29 abril, 2024

La UCV de Daniel Sasso ilusiona con solidez y ataque coral


La divisa que lleva el nombre de la Universidad Central de Venezuela es el proyecto más ilusionante de los últimos años en el fútbol venezolano. Después de haber sido el primer campeón de la era del fútbol profesional en 1957, el glorioso cuadro tricolor se fue diluyendo por la falta apoyo institucional de las autoridades de la máxima casa de estudio del país, que abandonó al equipo a su suerte y, en consecuencia, el equipo se perdió en segunda división hasta desaparecer del panorama nacional.

Pero un grupo de empresarios, liderados por el presidente de la institución Juan Manuel Useche, tuvo la idea de revivir la antigua divisa de la casa que vence las sombras, y después de 36 años de permanecer en las penumbras del balompié venezolano, la UCV volvió en 2020 a la máxima categoría con un proyecto ambicioso que después de cuatro años comienza a recoger lo sembrado.

La UCV tiene un potencial enorme para crecer en lo institucional y lo deportivo. En el primer aspecto su directiva no quiere que el equipo sea un ave de paso, como tantos proyectos futbolísticos en el país que han sido golondrinas. La cuantiosa inversión que están realizando para construir sus propias instalaciones para entrenamientos y formación de categorías menores en Los Samanes, es una muestra del compromiso que han asumido para desarrollarse con bases firmes que sostengan al equipo en el tiempo.

El hecho de que jugadores que pertenecen a la UCV ya figuren en las convocatorias de las selecciones nacionales menores, como Wilander Muñoz, Santiago Virgüez, Yimbert Berroterán, Alxander Granko y que algunos talentos emergentes como Daniel de Sousa (20 años), autor del segundo tanto en el triunfo ante Deportivo Táchira o Jean Polo (18 años), formen parte del primer equipo revela la importancia que la directiva y el cuerpo técnico otorgan a la cantera.

La inversión realizada esta temporada para armar un equipo con aspiraciones, bajo la conducción de Daniel Sasso, uno de los entrenadores jóvenes más prometedores del país, se ha visto recompensada en la cancha. La UCV es el equipo más solido en las 11 fechas de la Liga Futve. Tiene la defensa menos goleada del torneo Apertura con seis tantos encajados, una solidez que le ha permitido mantenerse invicta, y una ofensiva plural en la que Sasso ha sabido repartir la tarea de anotar entre todos sus efectivos.

Los buenos equipos se estructuran desde el fondo de la cancha y la UCV lo ha hecho a partir del excelente rendimiento bajo el arco del arquero Miguel Silva, quien tras su paso por Academia Puerto Cabello, ha conseguido la confianza y el respaldo para exhibir su rapidez para cerrar espacios, ganar los mano a mano o evitar la caída de su valla con formidables tapadas. El defensa central Adrián Martínez ha recuperado esa presencia de marcador implacable para ganar por alto y por bajo que tuvo antes en el Deportivo La Guaira y lo llevaron a vestir la camiseta Vinotinto en la eliminatoria al Mundial de Qatar. Sasso ha sabido aprovechar su capacidad rematadora y dos de los tres goles que ha convertido la UCV para ganar o empatar partidos por la vía aérea han sido convertidos por Martínez.

El ataque coral es otra de las características valiosas de la UCV de Sasso. Ante las lesiones que han impedido contar con toda su artillería a tiempo completo, Brayan Hurtado, el colombiano Yeiber Murillo y el argentino Tomás Blanco se han repartido la función de liquidar en el área rival. El premio de la clasificación a las semifinales del torneo Apertura sería suficiente para otro equipo en construcción, pero no para esta UCV que pasó de ronda eximida y ahora quiere sacar su segundo título.

Contenido

Las frases

Después de 36 años de permanecer en las penumbras del balompié venezolano, la UCV volvió en 2020 a la máxima categoría

Tiene la defensa menos goleada del torneo con seis tantos encajados, una solidez que le ha permitido mantenerse invicta

El ataque coral es otra de las características valiosas. Hurtado, Murillo y Blanco se han repartido la función de liquidar

Los desatinos genrenciales tienen al Caracas hundidos en la confusión

No se podía esperar una gran actuación del Caracas FC en la Copa Libertadores con una plantilla que vio salir a sus mejores delanteros y para cubrir las bajas, la directivo solo trajo a Edwuin Pernía como solitaria pieza confiable y probada en el país para sacudir las redes. La destitución de Leo González, a pocos días de enfrentar a Atlético Mineiro en el estadio Olímpico, fue una torpe decisión y un irrespeto para con un entrenador que llevó al equipo al subcampeonato, lo metió en la Copa Libertadores de este año y aseguró un ingreso de 3 millones de dólares por participar en el torneo más prestigioso de la Conmebol.

La presencia de Henry meléndez en el banquillo del Caracas era imposible que cambiara de golpe y porrazo la dinámica del equipo. El resultado de las decisiones gerenciales se vio expresado en la cancha. El Rojo ofreció una de sus peores imágenes en Copa Libertadores ante Mineiro. Frágil, inseguro, superado con una facilidad pasmosa, el Caracas pagó con una goleada que pudo ser más escanladosa los desatinos cometidos desde la oficina.

Táchira defendió con criterio pero necesita pisar el área rival para trascender

Esperábamos una actuación más determinada en el ataque del Deportivo Táchira en su debut ante River Plate en la Copa Libertadores, en un escenario deslumbrante de 30 mil personas que plenaron ilusionadas el estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal. Pese a la derrota 0-2 sufrida ante River Plate, hay que reconocerle al técnico Eduardo Saragó que salió con un plan bien trabajado para incomodar al cuadro millonario, impedirle que su control del balón las tradujera en opciones claras de gol y mantener el cero hasta conseguir un chance claro de lastimar el arco de Franco Armani.

Táchira defendió bien hasta que el Diablito Echeverri cambió el ritmo del juego, complicó la defensa aurinegra con su habilidad para tocar en pocos espacios, y la fortuna se puso del lado millonario con un gol de carambola de Boselli y un segundo gol que se produce una vez cada cien años de Fonseca. Lo que se le puede reprochar a Saragó es que Táchira generó muy poco en el área contraria, pese a que jugaba en casa y tenía la energía de su público a favor. Para trascender en la Copa, Táchira tiene que pensar más en el arco contrario.



Fuente: Meridiano