solo cuestan 100 dólares y ya se relacionan con varias muertes en EEUU

La historia se repite, pero ahora con un giro todavía más peligroso. Después de la crisis monumental de los peligrosos airbags de Takata y sus infladores defectuosos, que obligó a hacer llamadas a revisión a millones de vehículos en todo el planeta, EEUU afronta un nuevo problema de seguridad en sus coches: la llegada de airbags falsificados desde China a precios de derribo.
Estos, fabricados por Jilin Province Detiannuo Safety Technology (DTN Airbag), se venden por unas diez menos que uno original. Esa diferencia de precio que los hace tan accesibles, ha abierto la puerta a un problema de seguridad mayúsculo: ya se han vinculado a siete accidentes, cinco de ellos mortales, y a una amenaza difícil de detectar que preocupa tanto a la NHTSA como al Departamento de Transporte.
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Una amenaza grave de seguridad importada desde China
Como recoge The Wall Street Journal, la investigación federal en marcha en EEUU acerca de los airbags chinos de DTM se centra concretamente en sus infladores, ya que al parecer contienen químicos inestables capaces de detonar en caso de accidente. Así, en lugar de amortiguar el impacto, el airbag se convierte en un proyectil letal.
El caso más mediático fue el de Destiny Byassee, una joven madre de 22 años que murió en Florida al volante de su Chevrolet Malibu. Circulaba a apenas 48 km/h cuando el airbag explotó y fragmentos metálicos le causaron heridas mortales en el cuello. Y lamentablemente no ha sido la única víctima.
La investigación de la NHTSA ha identificado al menos otros seis accidentes similares en los que los infladores falsos de DTN fallaron de forma catastrófica. En total, cinco personas han perdido la vida en choques que, de haber contado con un airbag legítimo, habrían tenido otro final. Detrás de cada cifra hay familias que, como la de Byassee, ahora buscan justicia en los tribunales.
Mucho más baratos, mucho más peligrosos


Como explican las autoridades, DTN no vende airbags con su propia marca, sino que fabrica copias que imitan a las de los proveedores oficiales de distintas marcas, diseñadas para parecer auténticas. Para colarlos en la cadena de suministro, usan como gancho un precio de ganga.
Y es que el precio medio de un airbag completo (que incluye la bolsa y su inflador) de cualquier fabricante puede superar fácilmente los 1.000 dólares (unos 920 euros). En cambio, los falsificados llegan al mercado por apenas 100 dólares (unos 92 euros), según documentos judiciales.
“Quien instale estos airbags comete un delito grave”
A tenor de lo ocurrido, el secretario de Transporte de EEUU, Sean Duffy, ha lanzado una advertencia a talleres y distribuidores: “Mi mensaje es claro: quien introduzca este equipamiento defectuoso en el país y lo instale está poniendo en peligro a las familias estadounidenses y cometiendo un delito grave”.
El problema es que muchos talleres ni siquiera saben que están montando piezas falsificadas. Estas copias son tan parecidas a las originales que en ocasiones engañan incluso a profesionales que sólo buscan recambios a buen precio. Y el riesgo no se limita a los talleres: también se han detectado coches de segunda mano con airbags falsos ya instalados. En algunos casos han llegado al país a través de plataformas online como eBay, según descubrió WSJ.


La NHTSA trabaja a contrarreloj para que no vuelva a repetirse el desastre de los airbags de Takata: retirados hace más de una década tras causar más de 100 muertes en todo el mundo, dieron lugar a la mayor llamada a revisión de la historia del automóvil, con decenas de millones de vehículos afectados.
La gran diferencia es que Takata era un proveedor global reconocido, mientras que los airbags de DTN son falsificaciones ilegales directamente, sin autorización de venta en el país. Pero su impacto ya se está dejando notar recordando que, en materia de seguridad, lo barato puede salir muy caro.
Imágenes | Getty Images, ZF Lifetech, Takata