Así ganó Carlos Alcaraz en su debut en el ATP Queen’s 2025
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Carlos Alcaraz tiene puesto en automático el modo supervivencia. La necesitaba en su primer partido en hierba después de su éxito en Roland Garros y tras una transición de superficie nada fácil de hacer. En su primer partido lo que importaba era la victoria y coger sensaciones y hábitos para Wimbledon. Por ello, sufrió más de lo esperado ante Adam Walton, pero supo resistir y aprovechar al máximo sus oportunidades, como ya hiciera unos días antes ante Jannik Sinner en la final de París. El de El Palmar no fue excelente, pero se estrenó con victoria en el ATP de Queen’s por 6-4, 7-6(4) tras una hora y 44 minutos de encuentros.
Nueve días después de una de las mayores remontadas que se recuerdan en el mundo del tenis, Carlos Alcaraz, volvía al trabajo tras conquistar su segundo Roland Garros, su quinto Grand Slam, y de unos merecidos días de desconexión en Ibiza. Así que una vez asimilado todo lo ocurrido en aquella final ante Jannik Sinner, el español tenía que cambiar el chip, comenzar la gira de hierba y pensar en su próxima defensa en Wimbledon.
Antes de desembarcar en el grande londinense, el murciano hace una parada previa en el Queen’s, torneo que ya conquistó en 2023. Además, lo haría ante un rival diferente al previsto inicialmente. Alejandro Davidovich se bajó del torneo a última hora y en vez de enfrentarse al malagueño se estrenaría contra Adam Walton, número 86 del ranking ATP.
«Hemos venido con poco tiempo, pero con ganas e ilusión», aseguraba el día anterior Samu López, que ejercerá de entrenador hasta que en Wimbledon se reincorpore Juan Carlos Ferrero. Y la verdad es que en el inicio del encuentro se notó la falta de rodaje en una superficie nada fácil de dominar, donde los puntos son mucho más cortos y rápidos y la importancia del saque y un buen toque de muñeca cobran una importancia sideral.
Alcaraz, de menos a más
Además, su rival venía de jugar la fase previa, por lo que ya sumaba más minutos en pista y se le veía algo más familiarizado con el césped. Los juegos se sucedían y ambos mantenían sus servicios sin ningún peligro de rotura. Pero en el séptimo juego, el australiano se enredó con su servicio y abrió la puerta a que el de El Palmar rompiera por primera vez, y el número dos del mundo no desaprovechó la ocasión. Daba igual que estuviese en una primera ronda de un ATP 500, Alcaraz lo celebraba, cerraba el puño y miraba a su equipo como si todavía estuviese en la final de Roland Garros.
Sus golpes también eran los mismos con los que culminó su histórica remontada en la Philippe Chatrier y ante esto poco podía hacer Walton, que defendía dos bolas de set, pero el español sentenciaba el primer set por 6-4.
La segunda manga fue un inicio de la primera. Pocos intercambios, sin ritmo, seguros en el servicio y sin opciones al resto. Se notaba que era la primera prueba en la exigente y técnica hierba y los errores no forzados eran una constante. Pero Walton no daba su brazo a torcer y se ponía con 5-4 a favor y Alcaraz no podía relajarse en exceso si no quería ver como se alargaba su primer partido en hierba. Sufría una pequeña desconexión y el australiano disfrutaba de dos bolas de set. Pero volvió a tiempo el número dos del mundo y como ya hiciera ante Sinner, resistía y levantaba esas dos bolas para poner el 5-5.
Aun así, eso no minó la moral del australiano que se aseguraba ir al tie break. Tiraba el español de su virtuosismo, una dejada de volea a bote pronto, para decidir la segunda manga al tie break. Se mantenía la igualdad mostrada durante todo el partido, pero cuando todo se tiene que decidir, cuando uno tiene que dar el paso hacia delante, ahí apareció Alcaraz, que no entiende de transiciones ni de procesos, solo entiende el significado de la victoria y se hizo con ella por 6-4, 7-6(4).
