“Apago el móvil durante los torneos”
Son ya muchas entrevistas las que llevo a cuestas, pero todavía siento un feeling especial con algunas. No sé describirlo, es como si mi cabeza volará al futuro para recordarme lo privilegiado que soy por estar en el momento exacto y en el lugar indicado. Desde allí me manda señales para volver rápidamente al presente, dejar de soñar y prestar atención al chaval de 17 años que tengo delante intentando abrirse paso hacia el profesionalismo. Se trata de Joao Fonseca (Río de Janeiro, 2006), uno de esos jugadores especiales que emocionan solamente con fantasear lo que le puede deparar el circuito.
Su recorrido en el Challenger Open Comunidad de Madrid llegó hasta los cuartos de final, una ronda donde cruzó ante un inspirado Leandro Riedi. Menos mal que en Punto de Break ya hacía días que habíamos sentado al brasileño para descubrir su personalidad a través de media hora de charla donde contar sus raíces, su irrupción en el circuito y algunos sueños por cumplir que se amontonan en su cabeza. Viendo cómo se expresa y cuáles son sus inquietudes, una cosa me queda clara: que actualmente sea el mejor sub18 del planeta no es casualidad.
Tu nombre suena cada día con más fuerza, ¿lo sientes así?
Sí, diría que todo empezó en 2022, cuando me dieron una WC para jugar Roland Garros Junior y gané Daniel Vallejo, uno de los mejores del ranking. De repente empezó a sonar mi nombre, conseguí puntos para jugar el resto de los Grand Slams, hasta que acabé ganando el US Open el año pasado. Ganar en Nueva York me dio mucha visibilidad, sobre todo en Brasil. Hace dos meses llegué a cuartos de final en el ATP 500 de Río, así que todavía estoy acostumbrándome a esta nueva realidad. Están siendo meses muy bonitos de vivir.
¿Cómo se lleva esta fama repentina?
Todo ha sido muy rápido, mi vida ha cambiado por completo, pero lo intento llevar con calma, por suerte cuento con el apoyo de mi familia y de mi equipo para gestionar el día a día. Ahora mismo estoy muy distanciado de las redes sociales, donde se genera mucho ruido. De hecho, no miro las redes sociales, durante los torneos prefiero apagar el móvil para no pensar en nada de eso. Me centro en la rutina y las cosas que tengo que hacer.
¿Qué tienen de malo las redes sociales?
Es que hay demasiadas noticias, algunas dicen que estoy jugando bien, otras dicen que mal, a veces te encuentras artículos que no son buenos de leer. Todo eso te aparta un poco del foco.
Actualmente eres el mejor sub18 del mundo, menuda presión.
Hay un poco de presión, pero es una presión buena, una presión que significa que las personas confían en mí. Sé que tengo el potencial para llegar al top, así que lo tomo como una cosa positiva, me motiva para entrenar más y querer llegar ahí. Siempre he sido muy tranquilo con las expectativas, no lo pienso mucho, prefiero enfocarme en mis rutinas. Los resultados ya vendrán, lo importante es tener la cabeza en el presente, no en lo que están hablando por ahí.
¿Tú te ves ganando Grand Slams? ¿Siendo Nº1?
Sí, sí. Totalmente.
Estás convencido.
Tengo la confianza para llegar ahí, pero sé que tengo que trabajar mucho.
¿Cuál es el ingrediente secreto del éxito?
Dedicación y confianza, uno tiene que creer en sí mismo. Medvedev, por ejemplo, siempre dice que no tiene los mejores golpes, pero a base de mucho trabajo ha conseguido instalarse entre los mejores del mundo.
¿Tienes algún referente?
Mi ídolo siempre ha sido Roger Federer.
El mío también.
El de todos (risas)
(Risas)
Pero ahora me fijo mucho en Jannik Sinner. También me gusta Djokovic, pero miro más a Sinner.
Déjame que me quede un momento en Federer, porque os viste el mismo patrocinador. ¿Has tenido contacto con él?
Me hacen mucho esta pregunta (risas). Hemos compartido algunos mensajes, pero todavía no le pude conocer personalmente. Ahora mismo está muy ocupado y yo también tengo torneos, pero espero tener pronto un encuentro con él. He visto muchos de sus partidos, solo me falta tenerle delante.
Cómo jugaba ese hombre…
La clase que tiene es impresionante, a veces era como estar jugando a un videojuego. Es una locura.
¿Cómo te defines dentro de la pista?
Soy un jugador agresivo, me gusta dominar los puntos, jugar más recto, sin mucha altura.
