Max Verstappen, vuelta rápida y la crítica desmedida

Max Verstappen está invitado a todos los debates sobre los mejores pilotos de la historia, a pesar de que en la actualidad cuenta con solo 25 años. No es una sorpresa, o no debería serlo. Los entendidos en Karting ya eran conscientes de la bestia que estaba en camino. Porque Max Verstappen no es un piloto que ganó en Karting, sino que es uno que arrasó mientras competían en múltiples disciplinas como nunca antes se había visto a otro piloto.
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Max Verstappen, camino de los mejores de la historia
Y si hay que hablar de Karting es porque su paso por categorías de formación fue más que fugaz. Tras solo seis citas en Fórmula 3 y ante el incipiente interés de diversas estructuras de Fórmula 1, Red Bull hizo lo que fue catalogado como una total locura: ponerle sobre la mesa un contrato de piloto titular de F1. Ese mismo año, siendo menor de edad, ya se estrenó realizando entrenamientos libres.
Desde ese momento, Max Verstappen no ha dejado de crecer. Rápido fue desde el primer día, pero ha ido puliendo todos y cada uno de las cosas en las que ha podido flojear en los últimos años. Consistencia, desgaste de los neumáticos, valorar cuándo jugar sus batallas. Años atrás aún se podían encontrar errores de Verstappen que el piloto se encargaba de arreglar en carrera dejándolos prácticamente sin consecuencia, pero este 2023, cuesta encontrarle un solo error.
Nueve Grandes Premios, siete victorias, dos segundos puestos. En Austria, gracias a las nuevas reglas de carrera sprint, Max pasa a la historia como el piloto que más puntos ha sumado en un fin de semana; 34. El máximo posible. Dos victorias y vuelta rápida. Dicho de otra forma, el máximo posible de puntos hasta la fecha es de 250. Verstappen suma 229. 21 puntos perdidos por el camino a pesar de la rotura del palier en la clasificación de Arabia Saudí, y el infortunio del coche de seguridad de Bakú, siendo su gran momento gris de la temporada la tercera posición de la carrera sprint de Bakú.
Max Verstappen es un animal competitivo, un piloto tan ambicioso como el que más. No es que diga ahora que no está aquí para ser segundo, es que ya lo decía hace siete años. El piloto fue altamente criticado cuando marcó la vuelta en Arabia Saudí. También cuando lo hizo en Barcelona, advertido de sanción por límites de pista. Y vuelve a ocurrir ahora, en Austria.
Verstappen solo ha dejado de ganar 21 puntos de 250 posibles
Para eso hemos quedado. Atacar al piloto que está rozando la perfección por cosas que no han pasado, inventando conversaciones que no han ocurrido para acusarle de desobedecer las órdenes de equipo, para señalarle como mal compañero de equipo cuando le saca tres carreras de diferencia y ni tan siquiera se ha llegado al ecuador de la temporada. “Es que y si se va largo y le sancionan…”, “Es que y si hay un problema en la parada y pierden la victoria.”. Y sí, siempre y sí.
El domino aburre, y en Fórmula 1 más, pero no dejan de sorprender los ataques ante un piloto que está rozando la perfección y que no merece más que halagos por lo logrado. Y sobre todo, ataques por cosas que no han ocurrido. Como si el piloto que más bajo control parece tenerlo todo no se hubiera ganado el derecho a que se deposite confianza en él.
Mientras, Max Verstappen disfruta. Está en su salsa. El piloto se ha mostrado insensible a las presiones externas, y no tiene problemas en afear a periodistas -y de aquí vienen muchas de las críticas desmedidas-, de hecho, parece llevárselo a su terreno y usarlo como motivación. ¿Te molesta? Pues espera a la siguiente carrera.
25 años, quinto piloto con más victorias en Fórmula 1 tras haber superado a Ayrton Senna, séptimo con más podios, el tercero con más puntos, e incluso en un registro en el que comenzó tarde, como el de la pole position, ya está en el top10. Y tercer título de campeón del mundo bajo el brazo. Demasiado bueno como para gastar energía en no disfrutar de un piloto así.