Grigor Dimitrov habla de la transición a la tierra batida

Grigor Dimitrov terminó la gira de marzo pisando la final del Miami Open, el mejor resultado de su carrera en este torneo. Una gran noticia para el jugador búlgaro, aunque no tanta de cara a lo que viene después. Inmersos ya en la temporada de tierra batida, el oriundo de Haskovo se ha visto en una lucha contra el reloj para adaptarse lo antes posible a la nueva superficie. En una entrevista con Tennis Majors analiza algunos detalles de este desafío.

“A veces tienes que pagar el precio de estos éxitos, son unas cosas por las otras”, señala el tenista de 32 años, que apenas pudo disfrutar de una nueva final de Masters 1000. “Pensándolo fríamente, después de lo bien que me fue el torneo, habría sido increíble volver a casa y tener cinco días de vacaciones por Italia; en su lugar, volví a casa y en menos de 24 horas ya estaba de vuelta en la pista para entrenar. Esto te mete también dentro de tu cabeza, de repente piensas: ¿qué estoy haciendo aquí? Sí, has logrado algo muy grande pero, de repente, entiendes que ni siquiera has tenido tiempo de aceptarlo o disfrutarlo”, corrobora el hombre que lleva siendo profesional desde 2008.

“Creo que es posible mantenerse conectado con lo que haces pero, al mismo tiempo, creo que es importante disfrutarlo, hay que aprender a apreciar las cosas y ser agradecido”, insiste Grigor, uno de las raquetas más regulares dentro del circuito masculino estos últimos años. “Es bonito tener este tipo de problemas, ahora mismo me encantaría tener unas transiciones más rápidas, saber cómo puedo convertir esto es una ventaja. En el pasado siempre tuve más tiempo para la transición a la tierra batida, pero esta fue la vez que más rápido lo hice en mi vida, así que estoy tratando de sacar tiempo para recordar si alguna vez tuve que afrontar algo así”, confiesa el actual Nº9 mundial.

VICTORIAS ANÍMICAS

Cierto es que no se pudo llevar la final de Miami, que Jannik Sinner ni siquiera le dio opción de competir, pero eso no quita para que Dimitrov se quede con lo positivo de su paso por Florida, donde fue capaz de tumbar a tres top10 de manera consecutiva. Con su habitual elegancia y ese revés a una mano que nos encanta, el búlgaro sacó de su camino a Hubert Hurkacz, Carlos Alcaraz y Alexander Zverev sin días de descanso por medio, recordando a todo el mundo que cuenta con el tenis para vencer a la mayoría de los rivales que se pongan en su camino.

“Lo mejor que saco de esas victorias es que fui muy consistente a lo largo de todos estos meses. Obviamente, ser capaz de alcanzar ese tipo de victorias de manera consecutiva y, además jugando muy bien, me llenan de energía y confianza para el futuro. Definitivamente, me siento muy orgullo de esto”, afirma Grigor, que tras vencer en Montecarlo al local Vacherot sin casi despeinarse, ahora chocará en segunda ronda con Berrettini o Kecmanovic.