Henry Blanco, careta de mil batallas

Volvamos a la programación habitual. Anteriormente comenzamos a hablar de la generación de peloteros venezolanos que llegaron a Grandes Ligas en 1997, dijimos que fueron 12 -entonces una cifra récord-, pero solo tres jugaron 10 años o más. Ya hablamos de Kelvin Escobar, nos quedan pendientes Magglio Ordóñez y Henry Blanco. Pero la carrera de Magglio la repasamos cuando fue exaltado al Salón de la Fama del Beisbol Venezolano. Entonces, sin más preámbulos, hablemos hoy de Henry Blanco.
Si bien los registros lo ubican en esa camada que debutó en 1997, la verdad es que Henry solo jugó tres compromisos ese año y tuvo apenas cinco turnos al bate. Por cierto, entonces defendió la tercera base porque el caraqueño llegó a las menores en 1990 como antesalista y jugó esa posición en sus primeras seis contiendas. No fue sino hasta 1996, en Doble-A, cuando se mudó a la receptoría. Y aunque al año siguiente ya estaba como catcher en las menores, defendió la antesala cuando finalmente hizo el grado con el equipo grande de los Dodgers.
Su primer gran año sería realmente en 1999 con el uniforme de los Rockies de Colorado, y sí, ya como receptor a tiempo completo. Entonces disputó 88 compromisos en los que bateó para .232 con seis jonrones y 28 carreras impulsadas. Henry estaba ahí para defender y lo hizo bien, dejó un promedio de fildeo de .992 con apenas cinco pifias en 693 innings y un tercio de labor, en los que además hizo out en intento de robo a 39 rivales.
Para el 2000 Henry se sumaría a los Cerveceros de Milwaukee, equipo con el que jugaría un par de campañas y disputaría su primer año de 100 o más juegos disputados (2001). En 2002 se uniría a los Bravos de Atlanta, pero ahí estaba Javy López, así que el caraqueño sería el receptor suplente, con ellos se mantuvo un par de años, en los que cometió apenas cuatro pifias en un total de 983.2 innings.
En 2004 Henry recuperó su titularidad con los Mellizos de Minnesota, de hecho ese año impuso un tope personal de 872 innings y tercio de labor y fue el careta de Johan Santana, que ganó ese año su primer Cy Young. Pero no pudo quedarse. Se unió a los Cachorros de Chicago en el 2005 y ahí -nuevamente en un rol de suplente- se estableció durante cuatro campañas y en la última (2008) sorprendió con un average de .292, por supuesto el mejor de toda su carrera. Y ni que decir que su defensa, en 2007 no registró siquiera un error como receptor en 109 episodios.
Henry jugó en 2009 con los Padres de San Diego, en 2010 con los Mets de Nueva York, en 2011 y 2012 con los Cascabeles de Arizona y en 2013 se dividió entre los Azulejos de Toronto y Los Marineros de Seattle, tenía entonces 41 años y esa era su campaña número 16 en el llamado mejor beisbol del mundo. Su carrera siguió como coach y manager del invierno, pero para esa faceta necesitamos otra columna.