parecerá mejor.
Quizá, para 2050, quien esté leyendo estas líneas se estará echando unas buenas risas al comprobar que esto es así. Es probable que lo que están haciendo Carlitos y Jannik ahora se le dé el mérito que merece cuando ya no estén en activo y echemos la vista atrás. Quizá entonces se hable bien de esta generación y, nuevamente, hablen de otra ‘Weak era’ futura en el cuento del nunca acabar.
Dejemos de compararlos con el Big 3: Alcaraz y Sinner hacen su propio camino
Las palabras de Tsonga, el pasado fin de semana, diciendo que a él le habría encantado ver a Carlos y Jannik en su época, enfrentándose a Delpo en tercera ronda, a Murray en 1/8s, a Djokovic en cuartos, a Federer en semis y a Nadal en la final, incluyen un cierto tufo a demérito por su parte para justificar lo que están haciendo Alcaraz y Sinner.
Que esto provenga de @Javi_Frus69 en la red social X, es hasta imaginable, pero que esto lo diga alguien del mundo del tenis como Tsonga, sabiendo lo dificilísimo que es ganar un simple Grand Slam, teniendo uno seis y otro cuatro con 22 y 24 años, no se entiende.
Lo primero, lo que hacen Alcaraz y Sinner es muy difícil. Si fuese fácil, habría otros 300 más haciendo lo mismo, y no es así. Son dos fueras de serie. Dos talentos que surgen cada mucho. Dos leyendas que, el día de mañana, estarán entre los 10 mejores tenistas de la historia. Estamos presenciando la historia, con varios de los mejores partidos que han visto nuestros ojos. No podemos desprestigiar así sus triunfos. No después de lo vivido en Roland Garros, este mismo año. Aquello no ha ocurrido 50 veces en 10 años como para banalizarlo así.
Y luego, Alcaraz y Sinner no pueden ni deben pedir perdón por no haber coincidido en la época del Big 3. Ya no pueden nacer en 1985 y competir contra ellos. Hay quien siempre intenta restar mérito a sus títulos, asegurando que ahora es fácil ganarlo, como si los Slams se repartiesen en una tómbola. Ganar un grande ahora vale igual que hacerlo en 2008 o en 1984.
Como si lo que hubiera hecho Carlitos en mayo de 2022, ganando en un mismo torneo a Djokovic, Zverev y Nadal, el mismo Rafa que un mes después ganaba Roland Garros, fuese algo normal. Como si ganar a Jarry, Berrettini, Rune, Medvedev y Djokovic para ganar Wimbledon por primera vez se hiciese cada año, como algo habitual. No, esto es especial.
Que fuese más o menos duro que antes, es otra historia, pero cualquiera del Big 3 también tiene cuadros que nos parecen fáciles si lo miramos ahora para ganar algunos de sus títulos. Lo que hay que entender es que ganar un grande es un logro tremendamente difícil de conseguir. Si no, no habría solo 56 ganadores de Grand Slam desde el comienzo de la Era Open, allá por 1969.
Sí que echamos en falta que alguno de la segunda o tercera línea actual dé un paso al frente y tenga la fe y las ganas necesarias de romper el binomio actual, para añadir un poco de emoción a esto, pero hay que valorar nuestra suerte de tener dos tipos de la talla de Sinner y Alcaraz para dejarnos otra rivalidad histórica en este deporte.
Y como decía antes, quizá habrá que esperar a 2050 para que Carlos y Jannik obtengan el reconocimiento que merecen. Por aquí, solo puedo instaros a vivir y disfrutar el presente. Que lo que pasó, ya se fue y nunca volverá. Aquello, ya lo vivimos, y que volver la vista atrás es bueno a veces, pero mirar hacia adelante es vivir sin temor.