Así fue la despedida de Wimbledon de Petra Kvitova
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Aunque sabíamos que cualquier rival sería dura a estas alturas, el sorteo quiso que fuera una top10 como Emma Navarro quien invitara a Petra Kvitova a su último baile en Wimbledon. Un partido sin historia, ya que la historia ya estaba más que escrita por parte de la checa en una trayectoria que siempre encontró su punto más dulce sobre la hierba, especialmente la de Londres. Tras caer en dos mangas y despedirse de la grada, la doble campeona del torneo hizo una valoración de esta última participación y apuntó ya hacia el final de su camino dentro de dos meses, el US Open, donde colgará la raqueta.
Su título en 2011
“Recuerdo claramente lo que pasó en aquel torneo, sobre todo recuerdo que no era favorita en ninguno de los partidos que jugué. Incluso el año anterior, cuando perdí en semifinales ante Serena, pero fue muy diferente enfrentarme a Vika (Azarenka) o Maria (Sharapova) de manera consecutiva. Con Vika fue en tres sets, siempre eran grandes batallas con ella, mientras que con Maria no jugué muchas veces. Estoy agradecida de que esa final llegara en aquel momento, es algo que nunca podré describir con palabras porque fue una gran sorpresa. No pude darme cuenta de lo que había pasado, del giro que dio mi vida y mi carrera desde entonces. Recuerdo la felicidad que tenía al levantar el trofeo, recuerdo que mi inglés no era muy bueno, estaba más nerviosa en las conferencias de prensa que en los partidos. Hoy en mi discurso en pista tuve sensaciones similares, aunque fue un poco mejor”.
Cómo adaptó su tenis a la hierba
“Al ser más alta, el saque es más fácil en hierba, incluso la hierba la sientes más lenta, así que la sensaciones pueden ser muy diferentes entre las jugadoras. El servicio siempre fue una gran ventaja para mía, me gusta hacer saque-volea durante el partido, aunque también es más difícil jugar flexionada siendo alta, ahí la ventaja de los más pequeños. El cuerpo duele en esas posiciones, sobre todo los glúteos. El servicio es clave, seguro, hay que mantenerlo el mayor tiempo posible. Recuerdo jugar con Venus en 2014 en un partido donde solo hubo un punto de break por cada lado, eran todo saques, así es como siento el tenis en hierba”.
Emociones en su último partido
“Tanto al entrar como al salir noté la misma emoción: era felicidad. Tuve la suerte de jugar en una pista hermosa en mi último partido, la Pista 1, de la que guardo recuerdos imborrables del pasado. Al entrar y al irme sentí algo parecido, el hecho de estar en un lugar muy especial, emotivo y feliz para mí”.
Vivir el torneo siendo madre
“Lo he vivido igual que antes de serlo, por suerte tengo a mi madre aquí para ayudarme, está con él todo el día. No estoy seguro de lo que Wimbledon puede mejorar en este aspecto, deberíamos preguntarle. Por un lado se vive diferente y por otro es lo mismo, aunque es evidente que hay que encargarse de la logística en cada partido y entrenamiento, menos mal que mi madre está aquí. Si yo lo tuviera que cuidar todo el día, entonces sería imposible competir, ya que siempre tenemos algún compromiso”.
Wimbledon le hizo mejor
“Lo principal que me dio Wimbledon fueron las formas durante toda mi carrera. También como persona, lo cierto es que siempre me llevé muy bien con los ingleses y su sentido del humor, me encantan. Lo principal que me pasó en la vida fue jugar este torneo, aunque reconozco que el segundo título fue mejor, mucho más satisfactorio, demostrando que podía jugar bien. Estuve dentro del top10 durante un tiempo gracias a los Grand Slams, los torneos más grandes que podemos obtener. Imagínate tener dos Wimbledon, para mí es algo muy especial. Para mí es el mejor torneo del mundo”.
Una última parada
“Mi próximo torneo será el US Open, allí me veréis, ese será mi último torneo. Estoy segura, no habrá cambios, mi cuerpo ya no está en buena forma y la motivación tampoco es la misma, todo es diferente a cómo era antes. Así es la vida”.
