tiene «ilusión» y no descarta volver a Roland Garros

Rafael Nadal Parera está en busca de su última gran función en Roland Garros 2024. El sorteo, que le ha emparejado con Alexander Zverev, añade una dificultad extra a la heroica que busca el gran campeón… pero la semana de entrenamientos que ya acumula en París han hecho que la luz, antes muy al final del túnel, se vea más cerca que nunca. Precavido pero a la vez optimista con su nivel de tenis, Rafa dejó claro que ha disputado sets de entrenamiento sin ninguna limitación, y que la ilusión se mantiene… hasta el punto de que no descarta volver el año que viene a su casa, París.
– Nivel de competitividad actual: ¿podría jugar algún Roland Garros más?
«No lo sé. La competición me dice que hace una semana y media hice un desastre en Roma, perdí 6-1 y 6-3. Internamente me siento mejor en todos los sentidos, físicamente también. Me ha tocado uno de los peores sorteos posibles y eso no ayuda. Sigo pensando que hay muchísimas posibilidades de que éste sea mi último Roland Garros, eso es cierto, pero si me obligáis a decir si va a ser mi último o no… por suerte, no estoy en disposición de decíroslo. Es una buena noticia para mí poder decir esto. En primer lugar, creo que si me tienen que hacer un homenaje en la pista o no, creo que saldrá algo natural, con el público, y no necesariamente me tengo que cerrar la puerta a lo que pueda pasar en el futuro. No es necesario. Si no vuelvo para jugar, volveré para hacer lo que tenga que hacer sin tener que jugar; si vuelvo jugando, ya me lo harán el año que viene
Por otro lado, estoy feliz haciendo lo que hago. Mi cuerpo está evolucionando bien, mejor de lo que me esperaba hace un mes y medio. No estoy entrenando con demasiados dolores, las limitaciones que he sentido semana tras semana, las que me quitaban la ilusión de seguir, veo que esta semana van a menos, por no decir que tengo pocas. Si eso se alarga en el tiempo, creo que puedo seguir siendo competitivo. Lo que no quiero es quedarme con la sensación de decir: ‘Me retiro, y lo he intentado… qué, ¿una semana en condiciones óptimas?’ Si yo hubiera podido hacer la transición, todos estos meses de enero hasta Montecarlo, y llego en las condiciones que estoy hoy a Montecarlo y juego toda la gira de tierra y veo que no hay limitaciones… pero no me quiero quedar con la duda, a nivel interno, de decir que llevo dos años sin jugar, con una recuperación muy larga, me he vuelto a lesionar… quizás dentro de un mes o dentro de cuatro días me vuelvo a lesionar y veo que no vale la pena, que lo siento pero se tiene que acabar, como sentía hace un mes y medio.
Hoy lo siento un poco distinto, pero la experiencia me dice que hay posibilidades de que esto vuelva a ocurrir. Hay muchas posibilidades de que este sea mi último Roland Garros, pero no me quiero obligar a deciros que es mi último Roland Garros al 100%. Madrid fue mi último Madrid: si el año que viene estuviese jugando, Madrid es un torneo en el que ya cerré un círculo y más agradecido no puedo estar, pero me he quedado sin jugar algunos eventos que me hubiese gustado jugar… y la verdad es que me quiero dar, haciendo un calendario muy diferente y con objetivos muy diferentes, esa oportunidad. Tengo el apoyo de mi familia y tengo que explorar hasta dónde puedo ir. No me serviría internamente decir que este es mi último torneo porque, sinceramente, me estoy sintiendo mejor. Vamos a ver qué pasa», señalaba Rafael Nadal en rueda de prensa antes de debutar en Roland Garros 2024.
– ¿Qué le dicen sus victorias en los entrenamientos sobre grandes jugadores, sobre todo en comparación con otros torneos?
«Me dice que no estoy tan lejos. Eso me dice. No soy una persona que se suela engañar, soy bastante realista y crítico conmigo mismo. Necesito mejorar, está claro… pero estoy siendo competitivo en todos los entrenamientos contra gente buena y bastante importante. La pena es que estamos muy cerca del torneo ya, y ha pasado durante muy poquito tiempo. Es la primera semana, creo, en la que me siento libre de poder jugar pensando en la pelota y poco más. He estado mucho tiempo pensando qué movimiento puedo hacer y qué movimiento no puedo hacer, y eso me ha lastrado muchísimo, como habéis podido ver.