Me ha venido Sinner a la mente.
Exacto, por eso me gusta verle. Él juega siempre muy agresivo, es muy intenso y domina todos los puntos.
¿Qué tal te tratan por Brasil? ¿Hay comparaciones con Kuerten?
Muchas personas me ven como esa gran promesa, como ‘el nuevo Guga’. Él es mi ídolo, lo sigue siendo, pero yo soy Joao. Nunca seré Guga, no puedo ser como él. Quiero ganar Grand Slams y ser Nº1 del mundo, pero ahora tengo 17 años, no puedo decir que voy a conseguir todas estas cosas. Por eso no me gustan las redes sociales, la gente habla mucho de estos temas, están siempre poniendo expectativas. Solo soy un jugador que está peleando por llegar al top.
Aquí pasa lo mismo con Alcaraz y Nadal.
Creo que en España se acentúa todavía más esta comparación, porque Nadal y Alcaraz tiene puntos similares en su juego, como la intensidad a la hora de moverse y golpear a la bola. Lo de Guga fue un estilo diferente al mío, él tenía mucha mano, son épocas distintas. Algunos nos comparan, pero creo que no tanto como lo hacen con Nadal-Alcaraz.
El último sudamericano campeón de Grand Slam fue Juan Martín Del Potro, US Open 2009. ¿A qué se debe este dominio de los europeos?
Sinceramente, no lo sé. Yo en Brasil estoy muy bien con mi equipo, no sabría explicártelo. Europa tiene grandes países, igual que América, no sé si tiene que ver con una cuestión física o técnica… aunque bueno, el Big3 también tuvo mucho que ver en ese dato, ¡ganaban todo! Ahora están empezando a entrar muchos sudamericanos en el top100, están subiendo en el ranking, incluidos los brasileños. A la hora de trabajar, Europa siempre ha tenido una mejor estructura que Sudamérica, ese no es nuestro punto fuerte.
La mayor parte del circuito se juega en Europa, no es fácil dejar tu casa y estar fuera tanto tiempo.
Yo lo máximo que estuve sin pasar por casa fueron tres meses […] Sí, puede que sea esto también, la estructura. Un europeo siempre tiene la opción de volver a casa unos días, entrenar, estar con su familia y marcharse al próximo torneo. El calendario está hecho así, existen muchos torneos en Europa, así que es normal que surjan muchos jugadores. En mi caso, como dije antes, en Brasil no me falta de nada, tengo un equipo muy bueno alrededor, incluso tenemos una Academia cerca para entrenar con buenos jugadores.
Si te escribo en un papel todo el palmarés de ‘Guga’ Kuerten, ¿firmarías tener su carrera?
No […] Yo quiero pasar por todas las etapas, quiero recorrer el circuito Challenger, ir madurando poco a poco hasta llegar arriba y competir por ganar los torneos grandes. Quiero ser Joao, no quiero la carrera de Guga. No quiero ganar solo tres Roland Garros, también sueño con ganar un US Open, un Open de Australia… quiero ser yo.
Le hice la misma pregunta a Carlos Alcaraz hace unos años, pero con la carrera de Juan Carlos Ferrero. Tampoco me la firmó.
Claro, es que cada jugador tiene que ser único, escribir su propia historia, no tener la historia de otro que ya fue.
¿Ves en Alcaraz al gran líder de esta nueva generación?
Creo que sí, tiene el potencial y es muy fuerte mentalmente. Juega a lo grande, es increíble lo que hizo en Wimbledon ganando a Djokovic, desde entonces ha crecido mucho. También contaría con Sinner, en Miami demostró que es otra roca mentalmente y que quiere ser el líder. Esta rivalidad entre Sinner-Alcaraz es muy buena para el tenis.
Imagínate el top5 dentro de 3-4 años, ¿a quién ves ahí arriba?
Alcaraz y Sinner seguro […] Bueno, puede haber muchos ahí, espero ser yo uno de ellos (risas). Juncheng Shang, Martín Landaluce, Ben Shelton… hay varios nombres que están jugando muy bien y están subiendo. Todos tienen un nivel parecido, lo que marcará el futuro de cada uno será la consistencia, encadenar varias semanas consecutivas al máximo nivel es la clave. Hay jugadores que ganan un torneo y luego se tiran mes y medio sin ganar un partido. La regularidad es fundamental.
¿Cómo se trabaja la paciencia a estas edades?
