Felipe Massa ya no quiere que le nombren campeón de la F1 en 2008. Ahora pide 82 millones como indemnización
El mes de octubre va a ser muy importante para la Fórmula 1. No solo porque se encarrilará quién va a ser el nuevo campeón entre Oscar Piastri, Lando Norris y Max Verstappen, sino también porque la Fórmula 1 afronta uno de los juicios más importantes de su historia. Tanto que podría cambiar el palmarés del mundial y provocar una millonaria indemnización.
Felipe Massa sigue reclamando que es el verdadero campeón del mundial de 2008. Todo a raíz del ‘Crashgate’ que hizo Renault en Singapur, y que según Massa le costó el mundial. El piloto brasileño ya no pide que se le proclame judicialmente como campeón, pero sí reclama 82 millones de euros por los perjuicios generados.
La confesión de Ecclestone ha sido admitida como prueba
Tras años de dimes y diretes, el affaire entre Felipe Massa y la Fórmula 1 va a acabar en juicio. Este próximo mes de octubre se producirá la primera vista en el Tribunal de Alta Instancia de Londres a raíz de los sucesos acaecidos en el Gran Premio de Singapur de 2008, por los que Massa reclama una suculenta indemnización.
Recordemos que en 2008 Massa y Lewis Hamilton se jugaron el título, que acabó ganando el británico por un punto. Pero Massa reclama que puesto que la FIA determinó que Renault había amañado el Gran Premio de Singapur estrellando a Nelsinho Piquet a propósito para que ganase Fernando Alonso, ese resultado debería ser invalidado.
En esa carrera Hamilton acabó tercero, mientras que Massa no puntuó porque tuvo un problema en boxes en uno de sus repostajes. Si se anulase el resultado de la carrera Hamilton perdería seis puntos mientras que Massa se quedaría igual, y por tanto sería el nuevo campeón. Pero el piloto brasileño ya ni siquiera aspira a eso.
Massa entiende que poco cambiaría que ahora le nombrasen campeón de un mundial de hace casi 20 años, y ha cambiado de estrategia: pide una indemnización de 82 millones de euros en concepto de perjuicios causados. Y tiene una baza muy importante bajo la manga: la confesión del propio Bernie Ecclestone.
El tribunal ha aceptado como prueba una confesión de Ecclestone, por entonces mandamás de la Fórmula 1, en la que reconoce en un documental que tanto él como Max Mosley, presidente de la FIA por entonces, ya difunto, sabían del amaño de Renault, pero no lo sacaron a la luz. Esperaron un año hasta que el propio Piquet, recién despedido de Renault, confesó.
Se da la ironía de que el jefe de equipo de Massa en Ferrari por entonces, Stefano Domenicali, es el actual CEO de la Fórmula 1, por lo que irá contra lo que él mismo defendió inicialmente. Veremos en qué acaba un juicio en el que va en juego la credibilidad de la Fórmula 1… y 82 millones de euros.
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