Al comienzo ni lo intentaba, luego en Roma lo intenté sin poder, no podía hacerlo… y mentalmente eso te va minando. Pero bueno, es la primera semana de entrenamientos en un torneo desde que he vuelto en la que puedo jugar sin limitaciones y pensando en lo que tengo que hacer, que es jugar al tenis. El bagaje y el tiempo es muy pequeño: a priori muy insuficiente… pero ya se verá».
– ¿Hay alguna similitud en cómo afronta esta edición con respecto a la del 2022, donde ganó el título y salió en muletas de la Chatrier?
«Creo que son muy diferentes por un simple hecho: en 2022 estaba muy mal del pie, salí de Roma cojo… pero mi nivel de tenis era muy alto. Venía de ganar Australia, Acapulco y final de Indian Wells en la que me rompí la costilla. Jugar muy bien, a un gran nivel de exigencia y contra grandes jugadores era algo que había tenido muy pocos meses antes. Ahora no es así, no se ha dado así.
En aquel momento necesitaba solucionar lo del pie, no sabía si se podía solucionar. Se pudo dormir el pie, durmiendo algunos nervios, y eso me hizo poder jugar, aunque acabase hecho polvo. Si jugaba, aunque no fuese una situación ideal, el jugar bien y estar competitivo lo tenía muy cerca. Esta vez hemos empezado desde muy atrás, la vez en la que más en toda mi vida, y con dos años más. La situación es mucho más complicada y encima no parto como cabeza de serie. No se pueden comparar, aunque voy día a día.
Tampoco me cierro la puerta a nada, me siento entrenando más o menos bien, pero yo tampoco tengo un barómetro de decir: ‘He jugado contra estos jugadores y me siento bien, competitivo’… Es que la concentración, los automatismos y cómo jugar los momentos importantes, todas esas cosas que uno va construyendo conforme pasan las semanas, yo no he tenido ese tiempo para construirlos de una manera real. He vivido situaciones estas últimas semanas, sí, pero he jugado muy limitado, con problemas en la cadera, en el abdominal… he jugado con muy poca movilidad y eso afecta a tu rendimiento diario, y también a tu ilusión diaria por lo que pueda pasar.
Ahora llevo una semana y algo con una sensación diferente y eso me ilusiona, me ilusiona para poder competir. Lo que pueda pasar… si no tuviese un mínimo de esperanza de que puedo jugar bien, no estaría aquí».
– Sobre lo que le aportan sus tres entrenadores: Marc López, Gustavo Marcaccio y Carlos Moyà
«Siempre he tenido una relación excelente con todas las personas que han estado a mi lado. Soy una persona que huye de las peleas y las discusiones, en todos los sentidos. Mi relación con ellos es fantástica. No les necesito a los tres aquí, ni en ninguno de los torneos, suelo necesitar a dos personas… pero es posible que sea la última vez que vivamos esto, así que es justo que podamos estar aquí todos. Cada uno tiene cosas distintas, me aportan en un momento dado visiones diferentes y tienen una comunicación muy fluida entre todos. Tengo un buen pack: Marc me ayuda a entrenar de manera específica, porque sigue teniendo un nivel muy alto de tenis y me puede ayudar en cosas; Gustavo (Marcaccio) diría que es la persona más metódica, más organizada en todos los sentidos, y Carlos tiene un gran conocimiento sobre mí, hemos vivido muchas cosas juntos y tenemos muchísima confianza. Me siento cómodo con lo que tengo».
– El momento de Roland Garros que le contará a su hijo cuando le pregunte por este torneo
«Te prometo que no tengo ninguna intención de contarle a mi pequeño qué hecho y qué no he hecho, no soy una persona a la que le guste hablar de ‘batallitas’ (risas). Aquí lo hago porque es mi trabajo, pero en el día a día de casa y con mis amigos hablo poco de tenis y de mí. Quiero que mi hijo crezca como un chico normal, intento esforzarme al máximo para que así sea y cuando se dé cuenta yo ya estaré más retirado que la una (risas). Me verá solo como un papá, no como un papá que es deportista y famoso por el mundo.
Con el tiempo se dará cuenta, supongo, de lo que ha pasado, y si me pregunta le responderé, pero intentaré no darle más importancia de la que tiene. Somos de Mallorca, de un pueblo con una mentalidad tranquila, así que no somos ni muy mitómanos ni de grandes alardes, así que espero que mi hijo sea de esta forma, una persona normal, sin más».