23 octubre, 2025

la ilusión óptica que te convence de pagar hasta 1.000 euros por el rojo de Mazda

la ilusión óptica que te convence de pagar hasta 1.000

«Más que un color». Así presentó Mazda su venerada pintura Soul Red Crystal hace casi una década. En su proceso complejo de aplicación multicapa encontramos su secreto. Tanto, que no es solo un color: es una ilusión óptica.  

Pero funciona. Muchos de los Mazda que vemos por la calle lucen en este rojo manzana que parece bañado en caramelo, a pesar de que es su pintura más cara: ronda entre 800 euros y poco más de 1.000 euros. Para colmo, es de las pinturas que más temen en los talleres porque igualarla es muy complicado. Pero qué bonita es, ¿verdad?

Tres capas para engañar el ojo humano

Cuando Mazda estrenó esta tonalidad sacó pecho, presumiendo de haber estrenado el rojo más hermoso del planeta y de la historia. El rojo Soul Red Crystal debutó en el Mazda CX-5 en 2016, y desde entonces está disponible en casi todos los coches de su gama.

Color artesano. Para poder aplicarlo, Mazda cambió su proceso de pintado. Lograr acabados tan profundos y brillantes es posible pintando la carrocería a mano, pero esto es impensable para coches de fabricación en serie de gran volumen. Así es como nació el ‘takuminuri‘ (color artesano en japonés). Básicamente la nipona entrenó a su robots de pintado para que imitaran los movimientos de mano de «sus mejores artesanos».

Y así es como aplican la pintura en capas perfectas, algo más cercano a un taller de personalización que a la producción en masa de un coche.

Mazda Soul Red Crystal
Mazda Soul Red Crystal

Una ilusión óptica. Luego tenemos la compleja configuración del Soul Red Crystal en sí. Lo normal en coches generalistas es que la pintura sea de dos capas además de la de imprimación: la de color y una transparente encima. La de Mazda en cambio recurre a tres capas sobre una imprimación en gris que, en conjunto, crea esa sensación de que cambia de color según incide la luz en las sinuosas formas de sus coches.

Como detalla Mazda, la primera capa es reflectante y transparente: contiene finas microescamas brillantes de aluminio que operan como pequeños espejos, combinadas con láminas que absorben la luz y que intensifican las zonas sombreadas. 

Después añaden una capa semitransparente con un pigmento en rojo de elevada saturación. Cuando la luz atraviesa esta capa roja, rebota sobre la base metálica, creando ese gran efecto de profundidad que engaña el ojo humano pues parece iluminarse desde dentro. La tercera capa, final y transparente, es meramente de protección, aunque aporta el brillo final. Así es como consiguen «un 20 % más de saturación de color y un 50 % más de profundidad» en comparación a su antecesor: el Soul Red a secas.

Mazda Soul Red Crystal Mazda MX-5
Mazda Soul Red Crystal Mazda MX-5

La pintura más cara de Mazda. Esta lograda ilusión óptica no es barata. En la gama Mazda solo el blanco Arctic White va sin sobreprecio: el resto es opcional, y el Soul Red Crystal es el más caro. Pero entra tan bien por los ojos que los clientes, fascinados, se lanzan a pagar el extra. También ayuda que en la mayoría de anuncios y campañas, sus coches luzcan en este color: si pensamos en Mazda, pensamos en este brillante rojo. 

Teniendo claro su éxito, Mazda lo coloca como primera opción en el apartado de color del coche del configurador. En los Mazda3, CX-30 y MX-5 supone 800 euros. Mientras el resto de tonalidades suelen rondar entre 500 y 600 euros. En el CX-5 casi 900 euros. Y en los aún más caros Mazda 6e, CX-60 y CX-80, 1.050 euros, aunque en el último hay otro color rojo que tiene el mismo precio: el Artisan Red. No es casualidad que el Mazda2, su modelo de acceso, no lo incluya en su paleta. 

Además de este nada barato desembolso, esta tonalidad es una auténtica pesadilla para los talleres de pintura. Igualar el color tras reparar un golpe en la carrocería ya es complicado en colores de dos capas: los pintores recurren a un espectrofotómetro para «leer la tonalidad», que además puede haberse visto afectada por la fotodegradación. Pero éste no detecta por ejemplo la orientación de las escamas metálicas o el efecto de la luz al atravesar las tres capas del Soul Red Crystal. Lo que supone que también la reparación de chapa sea aún más cara con este fascinante rojo Mazda.

Imágenes | Mazda

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