Todo tiene su espacio y su momento. Yo ahora mismo estoy #280, así que tengo que alcanzar un buen nivel para superar la etapa de los Challenger, tengo que aprovechar estos momentos e ir aprendiendo. Hay que entender cada fase, luego ya vendrán los ATP 250, los ATP 500, así hasta llegar arriba. Quiero pasar por todos los escalones de la pirámide.
Hace justo un año, por estas fechas, no estabas ni en el top800. Lento no vas.
(Risas) Estoy contento con mis resultados, pero siempre quiero más. Quiero llegar lo más rápido posible al top150, al igual que el resto de mis compañeros. Todos trabajamos en esa dirección, con los mismos objetivos, pero tampoco me comparo con nadie. En mi cabeza solo está seguir trabajando con mi equipo, los resultados ya llegarán.
¿Es cierto que estuviste a punto de irte a la Universidad?
Sí, sí. Tomé la decisión después de Río, porque tenía una propuesta de la Universidad de Virginia, pero ese torneo lo cambió todo. Estaba #650 del mundo y en una semana me puse #340, me cambió la perspectiva por completo. No podía decirle no al profesionalismo, fue algo muy grande para el ranking y también para mi cabeza.
Te costó elegir por lo que veo.
Fue una decisión muy difícil, soy consciente de lo importante que es la universidad y la experiencia que vives allí. Siempre aconsejo a todos los jóvenes que tengan la cabeza abierta para estudiar, que luego tienen mucho tiempo para ser profesionales. Aunque solo sea durante un año, luego puedes cambiar de rumbo. A mí me costó mucho, pero estoy feliz con mi decisión. Mi familia también lo aceptó, nunca me han puesto ninguna presión.
Sin presión, vamos con la ronda rápida.
Let’s go!
Torneo favorito.
Río Open y Wimbledon.
Golpe favorito.
Derecha.
Superficie favorita.
Tierra batida.
Tu mejor victoria
Contra Arthur Fils, este año en Río.
¿Ganar un Grand Slam o ser Nº1?
Ganar un Grand Slam.
Ganar un Grand Slam o un Oro Olímpico?
Oro olímpico.
Tu rival más fuerte, el más duro contra el que hayas jugado.
Alex Molcan. Jugamos el año pasado en el torneo de Río, yo era muy joven, así que me resultó muy complicado ese partido. Perdí 6-0, 6-3.
¿Qué música escuchas?
Escucho rap, tanto internacional como brasileño, pero me gusta un poco de todo.
¿Un hobby más allá del tenis?
Me gusta jugar a videojuegos con mis amigos, salir a comer con ellos. También jugamos mucho a póker, incluso online cuando me pilla de torneo.
Mejor amigo en el circuito.
Tengo muchos, no sabría decirte. Soy amigo de todos los brasileños desde que fui a la Copa Davis, pero te diría Felipe Meligeni y Pedro Sakamoto.
¿Y con los españoles?
Con Martín Landaluce tengo buena relación. Con Carlos (Alcaraz) también, cuando coincidimos siempre hablamos. La verdad es que tengo buena relación con todos los jugadores.
¿Qué es lo mejor que tiene Brasil?
Los puntos turísticos, sin duda. Para mí, Río es una de las ciudades más bonitas del mundo. Las playas, el clima, la gente… es de las mejores ciudades para vivir.
¿Y de España?
No conozco mucho España, pero tenéis una cosa que no hay mucho en Brasil: los mercados. El otro día me llevaron al mercado de San Miguel y me encantó la tradición, el jamón ibérico es impresionante, muy buena comida.
Como buen brasileño, imagino que serás futbolero.
Soy del Flamengo, aunque en Europa me gusta el Real Madrid.
¿Mejor futbolista de la historia?
Leo Messi.
¿Ronaldinho no?
Messi, Messi.
¿Mejor tenista de la historia?
Roger Federer, no hay duda.
Quizá en 20 años sea otro…
Exacto, puede ser otro. Quizá sea Carlos, quizá Sinner… realmente pienso que seguirá siendo Roger (risas).
Dime un objetivo para esta temporada.
Es mi primera temporada profesional, así que el objetivo es ir ganando experiencia, aprovechar al máximo cada torneo que dispute y observar bien cada detalle. Quiero ver si realmente es esto lo que quiero en mi vida.
¿Y un sueño?
Ganar Wimbledon.
¡Cómo te gusta Wimbledon!
Es que hay mucha clase en ese lugar: se juega sobre hierba, todo el mundo de blanco, las flores, cada detalle cuidado al máximo… es un torneo diferente a los demás. Para mí sería un sueño.
A Roger no le fue mal por allí…
Le preguntaré (risas).
